Etiopía: David y Goliat en el mundo al revés

9/03/2009 | Opinión

“A quienes se aferran al poder mediante la corrupción y el engaño y acallando a los que disienten, tened claro que la historia no está de vuestra parte; pero estamos dispuestos a tender la mano si vosotros abrís el puño”. Presidente Obama.

El presidente americano se refería al régimen del Frente Popular de Liberación de Tigray (FPLT) de Etiopía y a otros regímenes tiránicos. Eso parece. Todo apunta a que los etíopes americanos y la implicación de la comunidad etíope en su elección han contribuido notablemente a su victoria.

Los etíopes contribuyeron con dinero, trabajaron en la inscripción en el censo electoral, atiborraron los buzones de folletos, participaron en marchas de apoyo y, en general, promocionaron al Sr. Obama entre sus familiares, amigos y colegas mediante el boca a boca. Los etíopes trabajaron y apoyaron la causa de Obama por todo EE.UU. porque estaban convencidos de que sería positivo para que se produjera un cambio. La humanidad en general y nuestra patria en particular están mejor debido a su elección como presidente de la nación más poderosa del mundo.

Actuamos de acuerdo con nuestras convicciones y trabajamos duro para que se hiciera realidad. Es cierto que lo hicimos para satisfacer nuestros propios intereses pero este acto egoísta no perseguía el beneficio personal sino el bien de nuestra madre patria. Si bien es cierto que el Sr. Obama no luchará por nuestra causa para liberar a nuestro país, su apoyo y comprensión ayudarán en gran medida a incitar a aquellos que andan por el mal camino a unirse al de la democracia.

El Dr. Martin Luther King Jr. en su discurso “Yo tengo un sueño” (I have a dream) en agosto de 1963 dijo: “Yo tengo un sueño: que mis cuatro hijos pequeños vivirán un día en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel sino por los rasgos de su carácter”. Ahora nos toca a nosotros. Hoy afirmamos que la elección de Barack Obama nos conducirá a un día en el que los hijos e hijas de Etiopía serán juzgados por los rasgos de su carácter en lugar de por su lealtad tribal o afiliación política.

El 20 de enero de 2009 fue un día muy especial. Fue un día en el que a los más oprimidos y a los más desfavorecidos se les dio una silla en la mesa. Y no una silla cualquiera sino la silla presidencial. Fue un día en el que el mundo entero celebró al unísono el amanecer de una nueva era.
Millones de personas vieron la ceremonia de inauguración. Miles de millones se llenaron de esperanza. Este martes tan especial, exactamente a las 12 del mediodía, la tierra se paró.

Aretha cantó “My Country ‘Tis of Thee”, Lincoln sonrió y Martin Luther King se regocijó, felices por saber que la semilla que plantaron había echado raíces.

Pero esperen un minuto, tenemos un pequeño problema. Parece que alguien está intentando aguarnos la fiesta. Nada más y nada menos que Su Excelencia Ato Bereket Simone, miembro del Parlamento de Wollo, consejero principal del Primer Ministro y recientemente nombrado jefe del ministerio de incomunicación.

Cuando Ato Bereket habló en nombre de sus cómplices del Buró Político del FPLT, nos ofreció su habitual discurso confuso, incoherente e irracional sobre la “soberanía”. Como de costumbre, nuestros luchadores ignorantes y poco experimentados ascendidos a líderes de una nación están en una situación de desorganización total debido a su impulsiva decisión de encarcelar a la jueza Bertukan Mideksa, personificación de la libertad. El dicho “piensa antes de actuar” es el punto flaco de todos los matones, retrasados y mentalmente inestables.

Esto es lo que dijo Ato Bereket sobre la oposición etíope, las naciones donantes y las organizaciones de derechos humanos en relación a la aprobación del proyecto de ley sobre ONG aprobado por el Parlamento del Primer Ministro: “Si alguien infringe la ley, es su problema y no el nuestro. El gobierno etíope cree que tiene la autoridad y la obligación de asegurar el imperio de la ley en Etiopía. Así que es una acusación y crítica injustificada… Sin importar la situación en la que nos encontremos, estos congresistas nos dicen que no promulguemos leyes que son útiles para Etiopía. Nos van a presionar porque promulgamos nuestras propias leyes. Esto es Etiopía, un estado soberano. No creo que necesitemos a ningún congresista que nos diga lo que tenemos que hacer”.

