Una vez más, Ruanda demuestra que no ha abandonado sus objetivos expansionistas en la región de los Grandes Lagos. No cesa de crear incidentes que le permitan alcanzar su objetivo. Por ejemplo, lograr redefinir la frontera común con su vecino congoleño. Ésa es la razón que explica la tensión persistente actual en la localidad de Kanyecheza en el Kivu Norte.
Más de una semana después de las escaramuzas que han enfrentado a militares congoleños y ruandeses, la tensión no parece disminuir. Como afirma el teniente-coronel Félix Prosper-Basse, portavoz de la MONUSCO, “la situación está tranquila, no obstante sigue siendo tensa”; el portavoz de la Monusco ha pedido a las dos partes que se contengan para desactivar la violencia. La Monusco ha desplegado tropas de intervención rápida en la localidad de Kanyecheza para proteger las poblaciones locales frente a posibles nuevos enfrentamientos. El temor ha hecho que se hayan producido ya desplazamientos de poblaciones. Según radio Okapi hay movimientos de retorno a las aldeas de origen; los jefes de las localidades, antes de decidir el regreso de mujeres y niños, efectúan previamente una evaluación de la situación.
Fuente del conflicto: redibujar las fronteras
El portavoz de la Monusco, teniente-coronel Basse, ha afirmado ante la prensa de Kinshasa que la precariedad de la situación se debe al hecho de que las fronteras entre el Congo y Ruanda “no estarían todavía bien definidas” en Kanyecheza. Afirmación que constituye algo así como un bombazo, proveniente insospechadamente de la Monusco, que solo aportaría confusión y que incluso ofrecería al régimen ruandés argumentos para impulsar sus reclamaciones y su desestabilización en esta parte del este de la RDC.
El problema de las fronteras no puede plantearse entre los dos países. Desde la Conferencia de Berlín en 1885 y desde el acceso de los países africanos a la independencia es un asunto arreglado. Ni Ruanda puede utilizar este pretexto ni la Monusco apoyarlo. De cualquier modo, tanto Ruanda como la RD Congo han activado diversos mecanismos para investigar la cuestión. La sociedad civil de Kivu Norte ya ha afirmado taxativamente que no aceptará negociaciones con Ruanda que pongan en entredicho el territorio congoleño. Las relaciones entre la RDC y Ruanda siempre han estado marcadas por la hipocresía y las apariencias y la balanza nunca ha sido favorable a la RDC. Los congoleños temen que si se cede, haya otros países que reivindiquen la redefinición de fronteras que comparten con la RDC. Persiste el temor de que haya un plan de balcanización del Congo.
[Fuente: Le Potentiel online]