El proceso de negociación entre el gobierno etíope y el Frente Popular de Liberación de Tigray (FPLT) comenzó el 25 de octubre en Sudáfrica. Estas negociaciones están siendo lideradas por la Unión Africana (UA), aunque destaca el papel de observador de los Estados Unidos (EE. UU.). En un principio se esperaba que las conversaciones terminaran el 30 de octubre, sin embargo, el pasado 1 de noviembre se anunció su extensión.
El principal objetivo era conseguir un cese de hostilidades entre las partes y la reanudación de la llegada de ayuda humanitaria a la región de Tigray, que está paralizada desde que empezó el conflicto hace 2 años. Por lo pronto, ambos objetivos se han cumplido tras el anuncio del 2 de noviembre que proclamaba el cese de hostilidades. Además, el presidente de la UA, Moussa Faki Mahamat, informó de la reanudación de la ayuda humanitaria. Esta noticia es considerada un éxito por el panorama internacional. Tanto la Unión Africana, como la Unión Europea y Estados Unidos llevan pidiendo el cese de hostilidades desde antes de que empezasen las conversaciones de Sudáfrica.
Por parte del gobierno etíope, el 31 de octubre el primer ministro, Abiy Ahmed, aseguró que estaban intentando convencer al Frente de Liberación Popular de Tigray (FPLT) de “respetar la ley territorial, respetar la constitución y actuar como un estado de Etiopía”. Añadió además que solo mediante la paz se podría construir una base sobre la que prosperara el país.
Todavía falta llegar a un acuerdo respecto a temas como la protección de civiles o la retirada de las fuerzas armadas de Eritrea, pero el anuncio del cese de hostilidades y la voluntad de continuar con las negociaciones por parte de ambos bandos es considerado ya un éxito diplomático.
Fuente: Addis Standard; Addis Standard; Addis Standard
[Traducción y edición, Celia Amador Chamorro]
[CIDAF-UCM]