Es hora de que África tenga su propia versión del Premio Nobel

18/10/2016 | Opinión

Por enésima vez, Ngugi wa Thiongo no ganó el Premio Nobel de Literatura. No sé el resto de ustedes keniatas, pero yo estoy cansada de contener la respiración octubre tras octubre sólo para ver, decepcionada, como el premio de literatura va a otro «no merecedor» hombre blanco.

No estoy aquí para demostrar lo que ya es de conocimiento común; Ngugi es, con mucho, el escritor africano con mayores méritos para el Premio Nobel de Literatura.

Hoy estoy aquí para hablar de la verdadera razón por la que Ngugi, probablemente, nunca será galardonado con el Premio Nobel de literatura.

Permítanme comenzar diciendo que la última vez que un hombre negro y me refiero a un hombre africano de piel oscura, pelo grueso con auténtica sangre africana corriendo por sus venas endurecidas, ganó fue en 1986.

Su nombre: Wole Soyinka. Eso fue hace 30 años. Hace treinta años yo era sólo un producto de la imaginación de Dios. Ni siquiera era un plan en la mente de mis padres.

Lo que significa que, durante el tiempo que llevo viva (tengo 26 años de edad), ningún hombre negro ha ganado el premio Nobel de Literatura. Durante tres décadas, señoras y caballeros, los blancos nunca han encontrado a un hombre negro digno de un premio Nobel de literatura.

Voy a llamarlo como lo que realmente es; esto es mis queridos amigos, flagrante racismo. Prejuicio racial e intolerancia por la cultura africana en su momento más álgido. El Nobel se ha convertido en una herramienta para el hombre blanco, para recordarnos a los africanos que nuestra cultura no es lo suficientemente buena. No lo suficiente a nivel internacional. No es aceptable y, por lo tanto, no es digna del premio.

Ngugi dejó de escribir en inglés en 1977. Desde entonces, ha escrito sus novelas en el idioma Kikuyu. Sus libros, por supuesto, han sido traducidos a diferentes idiomas, pero el idioma original es su lengua materna.
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La razón de esta decisión fue muy simple. Quería cumplir con el deber de cada escritor para con su público; escribir en un lenguaje accesible que cualquiera pudiera entender. Ahora, sólo porque Ngugi no escribe sus novelas en inglés, el lenguaje del amo colonial, el Comité Nobel noruego piensa que no merece el Nobel, no importa que en 1988, un escritor egipcio, Naguib Mahfuz, ganara el Nobel por su obra escrita en árabe.

¿Qué tiene que hacer un hombre negro para conseguir la aprobación de los blancos? ¿Quiere esto decir, que para que un hombre negro gane el premio más codiciado en el mundo que tiene que escribir en inglés, el idioma del colonizador?

¿Significa esto que para un africano, para ser considerado un escritor de éxito mundial debe recibir la unción de un montón de gente blanca sentada en una sala de juntas con aire acondicionado?

¿Quién no sabe que los africanos son considerados como el último escalón de la escalera?, ¿lo más bajo de lo bajo y nuestras culturas se ven como primitivas y atrasadas?.

Cada estudiante africano que estudia en un país extranjero, por ejemplo, Estados Unidos, dirá que el sutil racismo a veces es descarado y lo tienen que aguantar ya que los blancos piensan que los africanos son mejores que los animales primitivos que ven en el National Geographic.

Que los estudiantes africanos tienen que trabajar el doble para ser tomados en serio por sus profesores blancos que no creen que un africano pueda construir una frase en buen inglés.

Que los estudiantes africanos tienen que aguantar a profesores que les miran despreciándolos y actúan con incredulidad cuando estos brillantes estudiantes presentan un documento bien escrito, en buen inglés, con argumentos plausibles.

No es un secreto que esta supremacía blanca ha echado raíces incluso en nuestros propios países, donde tenemos a los blancos caminando con confianza pensando que son las personas más inteligentes.

Nuestras mentes todavía están operando bajo la resaca de los tiempos coloniales hasta el punto de que sentimos que necesitamos a los blancos para «salvarnos» porque hemos caído en el sin sentido de la supremacía blanca.

Ha llegado el momento de que nos demos cuenta de que no necesitamos a los blancos para tranquilizarnos y decirnos lo brillantes e inteligentes que somos para que nos sintamos bien con nosotros mismos.

El primer paso es conseguir la versión africana del Premio Nobel. Articulo número uno, no se admiten blancos.

Njoki Chege: escribe para el Saturday Nation. Es una escritora muy controvertida y se la quiere y se la odia en igual medida. Nació en el pueblo de Mt. Kenya y posteriormente se trasladó a Buruburu, Nairobi.

africareview.com

Fundación Sur

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