En Sudán del Sur antiguas enemistades ponen a prueba el nuevo estado

8/03/2012 | Opinión

29 de enero de 2012- Una escalada de violencia intercomunal ha puesto a prueba la determinación de Sudán del Sur, el país más joven del mundo, y el que tiene la misión de Naciones Unidas, UNMISS.

En las últimas tres semanas, patrullas comandadas por la UNMISS no han encontrado ningún cadáver “a lo largo de millas de recorrido por el monte” como se ha afirmado en algunos medios de comunicación. Se han establecido paralelismos con el genocidio en Ruanda que han desinformado con respecto al desarrollo de los acontecimientos, y no son aplicables a la respuesta de la ONU.

Desafortunadamente, hemos confirmado docenas de civiles asesinados en el condado de Pibor. No se trata de una cuestión de número de asesinatos, esto es una tragedia humana y una pesada carga emocional para nosotros, cuya responsabilidad es mantener la paz. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas da prioridad absoluta a la protección de los civiles, cuando estableció la UNMISS, el 8 de julio. Incluso en los casos en los que existan informaciones incompletas y de difícil comprensión para dar un sentido coherente y de conjunto, son importantes las versiones verídicas de los acontecimientos.

A finales de diciembre, las patrullas aéreas de UNMISS detectaron unas columnas de unos 8.000 jóvenes Lou Nuer armados caminando hacia el condado de Pibor, la remota tierra madre de la comunidad étnica Murle en el estado de Jonglei, de Sudán del Sur. Su intención declarada era la de tomar represarías por los ataques llevados a cabo por los Murle hacia las comunidades de los Lou Nuer en agosto, que dejaron hasta 600 muertos y cientos de heridos. Las hostilidades entre los Lou Nuer y los Murle vienen ya de hace décadas, surgidas de la competencia por unos recursos escasos y de décadas de guerra civil.

Con el objetivo de hacer frente a la amenaza inmediata, la misión advirtió al Gobierno de Sudán del Sur del inminente ataque y envió casi la mitad de sus 2.100 soldados listos para el combate, a los centros de población del estado.

La misión también dio una alerta temprana a decenas de miles de residentes locales. Como resultado de ello, muchos pudieron alejarse de las ciudades y pueblos antes del avance de los Lou Nuer. La presencia de un batallón de la UNMISS junto con algunas unidades del ejército de Sudán del Sur, SPLA, estableció un perímetro defensivo alrededor de la mayoría de las ciudades de Pibor, protegiendo en buena parte a sus poblaciones de los asaltantes Lou Nuer.

Los soldados de la misión de paz eran superados ampliamente en número por los maleantes de los Lou Nuer. Aún así, el SPLA y el posicionamiento efectivo de la misión de las Naciones Unidas, contribuyeron a impedirles que arrasaran Pibor.

El Consejo de Seguridad de la ONU encomió estas acciones de la UNMISS. No se consiguió salvar a todos los ciudadanos, pero sí se evitó una pérdida de vidas mucho mayor.

Antes de la crisis, la misión había trabajado de cerca con el gobierno intentando evitar enfrentamientos anticipados y proteger a los civiles mediante la disuasión militar y el compromiso político activo. Sin embargo, no se han podido impedir todos los ataques violentos que han tenido lugar.

El conflicto permanente y largo entre el Lou Nuer y el Murle está lejos de haber terminado. En un intento por limitar el daño provocado por las represarías y ataques por parte de Murle a los Lou Nuer en Jonglei, las tropas de la UNMISS han sido redestinadas a puestos clave, donde hay miles de civiles.

Lamentablemente, la cadena de violencia por represarías continúa dándose de manera indiscriminada. El último objetivo atacado ha sido contra la aldea Dinka de Duk Padiet, atacado el 16 de enero. La misión y el gobierno stán realizando continuos esfuerzos para asegurar el cese de las hostilidades, facilitar una reconciliación duradera y abordar las causas del conflicto.

Existen dos importantes lecciones que aprender desde que se generó esta crisis en Jonglei.

Lo primero de todo, para que haya un gobierno efectivo, es necesario actuar para reforzar la presencia de seguridad en los potenciales puntos de ignición, hacer despegar el proceso de paz, llevar ante la justicia a los responsables de los ataques y establecer programas que se ocupen de las quejas de las diferentes comunidades.

En segundo lugar, las Naciones Unidas y sus miembros necesitan actuar con mayor urgencia con respecto al despliegue de las tropas de la UNMISS en Sudán del Sur para que la misión pueda ejecutar su mandato totalmente, en apoyo a los esfuerzos de protección del gobierno.

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas autorizó un despliegue militar de unos 7.000 soldados, aunque actualmente solo hay 5.100 en el país. Menos de la mitad de éstos estarían plenamente disponibles para un despliegue inmediato sobre el terreno.

La UNMISS tendrá que estar provisto de los recursos y capacidades que correspondan con su mandato. Los miembros del Consejo de Seguridad expresaron su preocupación con relación a la escasez de aviones que dificulta las operaciones que UNMISS lleva a cabo en Jonglei contra la violencia y que se ha convertido en una espiral fuera de control.

El gobierno de Sudán del Sur tiene la voluntad política de proteger a sus ciudadanos, pero está limitado por la falta de capacidades en términos de estado de derecho, infraestructura de seguridad y activos. La UNMISS, por otro lado, posee un número limitado de tropas actuando en un país en el que sólo el estado de Jonglei es del tamaño de Bangladesh. Las dificultades para proteger a los civiles en esta situación no pueden ser subestimadas.

A pesar de las dificultades, ni la misión de Naciones Unidas ni el gobierno están de brazos cruzados sin hacer nada durante la última crisis. Se han tomado medidas para proteger a los civiles, y es en este espíritu en que la misión continuará ejerciendo su mandato.

Por Hilde F. Johnson

Hilde F. Johnson es el principal representante de la secretaría general de las Naciones Unidas en el Sur de Sudán.

Publicado en Sudan Tribune, el 29 de enero de 2012.

Traducido para Fundación Sur por Aída Sanz.

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