Muchos de mis amigos me preguntan qué diferencia veo entre mis 20 años como sacerdote misionero en Uganda y mi actual trabajo en Naciones Unidas en la República Centroafricana, y mi respuesta inmediata es que hay una enorme diferencia. Y les voy a explicar por qué.
Cuando estaba en Uganda, yo era un misionero comboniano que trabajaba en la archidiócesis de Gulu y me dedicaba a la pastoral en una parroquia rural: decir misa, bautizar, confesar, visitar a los enfermos, formar catequistas, y algunas tareas sociales como llevar adelante el dispensario de la misión, ayudar en la construcción de aulas escolares y colaborar en la comisión Justicia y Paz. Alguna cosilla más surgía de vez en cuando, pero las cosas estaban muy claras.
Pero ahora las cosas son muy, pero que muy distintas, y se lo voy a explicar con claridad meridiana, para que me comprendan bien. Verán: desde finales de mayo trabajo en UN, en CAR, concretamente en BINUCA, en el departamento de SIU, como consultor de TDRP financiado por el WB, puesto al que accedí tras presentar mi CV. Mi trabajo está descrito en mis TOR y me dedico a programas de DDRRR en mi AOR. Tendría que entrevistar a combatientes que dejan el LRA, pero antes mis jefes tienen que terminar de negociar el SOP y hacer un MOU. Todos los días envío informes a mi HQ y dos veces a la semana participo en las reuniones del COFC, y las informaciones que consigo poner en orden me las completa mi compañero que trabaja en DRC con la MONUSCO, a donde acude regularmente a reuniones con el JIOC.
De vez en cuando viajo a la capital, en vuelos de UNHAS, pero antes necesito comunicar con el HOP para que me den la SC. Cuando llego a la oficina tengo que pasar por HRU para que me proporcionen DSA y no quedarme a dos velas. También suelo reunirme con los compañeros de PAS y de DHS, y en alguna ocasión muy especial incluso con la SRSG.
Además de todo esto, muy a menudo participio en reuniones con distintas ONG, con OCHA, con WFP y con PNUD, que discuten programas de WatSan y de FoodSec y sobre cómo construir la capacidad de las CBS para que los IDP tengan acceso a IGA.
Y claro, como comprenderán ustedes, a mí mi madre me enseñó español, en el colegio aprendí francés, antes de ir a Uganda pasé un año estudiando el inglés, una vez que llegué allí aprendí la lengua acholi y en las comunidades en las que viví se me pegó el italiano, y el año pasado en el Congo me atreví a chapurrear el suahili y ahora estoy intentando aprender el sango. Pero este lenguaje nuevo de sopa de letras es completamente nuevo para mí, me pierdo, me quedo confundido, cuando duermo sueño que los acrónimos caen del cielo sobre mi cabeza, y mis compañeros me miran como si fuera un tonto cuando pregunto inocentemente qué quieren decir estas siglas o las otras, porque la verdad es que muchas veces tengo que decir que mi estado mental es de NPI (ni puñetera idea).
Y les dejo, que mi HOS está esperando que le envíe el WR, de lo contrario a final de mes no me pagarán mi CF después de rellenar la TS, y si eso ocurre mi señora esposa me recriminará que si me creo que para eso me ha dejado marcharme a África a dedicarme a una vida de VSS (vago de siete suelas) o que si me creo que estoy en este lugar para pasármelo de PM, y esto último sí que me perdonarán ustedes si no les aclaro lo que quiere decir.
Original en : En Clave de África