¿Es el biocombustible el nuevo petróleo del continente?

13/06/2008 | Crónicas y reportajes

La sobre dependencia de los combustibles fósiles durante mucho tiempo ha acabado con los presupuestos nacionales. Los precios del combustible están subiendo cada día más y con un escaso control sobre los precios determinados internacionalmente, los Gobiernos buscan alternativas para cubrir las necesidades de combustible de una población urbana en crecimiento.

Los gobiernos africanos cada vez más buscan los biocombustibles, como una manera viable de lograr esto. Según Njeri Wamukonya, un experto en energía que trabaja con el Programa de Medioambiente de las Naciones Unidas, la inversión de todo el mundo en bioenergía alcanzó los 21.000 millones de dólares el año pasado.

“Los gobiernos en los países en desarrollo y desarrollados se están marcando objetivos de bioenergía, siendo los principales factores a tener en cuenta la seguridad energética, el cambio climático y las preocupaciones por el desarrollo”, dice Wamukonya. La Unión Europea, por ejemplo, ha anunciado que pretende que los Estados miembros generen al menos el 10 % de su energía de biocombustibles para 2020.

Recursos Naturales

Esta mayor demanda de biocombustibles supone una oportunidad del mercado para el Sur, con sus recursos naturales disponibles. Por ejemplo, Barsil estaba produciendo el 33 % del biocombustible etanol mundial a finales del año pasado.

Los países africanos están dispuestos a transformar sus terrenos de cultivos expansivos en los próximos “campos de petróleo”.

Las posibilidades de cultivo son diversas, desde maíz, colza y jatrofa (o piñón de tempate). Los biocombustibles líquidos incluyen los biodiesel derivados del aceite vegetal y el bioetanol se hace de la caña de azúcar, maíz y otras cosechas con alto contenido en almidón. La producción global de biocombustibles consiste principalmente en etanol.

Según Cornelis van der Waal, un analista de industria que trabaja para Frost ¬ Sullivan, una consultoría con sede en Suráfrica que asesora sobre políticas de desarrollo, África tiene un gran potencial para el biocombustible debido a su enorme cantidad de tierra cultivable y mano de obra.

Este analista declara: “África no es, de ninguna manera, un participante en la actual carrera por los biocombustibles, comparada con el resto del mundo, pero potencialmente podría convertirse en la contribución más importante de combustibles alternativos”.

“La cuestión no es tanto sobre si África está preparada para la revolución del biocombustible, sino si África puede permitirse dejar pasar la oportunidad de los biocombustibles”, añade el experto.

Rezagada en la carrera de los biocombustibles

Una reunión ministerial panafricana, celebrada en marzo de este año, en Maputo, Mozambique, marcó un momento decisivo. Los Ministros africanos responsables del desarrollo de la energía en sus países, anunciaron una declaración comprometiéndose a aumentar la investigación en el desarrollo de energías renovables, principalmente biocombustibles. Esto ha hecho que muchos inversores muestren interés en la producción de biocombustibles en África.

Sin embargo, los analistas de energía aseguran que la inversión en África no ha tenido en cuenta la investigación básica que era necesaria. A pesar de los bien establecidos centros nacionales de investigación agrícola por toda África, hay muy pocas investigaciones en marcha para mejorar las cosechas que produzcan más etanol y biodiesel.

Van der Waal dice que muchos países africanos que investigan los biocombustibles, como Kenia y Mozambique, en la actualidad no tienen capacidad suficiente para la investigación sobre los mismos. Añade que la investigación en este campo en África no tiene la financiación adecuada, con la mayoría de los fondos provenientes del Gobierno y llevándose a cabo en las Universidades.

Según Van der Waal, los países africanos deberían seguir el ejemplo de Brasil, donde tanto el Gobierno como el sector privado llevan a cabo investigaciones, que mantienen una industria de etanol durante más de 20 años. Dice que uno de los puntos fuertes del Continente es su capacidad para combinar la investigación sobre biocombustibles del Gobierno y del sector privado, algo de lo que todavía no se está aprovechando.

La actual investigación sobre biocombustibles también se centra demasiado en la eficacia del incremento de la producción, más que en la calidad de los productos, dice, añadiendo que hay oportunidades para muchos otros productos biocombustibles y aplicaciones, además del etanol y el biodiesel. Por ejemplo, el combustible casero, como la parafina, la madera t el carbón, podrían ser reemplazados por gel de etanol, que se hace mezclando etanol con un agente espesante y agua. El fuel en gel arde sin humo, y así no causa problemas respiratorios asociados a los actuales combustibles que se utilizan en las casas.

Kimani Chege

Business Day

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