En Dakar, el francés ha retrocedido en favor del wolof. Un fenómeno de fondo que tiene implicaciones en la vida cotidiana.
«Kaay ndékki». Cuando caminamos por la mañana por los barrios populares de Dakar, es difícil no escuchar esta invitación para disfrutar de un desayuno. Una oferta amistosa, a menudo de gente modesta, que tienen el gusto por compartir, la “teranga” (hospitalidad senegalesa). Si esta invitación se hace en wolof, y no en francés, ya que es para un “toubab” (hombre blanco), no hay que ver en ello ningún desprecio. Es simplemente porque en estos enormes barrios de Dakar, el uso del francés está mucho más limitado.
Un gran número de habitantes de estos barrios, no son capaces de formular frases en francés. Algunos nunca han ido a la escuela. Entre los que viven allí, muchos no han oído hablar la lengua de Molière y muchos profesores prefieren hablar wolof, incluso durante las clases.
¿Habla Ud. wolof?
En muchas capitales africanas de habla francesa, la lengua de Voltaire fue capaz de posicionarse como una lengua franca, permitiendo a cientos de grupos étnicos llegar a un acuerdo sobre el uso de una lengua común para todos. En Abiyán, la capital económica de Costa de Marfil, prefieren hablar francés en lugar de cualquier otro idioma. Todo es diferente en Dakar, capital de Senegal, donde el wolof se ha impuesto. Incluso en los círculos intelectuales, este lenguaje está ganando terreno.
«Mi jefe impone el uso del Wolof en todas las conversaciones. A pesar de que esta lengua no está muy adaptada al vocabulario técnico», asegura Aissata, un ejecutivo de una gran compañía de seguros.
En Dakar, los otros africanos de habla francesa, quedan, a menudo, desconcertados por esta omnipresencia del wolof.
«Pedí en francés a unos senegaleses que me indicaran el camino y me contestaron que se lo preguntara en wolof, a pesar de que les había explicado que no hablaba esa lengua”, se queja un marfileño. Yo les había explicado que no hablo ese idioma , se asombra un marfileño.
«Muchos marfileños, benineses y otros expatriados se sienten cada vez menos cómodos en Dakar, debido a la ubicuidad de esta lengua en Senegal», declara Alfonso, maestro de origen beninés. Incluso a muchos senegaleses les molesta el auge creciente de ese idioma.
«Durante mucho tiempo, el cantante Baaba Maal ha sido rechazado por las radios de Senegal porque cantaba en pulaar (lengua fulani) y no en wolof. “ Yo también quiero defender mi cultura. En casa con mis hijos sólo hablo francés y fulani. Quiero transmitirles este elemento esencial de identidad «, explica Assan, un alto funcionario de origen fulani.
En Casamance, en el suroeste de Senegal, al igual que en otras regiones, el peso de wolof a veces molesta. «En los tribunales, las conversaciones son por lo general en ese idioma. La población local se encuentra en desventaja. No es su lenguaje. ¿Cómo pueden defenderse a sí mismos en un idioma que no pueden hablar?», se lamenta Savane, un funcionario de alto rango, aunque reconoce que hay intérpretes en la mayoría de las jurisdicciones.
La cuota del francés
En la televisión y la radio, el wolof también domina. Los programas en francés u otra lengua son una minoría. Los debates políticos, culturales o sociales suelen tener lugar en wolof. Sólo las telenovelas, las películas americanas o las series indias son dobladas al francés. Pero no hay ninguna esperanza de poder oír un combate de lucha (deporte nacional) en francés. En algunas ocasiones hay algún debate en wolof subtitulado en francés. En cierto modo, muchos occidentales se sienten más cómodos en el sur de Nigeria, donde el pidgin (inglés criollo, también llamado inglés roto) sirve como lengua franca.
En Senegal, muchos profesores se quejan de que, en general, el nivel de francés ha bajado. «Ha bajado significativamente en los últimos años. Los maestros a menudo hablan wolof. En la vida de todos los días, domina el wolof», dice Oumar Sankharé, profesor de la Universidad de Dakar que añade una explicación: «al preguntar a muchos senegaleses por qué tienen tanta renuencia a hablar francés, dan justificaciones políticas. Afirman que ese no es el idioma de Senegal. Un extraño nacionalismo desarrollado en los últimos años».
Incluso los maestros de primaria están alarmados por el nivel de los estudiantes en francés. «Es el peor de todos los años», se lamenta Cheikh, un maestro de Dakar. Incluso las élites se han decidido a hablar más y más a menudo en wolof. El francés se ha vuelto vacilante o académico. Como si estuvieran hablando en un idioma extranjero. O incluso en una lengua muerta. El vocabulario es a veces anticuado, viejo, desusado.
Una situación aún más sorprendente teniendo en cuenta que Senegal se enorgullece de ser la cuna de la francofonía. Léopold Sedar Senghor (jefe de Estado 1960-1980) fue un gran defensor de la francofonía. Se auto adjudicó incluso el título de «padre de la francofonía». El presidente poeta siempre ha proclamado su amor de la lengua francesa. Su sucesor, Abdou Diouf (en el poder desde 1980 hasta 2000), será quien en adelante dirigirá la francofonía.
Los senegaleses han sido, tradicionalmente, conocidos por su dominio de la lengua francesa. Los marfileños acostumbraban a decir que los senegaleses hablaban «el gran francés», es decir, el francés de los franceses. Pero cada vez más, este «gran francés» muestra un gran declive y ha dejado paso a un francés criollo, mezcla de francés, wolof y, a veces, también inglés.
El atractivo de los Estados Unidos
Cada vez más senegaleses estudian en América del Norte y alimentan su francés con expresiones americanas. La pérdida de la lengua francesa en Senegal también está vinculada, sin duda, a la pérdida de influencia de París. Y al menor atractivo de la cultura francesa en Dakar. La capital senegalesa, es la región de África Occidental más cercana a Estados Unidos. Una tierra con la que muchos sueñan. Incluso los luchadores profesionales sueñan con América.
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Fundación Sur