A esto es a lo que me refiero. Dejaré a un lado su fantasía de que le otorguen un cargo. Lo dejaré pasar ya que el FPLT ha conseguido proclamarse vencedor mediante la pura fuerza y el terror. Me interesa más su aseveración respecto a la “soberanía”. Cuando Ato Bereket afirma que “Etiopía es un estado soberano”, ¿está en lo cierto?
Permítanme que discrepe. Un sencillo ejemplo de mi ciudad puede arrojar luz sobre el dilema al que se enfrenta el Buró Político. Aquí, en Oakland, tenemos lo que se llama el Housing Authority, un organismo del ayuntamiento que se dedica a construir y gestionar apartamentos para personas con ingresos bajos que no pueden pagar el precio de alquiler del mercado. El Housing Authority se encarga de evaluar a los posibles inquilinos y determina su elegibilidad basándose en sus ingresos, número de miembros de la familia y antecedentes penales entre otros requisitos.

Para recibir estos generosos subsidios para residir en complejos de viviendas subvencionadas de la ciudad, los inquilinos aceptan ciertas reglas y condiciones. El inquilino se compromete a no involucrarse en el tráfico o el consumo de drogas, a no permitir la cohabitación con individuos no registrados, abstenerse de cualquier actividad criminal y permitir el acceso al Housing Authority para investigar cualquier comportamiento sospechoso de un inquilino. A cambio de aceptar ayuda del contribuyente, los individuos renuncian a cierto número de sus libertades civiles.

Esto nos lleva de vuelta a nuestra querida y amada Etiopía. La afirmación de que somos un estado ”soberano” bajo el FPLT choca contra una pared de ladrillos cuando de hecho ciertos subsidios se ofrecen y aceptan como nuestro inquilino de Sección 8 (1). Cuando nuestra economía no cubre siquiera el coste de la vida y más del 40% depende de la buena voluntad del donante, ¿son necesarias estas bravuconadas? Las ONG están en nuestro país porque necesitamos toda la ayuda que nos puedan proporcionar. Realizan el trabajo que se supone y espera debe realizar el gobierno. Mientras el régimen derrocha el poco dinero que obtenemos vendiendo nuestras materias primas como el café y las flores en guerras fuera de nuestras fronteras, en pagos a la policía interna y en la vieja corrupción, las ONG están ocupándose de los negocios. Aceptar limosnas y subvenciones tiene un precio. Uno de ellos es perder tu independencia y soberanía.

Mi pregunta para Ato Bereket y compañía es: cuando pretendéis afirmar la “soberanía” diciéndoles a vuestros benefactores que se vayan al cuerno, ¿habéis pensado en cómo vais a reemplazar el servicio tan necesario que están desempeñando? ¿Acaso intimidar a civiles desarmados, a ciudadanos hartos de la guerra, a poblaciones adormecidas por más de treinta años de conflicto y abusos os ha llevado a tal exaltación e irascibilidad que os atrevéis a tachar de ignorantes y poco informados a los senadores y representantes del pueblo estadounidense? ¿Acaso uno de los requisitos de un responsable de la comunicación no es escoger las palabras cuidadosamente y sopesar todas las consecuencias antes de tener tal reacción ante los representantes de otras naciones?

Por otro lado, en caso de que el régimen del FPLT fuera un verdadero representante del pueblo, apoyado y querido por los ciudadanos, y capaz de impulsar la economía, satisfacer las necesidades materiales y espirituales de la nación, Ato Bereket podría chillar y gritar a los ferenjis (2) que nos dejaran en paz. Pero sabemos que no es así. Los altos cargos no pueden siquiera abandonar el palacio sin sus vehículos blindados, la protección de la Policía Federal y la prohibición a los ciudadanos de salir a la calle hasta que ellos hayan pasado. El régimen tiene miedo de sus propios ciudadanos. Al régimen le aterroriza que el pueblo le haga lo que él le hizo al pueblo.

