Seguimos en Blog Académico con los informes económicos que la Comisión Económica para África de la Naciones Unidas (UNECA) y la Unión Africana publican sobre el continente. En este caso el capítulo dedicado a la «Evolución económica y social en África y perspectivas a medio plazo» cuyo resumen y traducción es obra de Ramón Arozarena
En 2012, la economía mundial dió signos de recesión, sobre todo en la zona euro, el socio económico más importante de África. Las economías emergentes también han visto ralentizarse su actividad. Las perspectivas de salir rápidamente de las turbulencias han quedado comprometidas.
A pesar de ello, el crecimiento económico de África en 2012 ha superado la media mundial, gracias a diversos factores como la demanda mundial y precios de productos de base, a la mejora de rentas, a la urbanización, al aumento del gasto público en infraestructuras, a cosechas excepcionales en algunas regiones, a alianzas comerciales y de inversiones con países emergentes y gracias también a la superación en algunos países de los conflictos internos. Las perspectivas a medio plazo son positivas, si bien persisten riesgos como la inestabilidad política y tensiones sociales, así como la incertidumbre de las perspectivas económicas mundiales.
Las economías africanas siguen siendo ampliamente tributarias de la producción y exportación de productos de base, que tienen un valor añadido muy limitado y generan pocas alianzas con otros sectores de las economías. Esta debilidad estructural hace que los países no hayan traducido el crecimiento en puestos de trabajo o en un desarrollo social rápido. Hay avances y progresos, pero muy lentos; los objetivos del Milenio marcados para 2015, no serán alcanzados.
El valor añadido y la transformación estructural son esenciales para que las economías africanas aceleren su crecimiento, mejoren las condiciones de vida de los ciudadanos, reduzcan las desigualdades y la pobreza, a la vez que reducen su vulnerabilidad frente a chocs exteriores.