Estudiantes universitarios anglófonos y la lucha nacionalista anglófona en Camerún (parte 2/4)

6/07/2017 | Opinión

No obstante, un factor más decisivo en el desarrollo del problema angloparlante fue el proyecto de nación-estado tras la reunificación. Para la población angloparlante, el desarrollo nacional ha estado dirigido por la firme determinación de la élite política francófona de dominar a la minoría angloparlante en el estado poscolonial y eliminar las bases culturales e institucionales de su identidad. Los angloparlantes han sido relegados frecuentemente a posiciones inferiores en el proceso nacional de toma de decisiones y siempre han contado con muy poca representación en posiciones ministeriales y de importancia en la administración, en el ejército, y en las compañías estatales (cf. Kofele-Kale 1986; Takougang & Krieger 1998). Es comúnmente aceptado que los angloparlantes han estado expuestos a una política cuidadosamente detallada dirigida a suprimir su lengua y sus instituciones, a pesar de que los líderes políticos francófonos aseguraron a sus coetáneos angloparlantes durante las negociaciones constitucionales de la reunificación que las diferencias lingüísticas e institucionales heredadas de la era colonial se respetarían en la unión bilingüe. Y, por último, pero no menos importante, el relativo infradesarrollo de la región angloparlante muestra que no se ha beneficiado especialmente de su riqueza de recursos, en concreto el petróleo. Gradualmente, esto creó una concienciación angloparlante: el sentimiento de ser colonizados otra vez y marginados en todas las esferas de la vida pública y por lo tanto sentirse ciudadanos de segunda clase en su propio país. El hecho de que ellos mismos optaron parcialmente por la «alianza hegemónica» (Bayart 1979) y la naturaleza autocrática de los regímenes poscoloniales impidió que los angloparlantes se organizaran abiertamente para defender sus intereses hasta la liberalización política a principios de los 90.

Teniendo en cuenta el resentimiento en la región angloparlante causado por el dominio francófono en el estado poscolonial, no sorprende que el primer partido de oposición del país surgiera en la parte angloparlante de Camerún. En 1990 se formó el Frente Social Demócrata (Social Democratic Front, SDF) en Bamenda, la capital de la Provincia del Noroeste, exigiendo la liberalización del espacio público y sacando partido de las frustraciones angloparlantes tras tres décadas de marginación. Su líder fue John Fru Ndi, que disfrutó de una popularidad general entre las masas urbanas debido a su coraje y a su forma populista de mandar. Después de que una marcha masiva para inaugurar el SDF terminase en la muerte de seis jóvenes anglófonos, los medios de comunicación controlados por el estado intentaron tergiversar los hechos y negar cualquier responsabilidad del gobierno en este sangriento suceso. Los líderes del partido dirigente, el Movimiento Popular Democrático de Camerún (Cameroon People’s Democratic Movement, CPDM), condenaron severamente a los angloparlantes por este «acto de traición» y lo que consideraron el nacimiento prematuro del multipartidismo en el estado poscolonial. Su reacción a esta manifestación pacífica sorprendió a muchas personas. A los cameruneses angloparlantes se les llamaba «biafreños», se les tildaba de «enemigos en el hogar» y el Ministro de Administración Territorial de aquel entonces, Ibrahim Mbombo Njoya, les instó a marcharse a otro lugar si estaba descontentos con la unidad nacional.

Los líderes del SDF ayudaron a convertir la región angloparlante en un auténtico hervidero de rebelión, lo que llevó a fuertes enfrentamientos con el régimen dirigente, especialmente durante la campaña del «pueblo fantasma» de 1991 y 1992, que fue básicamente una manifestación prolongada de desobediencia civil organizada por el SDF y los partidos de oposición aliados para forzar al gobierno de Biya a celebrar una conferencia nacional soberana (Mbu 1993). El impacto que tuvo esto en la comunidad angloparlante fue particularmente visible durante las siguientes elecciones presidenciales, en las que Fru Ndi recibió el 86.3% y el 51.6% de los votos emitidos en las Provincias del Noroeste y del Suroeste respectivamente. No es sorprendente que la victoria de Biya en estas elecciones fraudulentas resultara una experiencia traumática para los angloparlantes de Camerún y que iniciara protestas violentas contra el «robo de la victoria de Fru Ndi» a lo largo del Noroeste.

