Erase una vez, en un bosque de la selva ecuatorial africana, vivía un grupo de animales, entre los cuales, se encontraban dos destacadas familias. La del Sr. Etugu Mechìni (La tortuga) y la del Sr. Nzeè (El león).
Habían pasado mucho tiempo juntos y, de repente, cuando todo parecía haberse superado, apareció la hambruna y el frío. Este mes de agosto parecía presentarse para todos los habitantes del pueblo, el peor de los inviernos tropicales.
En el poblado se notaba mucho, por las escasas salidas a la calle de ambas familias. Los niños lloriqueaban, estaban muy débiles y flacuchos. Se notaba que, no comían lo suficiente.
Pasaron unos días y, se empezó a notar la ausencia de la familia de Nzeè (el león). Algunos comentaban que estaban encerrados en su casa y otros decían que habían emigrado a otra zona de la selva.
Etugu se encontraba en la casa de la palabra, confeccionando una cesta de mimbre, cuando de repente entra uno de sus hijos chupando un hueso que parecía ser de un antílope.
Al preguntarle a su hijo de donde había sacado ese hueso, éste le dijo que se lo había traído su amigo, el hijo de Nzeè. Y a la vez, le sugirió que no se lo dijera a nadie por orden de su padre.
Este hecho le llamo mucho la atención al Sr Etugu, por lo cual decidió ir a visitar a su amigo y así tratar de averiguar ciertas sospechas.
La mujer de Nzeè, estaba sentada en la puerta de la cocina de bambú, al ver llegar de lejos al Sr Etugu, rompió a llorar. ¡Está muy enfermo!, ¡está muy enfermo!, ¡se me muere! ¡Tu amigo está muy enfermo desde hace unos días! Puedes pasar, pasa a verle, esta tumbado en la cama cerca de la hoguera, tiene fiebre alta y… El Sr Etugu la tortuga, desde la puerta, llamó a su amigo. Sr Nzeè, Sr Nzeè. ¿Qué te pasa amigo?
Su amigo Nzeè, le contesto en voz muy baja – Estoy enfermo, me encuentro muy débil, desde hace unos días. No sé qué me pasa. Tengo “OTITIS CUENTITIS”.
Su amigo Etugu, sorprendido por el nombre de la enfermedad, le volvió a preguntar. ¿Cómo dices que se llama? ¿Y cómo se cura eso? A mí me suena todo muy raro. Tiene difícil y fácil solución…. Voy a ver lo que puedo hacer, ya sabes, eres mi mejor amigo y nunca te puedo abandonar y, mucho menos en estas circunstancias.
Etugu, había observado que, la cocina estaba muy oscura, y más aún la zona de la cama donde estaba tumbado su amigo. Interrogó a unos de los animales presentes, le dijeron, que llevaba ya bastantes días en esta situación. Lo que más le llamo la atención era que, la mayoría de los animales que habían entrado a visitar a Nzeè, nunca se les veía salir, según su esposa, se les obligaba según el ritual, a salir por la puerta trasera.
Al Sr Etugu, conociendo bien a su amigo, todo esto le sonó a unas de sus múltiples jugadas y maniobras para subsistir y seguir a sus anchas.
El Sr Etugu le dijo a su amigo que iba a buscar un poco de leña para que la pequeña hoguera pudiera calentar la choza. Le pidió un hacha a la Sra. de Nzeè y se dirigió hacia un árbol de grandes dimensiones que estaba justo detrás de la choza. Después de afilar durante más de una hora el hacha, se oyó el primer golpe al árbol seco. ¡POOMMM,POOMM, POOOMMMM…!
Después de más de dos horas de ese ruido horroroso e infernal, que producía golpeando sobre la base del árbol acom, el Sr Etugu gritó: ¡Allá va, allá vaaaaaaaaaaaaa! Cuidado amigo Nzeè, ¡cuidadoooooo!
Los animales presentes asustados por los gritos del Sr Etugu, se enfilaron todos en bloque para abandonar la choza. La mayor sorpresa fue que cuando se encontraron en la calle, al primero que vieron corriendo a 100 por hora era al enfermo Nzeè. De repente se le había pasado la fiebre y todos los dolores que le producía la misteriosa enfermedad “OTITIS CUENTITIS ÑAM ÑAM”.
Así, el Sr Etugu, con su astucia y valentía, volvía a salvar una vez más a los habitantes de su humilde aldea de las malvadas y diabólicas trampas y maniobras del Sr Nzeè para seguir matando.
Baron YA BÙK-LU -2014