Etiopía puede convertir la inquietud de su juventud en una oportunidad económica

21/04/2017 | Opinión

etiopia_jovenes-2.jpgLa juventud de Etiopía ha entrado en el foco político recientemente por su papel en unas protestas políticas que pueden estar amenazando la estabilidad. Pero la energía de la juventud no tiene porque ser un problema político. Puede ser convertido en un activo económico.

En los últimos 12 años Etiopía ha sido conocida como una de las economías con mayor crecimiento del mundo, con una media del crecimiento del PIB del 10.8%. También ha habido una importante reducción en la pobreza de los etíopes, desde un 39% en 2004 a un 23% en 2015. Pero también hay nubes negras en el futuro del país. En 2016 fue golpeado por una sequía que afectó a 10 millones de personas, y una nueva sequía ha emergido este año.

2016 también presenció el surgimiento de la protesta política. Aunque las cosas están más calmadas ahora, el estado de emergencia que se declaró en octubre de 2016 ha sido extendido. Pero Etiopía todavía tiene muchas oportunidades, incluyendo el gran número de población joven, más del 70% de la población del país tiene menos de 30 años.

La pirámide demográfica etíope se asemeja a la de China en los años 80 o a los países del este de Asia en 1950. El espectacular crecimiento económico del este de Asia en la segunda mitad del siglo XX es, parcialmente, causa de la transición demográfica que ofreció a las economías una fuerza de trabajo muy joven.

Aunque una población joven puede ser un factor económico positivo, también puede entrañar riesgo político en una economía que no crea suficientes oportunidades. Hasta hace poco Etiopía había evitado grandes conflictos políticos, parcialmente por el estrecho control del gobierno sobre las organizaciones políticas. Pero las revueltas recientes de la juventud señalan problemas, indicando que el desempleo y su calidad de vida no puede seguir ignorándose. Encarar el problema directamente es lo mejor que se puede hacer.

El problema

Cada año más de un millón de jóvenes etíopes se unen al mercado laboral. Pero la economía produce muy pocos trabajos y oportunidades, en parte por la predominancia del sector agrario en la economía. Más del 80% de los etíopes viven en áreas rurales, mientras que el sector agrícola ha disminuido significativamente y solo contribuye al 50% del PIB, empleando a más del 70% de la fuerza de trabajo.

Históricamente la mayoría de las personas nacidas en áreas rurales tienden a quedarse allí. Pero la escasez de tierra, la falta de trabajo y el crecimiento de la población ha empezado a empujar a los jóvenes hacia las áreas urbanas. Tampoco hay suficientes trabajos allí. Las estadísticas muestran que el desempleo juvenil llega al 30% en las áreas urbanas.

Distintos estudios a nivel nacional sugieren que la gente joven con educación secundaria son los que más están sufriendo. Más del 70% se unen al mercado laboral si ninguna experiencia o especialización.

Los altos niveles de desempleo entre los jóvenes es un fenómeno peligroso. La juventud del país tienen aspiraciones cada vez más elevadas debido al crecimiento económico que ven en el país. Pero no solo no hay trabajos, los sueldos no son suficientes para cubrir los altos costos de la vida en la ciudad.

Esta diferencia entre las aspiraciones y la realidad económica se está convirtiendo en algo cada vez más frustrante. Para los que todavía viven con sus padres la mayor preocupación es el desempleo que les espera cuando acaben la escuela. Muchos dicen que les habían enseñado que estudiar en la escuela era la forma de salir de la pobreza, pero esto no se está cumpliendo. Uno de los signos de esta frustración es el aumento de los jóvenes que eligen emigrar a pesar de los peligros que ello supone.

La juventud etíope puede ser una herramienta para el crecimiento económico, pero para ello se necesita un mejor acceso al empleo. El gobierno debería crear un ambiente que permita al sector privado crecer y ofrecer mas trabajos. Al mismo tiempo, debería diseñar políticas de empleo más eficientes. Pero los políticos deberían resistirse a usar estas políticas como una herramienta electoral.

Sosina Bezu

Fuente: The Conversation

[Traducción y edición, Fernando Martín]

[Fundación Sur]


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