«Productor de leche, me estoy muriendo!»
El domingo 6 de marzo 2016, me encontraba en la feria agrícola de París. Muchos visitantes habían llegado con sus familias. Los niños estaban contentos de poder tocar una vaca o una oveja. A mí me sorprendió la calidad del ganado, en particular el vacuno. Había de muchas razas. Se podían admirar hermosas vacas, esplendidos toros, orgullosos y llenos de vida.
Y de pronto un susto: junto a su vaca (¡magnífica!), un productor llevaba escrito en el dorso de su chaqueta: «Soy ganadero. Me muero». La tristeza se apoderó de mí. Me pregunto: «¿Cómo puede Europa sacrificar a sus ganaderos, y vacadas de tal calidad. »
Seguí mi camino y llegué al stand de La confederación campesina, un sindicato campesino vinculado con el movimiento campesino mundial «Vía Campesina». Me entretuve un buen rato con un líder campesino. Compartí con él la sensación que había tenido al ver a aquel campesino junto a su vaca, con su escrito en la chaqueta «Soy ganadero. Me estoy muriendo. «Me respondió:
«El dúo franco-alemán ha ratificado la orientación liberal de la Unión Europea: se regula el mercado con la desaparición de los campesinos y no con una reducción concertada de la producción.»
Le conté cómo, en Alemania y en República Checa, hace varios años, participé con la Sra. Gariko (primera presidenta de la UNMLP – Sindicato Nacional de Mini-lecherías y Productores de Leche de Burkina) en una campaña contra de la supresión de las cuotas lácteas en Europa. Ella solía decir: «Para nosotros, los ganaderos, no hay vida sin leche. »
Hoy, en el nº 128 de la revista “Desafío Sur” de la organización belga “SOS Hambre”, Ibrahim Diallo, el nuevo presidente de la UNMLP, nos dice:
«Entre las presiones que enfrentan las mini-lecherías de Burkina Faso, la alimentación del ganado sigue siendo un factor permanente que contribuye a la caída de su productividad. Pero lo que, en este momento, más parece preocupar a la mayoría de los productores y procesadores de leche locales de Burkina Faso es la crisis de la leche que está castigando en Europa. Con la supresión de las cuotas y el embargo ruso, ¿hacia dónde se van a dirigir los europeos? Hacia África, y esto nos preocupa mucho, dice el presidente de la UNMLP. Hoy en día, la leche en polvo se ha vuelto tan barata que no somos competitivos en el mercado».
Para Ibrahim Diallo, tanto en Europa como en África, solo las multinacionales se benefician de esta crisis. «Hoy todo está a favor de la industria y de las multinacionales. Ni los productores europeos ni los del Sur saldrán adelante.
No recibimos subsidios del Estado. Los europeos sí lo reciben, pero, a pesar de eso, no levantan cabeza (…). Somos solidarios.»
Añadiría que, hace solo tres años, me encontré con Ibrahim Diallo, el director de Burkina industria de la leche, y tres o cuatro miembros de la UNMLP. En nuestra conversación, el representante del gobierno dijo claramente que lo que les interesaba era la leche, no los ganaderos
Y cuando evoqué la situación de los ganaderos Fulani de las zonas lecheras lejos de los consumidores, me respondió:
«No nos moleste más con este tema. Hace tiempo que se decidió que, en Burkina, sólo hay dos zonas lecheras cercanas a las dos ciudades principales, Uagadugú, la capital, y Bobo-Diulaso. »
Saliendo de ese encuentro, estábamos decepcionados, pero no desanimados. Decidimos jugar la carta de la descentralización. Ibrahim marchó como explorador, al encuentro del alcalde de Banh, al norte de Uahiguya, en la frontera con Malí; en el corazón de una de esas zonas lecheras que no interesaban al director nacional de la industria láctea. Lo acogieron muy bien, de modo que, unos días más tarde, fuimos juntos a Banh. ¡Qué sorpresa! Antes de que llegase el Alcalde, nos entregaron una carta del Ayuntamiento: un documento oficial firmado por el Alcalde. En él estaba escrito: «Dado el interés de la población en la construcción de una lechería, se asigna una parcela de 2 hectáreas para la realización de este proyecto: la construcción de una lechería. »
Ahora esperamos las elecciones municipales del 22 de mayo de 2016 para retomar el dosier y relanzar el proyecto. ¡Con todos los que puedan estar interesados en él! Tres días después de la clausura de la muestra de la agricultura, pasé una hora larga en una gran librería de París y me encontré con el libro de Elsa Casalegno y Karl Laske : «Los Cárteles de la leche», con subtítulo: «Cómo remodelan la agricultura y precipitan la crisis. Un libro fascinante, bien documentado (524 páginas), que describe cómo las multinacionales de la leche solo tienen
un único objetivo para conquistar el mercado chino y pronto el africano: producir siempre más.
Al llegar a la última página del libro, mi sorprendió reencontrar a la señora Gariko Korotoumou dialogando con un sindicalista belga, líder de la huelga de la leche de 2009, Erwin Schöpges.
Korotoumou Gariko: «El problema está en la decisión política de transformar la leche en polvo para difundirla en África a precio irrisorio. Cada nación debe poder producir su propia alimentación. »
Erwin Schöpges «Es igual en Europa, aunque suframos menos. Nueva Zelanda, por ejemplo, nos exporta leche a precios irrisorios. Es un círculo vicioso que puede empujar a Europa a hacer lo mismo con los países africanos. Con esa lógica, nunca se acabará.»
Así termina el libro: «Los Cárteles de la leche». Ésta será también mi conclusión por hoy, antes de reflexionar, en una próxima carta a esta doble pregunta: «¿Cómo salir de este círculo vicioso? ¿Cómo salir de «esta lógica.» ?
Maurice Oudet
Presidente del SEDELAN