En una entrevista con “Conversations with Writers”, la escritora zimbabuense Lilian Masitera habla sobre los antecedentes y las influencias sobre su trabajo.
Lialian Masitera es una mujer con muchas dotes.
Es profesora del Departamento de Matemáticas del Belvedere Technical Teachers College de Harare, novelista, escritora de cuentos y poetisa.
En 1989, cuando daba clases en el instituto Queen Elisabeth de Harare, descubrió un modo a través del cual se podían calcular los ángulos verticales de los conos. La fórmula fue aceptada como original por la Universidad de Stanford de Estados Unidos y ahora es muy utilizada por los estudiantes de los institutos.
En 1994, formó parte de un grupo de mujeres que publicó la primera antología de poemas y cuentos escrita por mujeres zimbabuenses. La antología fue descrita por las críticas locales como “un punto de referencia en la historia de la literatura zimbabuense”. En 1997 recibió el premio al mérito por parte de la Internacional Society of Poets (Sociedad internacional de poetas) por su poema, Enter to Teetotaler, que también se encuentra en Militant Shadow (Minerva Press, 1996).
En una entrevista publicada por primera vez en Mahogany (Noviembre/ Diciembre 1999), Lilian Masitera habló sobre de su obra:
¿Qué le llevó a publicar Now I Can Play por su cuenta?
Presenté los siete cuentos que componen Now I Can Play a una editorial local hace aproximadamente un año. El editor que se ocupaba de los cuentos me informó más tarde de que la editorial no estaba en posición de publicar una colección de cuentos de una sola escritora. En cambio, querían hacer una antología de una serie de escritores diferentes. Algunos de mis cuentos se incluirían en la antología. Otros cuatro se introducirían en un libro de texto inglés para enseñanza secundaria. La editorial también escogió otro cuento, Eleven Twice y lo tradujo al shona para publicarlo en un libro de texto en shona. Aunque les dejé que se quedaran con mis cuentos y que escogieran los que quisieran, estoy cansada de las antologías. Ya he estado presente en muchas de ellas con mi poesía, por ello decidí hacerlo en solitario y publicar la colección de cuentos por mi cuenta.
¿Se planteó alguna vez enviar el manuscrito a otra editorial?
Minerva Press quería publicarlo. Aceptaron el manuscrito pero tuve un problema por el hecho de haber publicado en el extranjero. Mis lectores se encuentran aquí, en África, pero los libros no. Para que estén disponibles a nivel local, para que sean leídos aquí tengo que encargarlos yo misma y resulta muy caro.
¿Porqué Now I Can Play (Ahora puedo jugar)?
Porque la colección entera trata de mujeres que han luchado, ganado o perdido y que dicen Now I Can Play (Ahora puedo jugar). Por ejemplo, hay una estudiante que es violada por su profesor y acaba abortando. La historia se centra en los acontecimientos que llevan al aborto.
¿Hasta que punto es su obra autobiográfica?
Mucho de lo que he escrito es de algún modo autobiográfico. Hay cosas que he vivido. Creo que escribo mejor porque se trata de una experiencia personal. Por otro lado, no me resulta muy difícil entender como se sienten el resto de las personas con las que trabajo, con las que vivo, con las que compartí mi infancia. A menudo las utilizo como ingredientes. Es muy difícil para mí escribir algo totalmente ficticio.
¿Cuándo empezó a escribir?
Empecé cuando estaba en el colegio. Cuando le enseñaba a la gente lo que escribía, les gustaba. Algunas personas se quedaron muy impresionadas por lo que leyeron. Recuerdo una redacción que hice una vez, cuando cursaba la educación secundaria. Fui a un colegio de chicas. Al final de mi redacción la profesora escribió “Venga a verme”.
Cuando fui a verla, señaló algunos párrafos que calificó de indecentes. Recuerdo que me dijo: “Las niñas buenas no escriben así”.
¿Intentó impresionar deliberadamente?
No, en absoluto. En mi redacción dije algo sobre las gónadas. No me di cuenta del impacto que tendría sobre la monja blanca que nos daba clase de inglés. En esa época me creía que podía escribir sobre cualquier tema, sobre todo al escribir en inglés – las cosas no parecen tan groseras ni tan impresionantes como cuando se escriben en shona.
¿Por qué cree usted que ocurre eso?
Me imagino que está relacionado con la posición de algunas palabras dentro de la cultura. En shona no tenemos ninguna palabra que se pueda decir para referirnos al sistema reproductivo. Uno no se refiere a ciertas partes de la anatomía, ni siquiera a los pechos, sin causar vergüenza, pero en inglés las comprendí en clase de biología, cuando se dibujan esquemas y se etiquetan. Por otro lado, algunas personas que utilizan el inglés como lengua materna casualmente emplean palabrotas relacionadas con el sexo cuando están con personas que utilizan el inglés como segunda lengua. Por lo tanto las hemos aprendido como algo que no resulta vulgar.
¿Qué es lo que usted diría que le obliga a escribir?
Hay muchas razones. Quiero compartir mis experiencias con los demás. Quiero que las personas que leen mis libros sepan que hay más gente que pasa por lo mismo. Quiero que los demás experimenten la alegría que yo siento cuando leo los libros de otras personas y, efectivamente, escribir es una obsesión, una obligación.
Esta entrevista fue concedida a Conversations with Writers.
Lilian Masitera es la autora de Militant Shadow y Now I Can Play.
Publicada el 05 de febrero de 2009 en www.pambazuka.org
Traducida por María Castillo García Andrade, alumna de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid Traducción /Interpretación, colaboradora en la traducción de algunos artículos.
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