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Inicio > REVISTA > Noticias > ![]() Eritrea encabeza la lista de los peores países contra la libertad de prensa 17 de septiembre de 2019
Eritrea es el país más censurado del mundo, según un nuevo informe de un organismo de control de los medios de comunicación que también cita medidas extremas adoptadas por las autoridades de otros nueve países, entre ellos Corea del Norte, China y Arabia Saudí. El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés), con sede en Estados Unidos, declaró el martes que los tres peores países para la censura de prensa (Eritrea, Corea del Norte y Turkmenistán) utilizan los medios de comunicación “como portavoz del Estado, y el periodismo independiente se lleva a cabo desde el exilio”. El informe cita que otros países en la lista de los 10 primeros puestos “utilizan una combinación de tácticas contundentes como el acoso y la detención arbitraria, así como sofisticadas medidas de vigilancia y piratería informática para silenciar a la prensa independiente”. Arabia Saudí, China, Vietnam e Irán, clasificados del cuarto al séptimo lugar respectivamente, fueron citados en el informe del CPJ por “encarcelar y acosar a periodistas y a sus familias, al mismo tiempo que participaban en el monitoreo digital y la censura de Internet y los medios sociales”. Guinea Ecuatorial, Bielorrusia y Cuba también fueron nombrados en la lista de los 10 países más censurados del CPJ. El organismo de control señaló que las condiciones para los periodistas y la libertad de prensa en países asolados por la guerra como Siria y Yemen son "extremadamente difíciles, pero no necesariamente atribuibles únicamente a la censura gubernamental". Las clasificaciones se basaron en factores como las restricciones a los medios de comunicación privados o independientes, las leyes de difamación criminal, las restricciones a la difusión de noticias falsas, el bloqueo de sitios web, la vigilancia de los periodistas por parte de las autoridades, los requisitos de licencia para los medios de comunicación y la piratería selectiva o el troleo. Joel Simon, director ejecutivo del CPJ, en una declaración, explicó que “se suponía que Internet iba a hacer obsoleta la censura, pero eso no ha ocurrido. […] Muchos de los países más censurados del mundo están muy conectados, con comunidades en línea activas. Estos gobiernos combinan la brutalidad al viejo estilo con la nueva tecnología, a menudo comprada a empresas occidentales, para sofocar la disidencia y controlar los medios de comunicación”. El peor carcelero En Eritrea, según el informe, el Estado mantiene el monopolio legal de los medios de difusión y de las fuentes alternativas de información de los periodistas, como Internet o las emisiones por satélite de las emisoras de radio en el exilio. Estos están restringidos a través de servicios de Internet controlados por el gobierno. El informe señalaba que Eritrea era “el peor carcelero de periodistas en el África Subsahariana, con al menos 16 periodistas encarcelados hasta diciembre de 2018. […] La mayoría han sido encarcelados desde la represión de 2001, y ninguno ha sido juzgado. […] Hasta siete periodistas pueden haber perecido bajo custodia”. Según el CPJ, el líder norcoreano Kim Jong Un ha intensificado el uso de bloqueadores de señales de radio y equipos avanzados de detección de radio para evitar que la gente comparta información. El informe también indica que el entorno ya represivo de Arabia Saudí para la prensa ha “sufrido un fuerte deterioro” bajo el gobierno del príncipe heredero de facto Mohammed bin Salman (MBS, por sus siglas en inglés): “las leyes antiterroristas y contra la ciberdelincuencia y los tribunales especializados dan rienda suelta a las autoridades para encarcelar a los periodistas y blogueros que se apartan de la narrativa progubernamental”. El informe añade que el 1 de diciembre de 2018 había 16 periodistas encarcelados y que las autoridades saudíes detuvieron al menos a otros nueve periodistas sólo en la primera mitad de 2019. China tiene el aparato de censura más sofisticado, según el CPJ, que señaló que los usuarios de Internet chinos están bloqueados por el “Gran Cortafuegos” y que las autoridades vigilan las redes de medios sociales nacionales y vigilan a los periodistas internacionales. El informe explica que “tanto las agencias de noticias privadas como las estatales están bajo la supervisión de las autoridades, y los que no siguen las directivas del Partido Comunista Chino son suspendidos o castigados de alguna otra manera”. El CPJ concluye que, mientras tanto, los periodistas internacionales que trabajan en China se enfrentan a la vigilancia digital y humana, con el retraso o la denegación de visados. Fuente: Al Jazeera [Traducción y edición, A. Martínez Pradas][Fundación Sur]
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