En el Primer Libro de Samuel 17 de la Biblia, se cuenta la historia de David y Goliat. Los ejércitos de los filisteos y los israelíes se enfrentaban el uno al otro en una batalla. Goliat, un hombre gigante que iba completamente armado, se burló y desafió a los israelíes a luchar contra él. El rey Saúl y su ejército estaban aterrorizados. El pequeño David se ofreció voluntario para luchar contra el gigante. Vestido con su sencilla vestimenta de pastor y con una honda y una bolsa de guijarros, fue David a la batalla. Goliat profirió insultos y se acercó para matar a David pero éste cogió una piedra de su bolsa y la lanzó. La piedra se clavó en la frente del gigante, que cayó al suelo boca abajo.

Todos nos identificamos con David porque era el desvalido. Goliat era un matón que depositó toda su fe en su armadura y su poderosa espada. David depositó toda su fe en su dios.

Por tanto, cuando Obama dice: “A las personas de países pobres, os prometemos trabajar codo con codo con vosotros para conseguir que vuestras granjas prosperen y que el agua limpia corra, alimentar cuerpos desnutridos y mentes ávidas de conocimiento” y nuestro jefe de comunicaciones responde “no, gracias”. ¿No estamos invirtiendo la historia de David y Goliat? Los grandes y poderosos EE.UU. se ofrecen a echarnos una mano y la pequeña y pobre Etiopía responde insultando a aquellos que se preocupan por su bienestar.

El único, el poderoso y soberano régimen del FPLT ha pedido al FMI una subvención de 50 millones de dólares americanos para sostener una economía deteriorada. Nosotros los etíopes deberíamos escribir, llamar y animar a la oposición a que se una y pida al FMI y al Banco Mundial que se abstenga de apoyar a un régimen tan poco democrático y enfermo. Un gobierno compuesto por unos pocos individuos que no representan los intereses de 80 millones de personas es una pérdida para banco y hace un flaco favor a la humanidad. ¿Cómo va a alzarse y enfrentarse el pueblo etíope a esos pocos cuando a ellos les dan millones para subvencionar su maquinaria coercitiva?

Una vez más, pedimos al régimen minoritario que escuche al presidente Obama cuando dijo: “Hoy nos reunimos porque hemos preferido la esperanza al miedo, la unidad de propósito al conflicto y a la discordia. Hoy anunciamos el fin de las pequeñas injusticias y las falsas promesas, las recriminaciones y los dogmas inservibles que durante demasiado tiempo han coartado a nuestra política”. Este debería ser nuestro parecer. Los etíopes anhelan la paz y desean dejar atrás su tumultuosa historia y avanzar unidos y rescatar lo que queda de su vieja nación.

Depende de los altos cargos elegir el camino hacia la paz y la prosperidad o el inevitable resultado de su derrota y humillación. Nuestra salvación podría llegar el mes que viene o el año que viene pero estamos seguros de que la buena voluntad triunfará sobre la mala. Estamos dispuestos a esperar. Estamos dispuestos al sacrificio. Mientras escribo esto Bertukan Mideksa lleva en prisión 25 días, 2 horas y 6 minutos y nuestro querido hijo Teddy Afro lleva pudriéndose en prisión 281 días, 23 horas y 37 minutos por un crimen que no cometió. Depende de cada uno de nosotros involucrarse y luchar contra la injusticia. Si quiere colaborar, por favor, haga clic en los links de abajo y aporte su granito de arena. Unirnos todos contra la minoría será la única manera de despertar de esta pesadilla. Si tú no lo haces, ¿quién lo hará?

Yilma Bekele

http://capwiz.com/justforeignpolicy/home/ethiopia

http://www.petitiononline.com/TedyAfro/petition.html

http://foreign.senate.gov/about.html

http://www.imf.org/external/np/exr/contacts/contacts.aspx

Artículo cogido de Addis Voice, Etiopía, el 23 de enero de 2009

(1) Término con el que popularmente se conocen en EE.UU. los subsidios de vivienda en referencia al atículo 8 de la Ley de Vivienda de 1937.

(2) Término despectivo en árabe para denominar a los occidentales.

Traducido por María Victoria Sifre, colaboradora con Fundación Sur en la traducción de artículos.

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