El cardenal Fridolin Ambongo, arzobispo de Kinshasa, criticó la indiferencia de la comunidad internacional y la falta de autoridad de la ONU ante la agresión ruandesa durante la celebración religiosa por la paz en el Congo, realizada el pasado sábado 24 de febrero.
El prelado hizo referencia al documento “Ecclesia in Africa”, publicado en septiembre de 1995, para poner de relieve que la realidad presentada en dicha obra parece “permanecer sin cambios”, ya que las poblaciones congoleñas, sobre todo en el este del país, “viven una verdadera tragedia y permanente suplicio” que duran ya desde hace tres décadas:
“El pueblo congoleño se asemeja a ese hombre despojado, maltratado por golpes y dejado medio muerto; la primera Asamblea del Sínodo ya había aplicado esta parábola para definir la situación de África, estigmatizando así la indiferencia de la comunidad internacional”.
Hoy, el cardenal de Kinshasa vuelve a denunciar la pasividad de la comunidad internacional, que se resiste sistemáticamente a sancionar a Ruanda, que, sin embargo, es oficialmente calificado como un agresor de la República Democrática del Congo (RDC) a través del grupo armado terrorista M23. Las numerosas fuerzas con las que cuenta la Misión de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (MONUSCO) están presentes en el país desde hace tiempo, pero su mandato ha fracasado:
“Resulta inconcebible que con los medios de que dispone haya fracasado en su tarea de restablecer la paz en nuestro país”.
Por otra parte, el cardenal de Kinshasa señaló que “el silencio e inacción de la comunidad internacional roza claramente la complicidad”. El papa Francisco en su viaje al Congo en 2023 ya se pronunció con palabras inequívocas e indignadas:
“Retirad vuestras manos de la RDC. El Congo no es una mina que hay que explotar ni una tierra que hay que desvalijar”.
El arzobispo de Kinshasa recordó también en su homilía que la Conferencia nacional de los Obispos congoleños (CENCO) denunció, hace ya un año, la actitud hipócrita de la comunidad internacional y de los organismos regionales.
Fuente: Político.cd
[CIDAF-UCM]
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