Observamos cada día demasiados desencuentros, posturas e ideologías radicalizadas, en todos los ámbitos de la vida, y países, que hacen imposible la acogida de los demás, el diálogo abierto y los acuerdos globales que son hoy más necesarios que nunca.
Las ideologías, tanto políticas, como culturales, económicas, ecológicas o religiosas, nos encierran en actitudes rígidas y exclusivas, que hacen imposible el entendimiento, el acuerdo y la colaboración, en todos los continentes.
Todos los pueblos y países sufrimos las consecuencias nefastas de estas actitudes, palabras y comportamientos rígidos, excluyentes y violentos, que delatan escasa madurez humana, inadecuada profesionalidad, y falta de responsabilidad.
Cuando fallan la profesionalidad y la responsabilidad, nos encontramos con enfrentamientos y mutuas acusaciones, cuando lo que la sociedad necesita, son acuerdos regionales, nacionales y globales, para afrontar los importantes retos del paro inhumano, de una educación y salud politizadas y de una gestión partidista de los recursos y servicios disponibles.
Tales comportamientos de muchos líderes sociales, no solo dificultan la recuperación de la salud y de la economía, sino también destruyen la convivencia social, en todo el globo.
La reciente visita del papa Francisco a Irak y todos los encuentros entre los diversos líderes sociales y con los diferentes grupos étnicos y religiosos, han sido un magnífico ejemplo de cómo acoger a los demás y colaborar con todos en lo que es realmente humano, solidario y necesario.
Si hace dos años, el Papa se encontró con Ahmed al-Tayet, gran Imán de los sunnís, ahora se ha encontrado con Al Sistani, en gran Imán de los chiitas. Irak es un país, con una población del 60% chiita y 37% sunita. Los sunitas representan casi el 90% de los musulmanes del mundo.
Irak es un país que ha sufrido una terrible violencia, pues tras la invasión estadounidense del 2003, sufrieron la sangrienta guerra civil entre chiitas y sunitas. Por eso estos abrazos son gestos muy significativos.
Comportamientos de esta calidad abren caminos de diálogo y de colaboración. Los dos líderes se comprometieron a reforzar los valores humanos y éticos para superar juntos los desafíos, de la injusticia, de la violencia, la opresión y de la pobreza, con la acogida de los emigrantes, la apuesta por la casa común y por un trabajo en común.
Necesitamos líderes que apuesten por la solidaridad, el cuidado de la casa común y el bien común. Todo esto se resume en su compromiso por la fraternidad.
Para conseguir esto, necesitamos lideres capaces de andar descalzos y de levantarse para abrazar al que es diferente. Pies descalzos y abrazos de paz.
El último mensaje del Papa a los que han sufrido la persecución del ISIS en Irak, ha sido este: “perdonarles, para permanecer en el amor”.
El Papa Francisco, clausuró su viaje consolando al padre de Aylan, el niño muerto en una playa turca que despertó la conciencia de Europa ante el drama de los refugiados.
Es tiempo de promover encuentros y de cuidar a las personas más necesitadas.