Paradójicamente, aunque la SDF y Fru Ndi contribuyeron enormemente a la concienciación y toma de acción angloparlante, el partido se presentó progresivamente como un partido nacional en vez de uno angloparlante, tal y como mostró su creciente número de miembros francófonos, especialmente en la región vecina de Bamileke, que estaba muy ligada a los grupos étnicos de la Provincia del Noroeste y veía al SDF como un acceso al poder político (Socpa 2002). En consecuencia, los intereses de los angloparlantes pasaron a ser los más representados y protegidos por las asociaciones y grupos de presión creados por la élite angloparlante tras la liberalización política en diciembre de 1990.

camerun_del_sur_manifestacion.jpgLos nuevos movimientos angloparlantes pudieron situar el problema angloparlante en la agenda nacional e internacional. En abril de 1993 organizaron la Primera Conferencia de Angloparlantes (All Anglophone Conference, AAC) en Buea, la antigua capital de Camerún del Oeste. La conferencia marcó un hito en la historia del Camerún angloparlante, llegando a reunir a más de 5000 miembros de la élite anglófona. Algunos líderes de los políticos de la «vieja guardia» o la «generación de Foumban», como John Ngu Foncha y Solomon Tandeng Muna, los arquitectos de la reunificación angloparlante, se mostraron muy satisfechos con la reunión y se disculparon por sus limitaciones a la hora de representar los intereses de los angloparlantes, especialmente durante la época de la federación. Le cedieron las riendas a una nueva generación de tecnócratas anglófonos, los líderes de los nuevos movimientos angloparlantes (Wache & Fualefeh). La Declaración de Buea, emitida después de esta reunión histórica, enumeraba las numerosas injusticias que los angloparlantes sufrían bajo el dominio, la asimilación y la explotación francófona, y reclamaba la vuelta a una federación de dos estados (All Anglophone Conference 1993).

La negativa del gobierno de Biya de entablar cualquier tipo de negociación causó una creciente radicalización de los movimientos angloparlantes. En la Proclamación de Bamenda, enunciada en la Segunda Conferencia de Anglófonos (AAC II), que fue celebrada en Bamenda del 29 de abril al 1 de mayo de 1994, se estipuló que «si el gobierno persistiera en su negativa a iniciar negociaciones constitucionales o no las iniciara dentro un periodo razonable, los líderes angloparlantes proclamarán la restauración de la independencia y soberanía del territorio anglófono y tomarán todas las medidas necesarias para asegurar, defender y preservar la independencia, soberanía e integridad de dicho país» (Konings & Nyamnjoh 1997: 218-20).

Después de esta segunda conferencia, los movimientos angloparlantes empezaron a referirse al territorio anglófono como Camerún del Sur en un intento de «demostrar que nuestra lucha no es ni de un carácter simplemente lingüístico ni en defensa de una cultura colonial extranjera, sino que está dirigida a la restauración de la autonomía de la antigua Camerún del Sur, que ha estado anexionada por la República de Camerún» (1). Consecuentemente, la entidad coordinadora de todos los movimientos angloparlantes pasó a llamarse el Consejo Nacional de Camerún del Sur (Southern Cameroons National Council, SCNC). Su liderazgo pronto adoptó una postura separatista, aspirando a la independencia de Camerún del Sur a través de negociaciones pacíficas con el régimen, la concienciación de la población regional y la ofensiva diplomática. Una sensación de euforia se esparció por toda la parte anglófona de Camerún cuando la delegación de la SCNC regresó de una incursión a las Naciones Unidas en 1995. Durante las marchas a las que atendieron enormes multitudes en varias ciudades anglófonas, la delegación desplegó una enorme bandera de la NU, afirmando que las Naciones Unidas se la había entregado para mostrar que Camerún del Sur todavía era un territorio en fideicomiso de la NU y que la independencia solo era cuestión de tiempo. (2)

