Entrevista a Cristina Sánchez, impulsora del proyecto para Malawi “Kusekerera”: “No nos dejaron informar sobre las necesidades de África”

9/07/2012 | Entrevistas

Kusekerera

Rafael Sánchez: Eres al cincuenta por ciento de Kusekerera. ¿Qué significa?

Cristina Sánchez: Significa sonríe en chichehua, el idioma que hablan en Malawi, y era una de las pocas palabras que aprendimos en Malawi y cuando veíamos a un niño le decíamos “kusekerera” y nos sonreía. Y nos gustó tanto esta palabra que así llamamos al pequeño proyecto que hemos montado aquí en Madrid.

R.S.: ¿Qué es “Kusekerera”?

C.S.: “Kusekerera” no es ni una asociación ni una ONG, es un nombre que le hemos puesto a algo que queríamos hacer mi amiga Angelines y yo, a raíz de nuestro viaje por Malawi. Vimos muchas necesidades que tenían allí y queríamos hacer algo para enviarles dinero por allí, y dijimos: “vamos a hacer, de momento, un concierto” y lo titulamos “Kusekerera-Malawi” para que los niños nos sonrían cada vez que les enviamos el dinerito por allí.

R.S.: ¿Qué relación teníais con África?

C.S.: Angelines llevaba los temas sociales en una televisión y yo también trabajo en temas sociales y de ONG´s en el medio de comunicación donde trabajo. Había visitado varios países de América Latina pero al África subsahariana nunca había bajado. Nos invitaron de una ONG para visitar unos proyectos por nuestros medios de comunicación para hacer una campaña de recaudación de fondos, y visitamos cinco de diferentes ONG´s. Son proyectos de congregaciones religiosas en las que las ONG´s han aportado dinero en algún momento pero que ahora necesitan más dinero para nuevos proyectos y querían que los viéramos para hacer la campaña y poder dar salida a estos proyectos.

R.S.: Lo peor esperaba al final del viaje.

C.S.: Sí, cuando llegamos a Madrid no nos dejaron informar. Entonces claro, has visto cinco proyectos con necesidades muy grandes en los que te han pedido fondos, no precisamente para tonterías, sino para comida para los pequeños, y tú tienes que llamar a las misioneras y decirles “es que mi medio, de repente, no quiere hacer la campaña porque tiene otras prioridades”. Entonces no podíamos quedarnos con los brazos cruzados. No sabíamos qué hacer, por dónde empezar, lo que sí teníamos claro era que teníamos que ayudarles de alguna manera aunque fuera para cubrir una necesidad muy concreta que nos habían pedido, -porque nosotros no vamos a cambiar nada-, pero sí que la congregación de las misioneras de María Mediadora que son las que trabajan en el orfanato de Chezi necesitaban comida para los nenes y nosotros vamos a enviarle el dinero para hacerlo posible y por eso montamos un concierto benéfico.

R.S.: Leía en una de las entradas de vuestro Blog, que comenzasteis el viaje hacia África pensando que lo ibais a pasar mal y que pronto tendríais ganas de regresar.

C.S.: Esa es Angelines que iba muerta de miedo antes de salir. Fíjate llevo un montón de años viajando a Centroamérica y a América del sur, -yo siempre he estado enamorada de esa zona-, pero si es verdad que el carácter africano es completamente diferente, ni mejor ni peor, ¡ojo! hay gente que se puede sentir más cómoda de llevar la vida en una zona que en otra, pero me ha cambiado mucho la forma de ser del africano. El africano, -yo creo que aquí tenemos la idea del pobre africano, y no es verdad-, ellos tienen unas ganas de aprender y, por ejemplo, ver a los niños del orfanato a los que enseñas dos cosas en el ordenador y parece que se lo “comen con patatas” y dices: “Madre mía, es que ellos podrían sacar adelante sus países si les ayudáramos un poco,” pero no somos nosotros los que vayamos a cambiarlo, son ellos mismos los que tienen que cambiar África y si les podemos ayudar pues qué mejor.

R.S.: ¿Qué más te sorprendió de Malawi, qué es lo que más te impactó?

C.S.: Que hay una generación que no existe hay una generación de 22 a 35 años que no existe porque se han muerto de SIDA. Esto es muy llamativo, de los niños y adolescentes pasan a los ancianos, -bueno ancianos ya sabes que con 40 años allí eres casi un anciano-, y no existen porque se han muerto hay una tasa brutal de SIDA. Y ya por fin el Gobierno de Malawi está intentado poner cartas en el asunto y a repartir antirretrovirales de forma gratuita para frenar esto pero ha sido recientemente. Y pasa lo mismo con la malaria. Malawi tiene muchísima malaria y no hay una educación sanitaria correcta, entonces hay un montón de niños que mueren y también muchos niños huérfanos cuyos padres han muerto.

R.S.: Por otra parte, Malawi es uno de los países más bellos del continente africano.

C.S.: Sí, tiene un lago que es una preciosidad. Todavía no está muy fomentado el turismo en Malawi, -el otro día lo hablaba con una agencia de viajes que está empezando ir a Malawi-. Además como es un país en que no ha habido guerras porque que no tiene riquezas minerales, no tiene coltán no tiene petróleo, no tiene nada, pues nadie habla de Malawi. Nosotros ni sabíamos qué existía en el mapa.

R.S.: Y cuando volvéis aquí os encontráis con la sorpresa de vuestros medios de comunicación no quieren colaborar y os unís las dos y empezáis a moveros.

C.S.: Pues sí, porque es como un jarro de agua fría. Tú no has ido allí a nada, has ido y les has preguntado en tus entrevistas: “cuéntame qué necesitas que yo te lo voy a solucionar” les dices: “somos un medio de comunicación grande y vamos a solucionar vuestros problemas”, y les dejas una esperanza y una esperanza real, pero luego no podíamos hacer nada porque pedir dinero a las ONG´s era inútil. Entonces hablando con la gente recaudamos 2.000 euros y se los regalamos como obsequio de Navidad. Y un día hablando con un amigo cantautor, Manuel Cuesta hablamos de la posibilidad de organizar un concierto benéfico. Porque de esa forma podíamos sacar “x” dinero y ayudarles de alguna forma.

R.S.: ¿Quién os ponía en contacto con los artistas?

C.S.: Yo buscaba el teléfono en Internet y a llamar y todos nos dijeron que sí, así que pienso que es bastante positivo- ¿no? Bueno, estaban Luis Ramiro, Maruan, Esmeralda Grau, Los Cronopios, Manu Míguez, Manuel Cuesta y Andrés Suárez.

R.S.: Habías hablado antes que habíais ido a cinco proyectos que se estaban haciendo en Malawi y os habéis decidido por el orfanato.

C.S.: Sí, el orfanato Chezi de Malawi por dos razones: porque pedían comida, ya que es algo más sencillo y luego porque eran los pequeñines y eso nos llegó al corazón.

R.S.: Eso engancha ¿no?

C.S.: Sí.

R.S.: Mucha gente afirma que los niños africanos te enamoran por su sonrisa permanente.

C.S.: Sí, es cierto. Tienen una inocencia muy pura que no tiene nada que ver con la inocencia de los niños de España y de Occidente en general.

Entrevista realizada para Africanía

(transcripción, por Miguel Obregón)

Kusekerera

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