Es necesario que termine el régimen del presidente IBK en Malí

13/09/2017 | Opinión

Malí bajo Ibrahim Boubacar Keïta (IBK), estamos asistiendo a eventos que nunca sucedieron en Malí desde el advenimiento de la democracia. Hechos que van en contra de sus promesas presidenciales. Una alta traición que merece una sanción a la altura del grave delito cometido.

En efecto, más allá del escaparate que conocemos en la gestión de la crisis maliense, el acuerdo de Argel, el establecimiento de un clima social y de seguridad digno, el régimen, como una provocación, ha abierto otros frentes que llevan peligrosamente a Malí al caos. El caso Ras Bath (condenado a 12 meses de prisión…), la revisión constitucional, los ataques dirigidos contra los partidarios del NO a la revisión de la constitución y, finalmente, la tentativa de asesinato del periodista Madou Kanté, conocido como Mariscal Madou.

¿Dónde está IBK? ¿No es consciente de estas derivas que llevan a Malí hacia una guerra civil?

Los acontecimientos demuestran que IBK no controla la gestión del poder. Los hombres que le rodean, su familia, los líderes religiosos… éste es el mal de este país.

Ellos chupan injustamente la sangre de un pueblo pasivo desde hace 4 años. Este pueblo finalmente se manifestó con el fin de interponerse ante un destino fatal para Malí. Los vampiros, viendo sus sórdidos intereses amenazados con el establecimiento de la justicia social, amenazaban, atacaban e incluso estaban listos para matar para salvaguardar esta política maquiavélica.

El enojo social que resulta de este mal gobierno se ha amplificado. Ha fomentado alianzas de circunstancias que, habida cuenta de la tensión en el terreno, decidirán rescatar a Malí. Un Malí humillado, azotado por IBK y sus hombres tanto en la escena nacional como internacional.

Ha llegado el momento de hacer tabula rasa. Tres hechos serán la ocasión para esta misión republicana: el forzar la revisión de la constitución, el intento de asesinato de Madou Kanté y la condena política de Ras Bath.

Hágales saber que Malí no es y nunca será propiedad privada. Los días venideros serán decisivos.

Boubacar Yalkoué

[Fundación Sur]


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