Sin embargo, de 1996 en adelante, los movimientos angloparlantes parecieron perder su impulso inicial. Dos factores fueron los mayores causantes de esta lamentable evolución. En primer lugar, el gobierno de Biya fue capaz de neutralizar los movimientos angloparlantes en gran medida usando una serie de tácticas muy conocidas, como dividir y vencer, atrayendo líderes angloparlantes al régimen y ejerciendo una fuerte represión. En segundo lugar, hubo problemas con el liderazgo. Con la dimisión de sus fundadores, la SCNC carecía de un liderazgo competente y entregado. Con los problemas de liderazgo y la negativa del gobierno a establecer negociaciones, se desarrolló un conflicto generacional dentro de los movimientos entre la nueva generación de líderes angloparlantes, que seguían determinados a alcanzar una separación negociada de La République du Cameroun (3) y los jóvenes, que habían llegado a la conclusión de que Camerún del Sur solo lograría la independencia a través de la lucha armada. La Unión de Jóvenes de Camerún del Sur (SCYL) en concreto optaba por esta última estrategia (ver más abajo).

No obstante, sería un gran error asumir que los movimientos angloparlantes se paralizaron por completo o incluso que sucumbió a las tácticas divisivas y represoras del gobierno y a sus propias deficiencias organizativas y estratégicas. La lucha angloparlante parece haber adquirido nuevo ímpetu recientemente. El 30 de diciembre de 1999, el juez Frederick Alobwede Ebong, un activista de la SCNC con lazos cercanos al SCYL, proclamó la restauración de la independencia de la antigua Camerún del Sur británica por la estación de Buea de la Cameroon Radio and Television (CRTV). A esto le siguió el nombramiento de un gobierno provisional y la creación de un escudo de armas, una bandera y un himno nacional.

Es, de hecho, a causa de estos sucesos que un número creciente de angloparlantes y francófonos a favor del gobierno reconoce ahora que sí que hay un problema angloparlante tras tantos años de negarlo en público. En enero de 1999, incluso el Presidente Biya admitió por primera vez, de forma despectiva eso sí, la existencia de este problema, que él veía como algo causado por un puñado de fanáticos y vándalos. Aun así, aún no ha mostrado ningún interés por negociar con los movimientos angloparlantes a pesar de los frecuentes llamamientos al diálogo para solucionar el problema angloparlante por parte de dignatarios internacionales francófonos y angloparlantes. (4)

Piet Konings

Fuente: ACS Leiden


Notas:

1.- Comunicado de prensa de la SCNC publicado en el Cameroon Post, 16-23 agosto de 1994, p. 3.

2.- Los líderes de la SCNC alegaron (1) que Ahidjo no había seguido los procedimientos adecuados para promulgar y modificar la constitución federal; y (2) que la parte francófona de Camerún se había separado de la unión en 1984 cuando el gobierno de Biya cambió el nombre del país unilateralmente de la República Unida de Camerún a la República de Camerún, el nombre del Camerún francófono independiente antes de la reunificación. Desde esta perspectiva, afirmaban que el Territorio en Fideicomiso de Camerún del Sur nunca había dejado de existir o que había sido restaurado. Por lo tanto, seguían creyendo que la NU seguía teniendo una responsabilidad para con Camerún del Sur.

3.- Referencia al título del régimen, pues el gobierno de La République du Cameroun, el nombre adoptado por la parte francófona de Camerún al obtener la independencia, se ha convertido en una figura significante en la reescritura de la historia constitucional del país como una consolidación progresiva de la recolonización y anexión de la parte angloparlante de Camerún por el estado poscolonial predominantemente francófono. Vea Eyoh 1998: 264.

4.- Por ejemplo, durante su visita a Camerún en mayo del 2000, el secretario general de la NU, Kofi Annan, apeló al dialogo entre los líderes angloparlantes y francófonos.

[Traducción, Eduardo Ruiz Ferrero]

[Fundación Sur]


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Autor

  • Piet Konings

    Piet Konings se retiró en 2008. Actualmente está asociado al Centro de Estudios Africanos de Leiden como investigador honorario.

    Piet Konings es un sociólogo del desarrollo. Ha realizado una extensa investigación sobre el laborismo y el sindicalismo, el desarrollo rural y los procesos políticos en África. Sus intereses de investigación actuales son: el cambio político y el regionalismo en Camerún, con especial referencia al problema anglófono; y el papel de las organizaciones de la sociedad civil durante la liberalización económica y política en varios países africanos, en particular Camerún y Ghana. (Fuente: ASC Leiden)

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