En el interior de un hospital nigeriano que lucha contra la mortalidad materna

17/04/2017 | Crónicas y reportajes

yusuf-dantsoho-memorial-hospital.jpgRadiya Ahmed Rufai, de veintitrés años, está a punto de dar a luz a su primer hijo. Pero ella ha desarrollado preeclampsia, un trastorno del embarazo que conduce a un fuerte aumento de la presión arterial. Los médicos del hospital conmemorativo Yusuf Dantsoho, en el estado nigeriano de Kaduna, corren de un lado a otro para evitar que Rufai entre en estado de eclampsia, es decir, cuando la preeclampsia avanza hasta un nivel en el que puede inducir convulsiones.

«A ella la trasladaron aquí desde otro hospital, sin nada que indicara que estuviera recibiendo tratamiento (para la preeclampsia). Fue aquí donde descubrimos que tenía presión arterial alta», explica el Dr. Hassan Shuaibu, médico general en el departamento de ginecología del hospital.

En toda Nigeria, los sanitarios encargados del área de salud materno-infantil están tratando de mejorar las cifras mortalidad materna, pero estas siguen siendo alarmantes. Según datos de la OMS, se estima que en 2015, en Nigeria, murieron 814 mujeres por cada 100.000 partos. Aproximadamente la mitad de esas muertes fueron causadas por dos condiciones: sangrado incontrolado después del parto o hemorragia postparto y pre-eclampsia.

Normas Culturales

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Rufai está en la cama del hospital, llorando y temblando de dolor. Se esfuerza por no gritar. En esta parte de Nigeria, las normas culturales que rodean al embarazo indican que las mujeres no deben gritar durante el desarrollo del parto, hacerlo sería un signo de debilidad y una mujer que no es capaz de reprimir su malestar durante el parto podría ser ridiculizada por su comunidad. Por lo tanto, las mujeres aquí se ponen una máscara de valor imperturbable, incluso durante un parto difícil.

El parto de Rufai se complica. Su presión arterial está aumentando y su bebé no nacido está liberando meconio, un tipo de heces de los bebés, en el líquido amniótico. Es una señal indicadora de que el bebé está en peligro.

Al otro lado de la sala, Aisha Suleiman, de 32 años de edad, está amamantando a su bebé de un día. Es su séptimo hijo. Con sus embarazos previos, Suleiman experimentó hemorragia postparto. Este no fue diferente. Perdió más de un litro de sangre. El hospital tuvo que hacerle una transfusión.

Falta de acceso a los medicamentos

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A pesar de que la mortalidad materna se ha reducido casi el 50% en todo el mundo en los últimos 15 años, Nigeria sigue portando una pesada carga liderando al mundo en el número total de muertes maternas por año. Sólo en 2015, 58.000 mujeres nigerianas perdieron la vida por causas relacionadas con el embarazo y el parto.

La Asociación Nigeriana para la Salud Reproductiva y Familiar (ARFH) y la ONG internacional PATH revelaron en un estudio de 2016 cómo la falta de acceso a tres medicamentos básicos está aumentando la amenaza de las dos complicaciones más mortales del embarazo en Nigeria: hemorragia postparto y preeclampsia.

En 2012, la Comisión de las Naciones Unidas de Productos para Salvar la Vida de Mujeres y Niños identificó los medicamentos necesarios para prevenir y tratar estas dos condiciones: la oxitocina y el misoprostol para las hemorragias postparto y el sulfato de magnesio para la preeclampsia y la eclampsia y promovió su uso a nivel mundial. Pero los hospitales nigerianos no siempre tienen estos medicamentos disponibles. Y cuando están disponibles, la calidad no es fiable debido al mal almacenamiento y regulación.

«En marzo de 2016, había 13 productos de oxitocina y cuatro de sulfato de magnesio registrados en Nigeria que se consideraba que cumplían los estándares internacionales de calidad, lo que aumenta el riesgo de que los productos de salud materna sean de poca calidad o desconocidos», revela el estudio de 2016.

«Es hora de trabajar mano a mano con los activistas, el gobierno, los proveedores y los donantes para mejorar la calidad y la disponibilidad de los medicamentos para la salud materna, reducir las falsificaciones y garantizar que todas las mujeres reciban la atención que merecen», declara Kehinde Osinowo, de ARFH

Muchas complicaciones

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De vuelta en el hospital conmemorativo Yusuf Dantsoho, los sanitarios están tratando otras complicaciones. Han administrado con éxito sulfato de magnesio para manejar la preeclampsia de Rufai. Sentada frente a Suleiman está Hajia Muhammed envuelta en un largo hijab blanco. Ella está a punto de dar a luz gemelos, pero uno de ellos viene de nalgas. Muhammed necesitará una cesárea. También hay una joven que es VIH positiva. Ella dio a luz un bebé varias horas antes. El médico lo examina para verificar si la madre le ha transferido el virus.

En la sala de examen, las enfermeras friegan con jabón antibacteriano y agua caliente. Caminan hasta las camas y se arrodillan sobre las mujeres tumbadas sobre sus espaldas. Rufai se tambalea y se va a la cama. Las enfermeras quieren comprobar si está en condiciones de tener un parto vaginal. Los resultados son negativos. Su pelvis está demasiado apretada y el feto demasiado estresado.

La llevan en silla de ruedas a la sala de operaciones con Muhammed Shuaibu a la cabeza de el equipo quirúrgico, que explica que muchas de las operaciones de cesárea podrían evitarse con un adecuado cuidado prenatal. «La mayoría de nuestras mujeres no reciben atención prenatal y sólo las vemos si hay complicaciones», se lamenta Shuaibu. «Incluso si acuden a hacerse revisiones prenatales, y les dices que tienen que tomar algún medicamento, muchas veces no entienden por qué necesitan tomarlo. La pobreza es otra problema, porque muchas de ellas no tienen dinero para continuar con la medicación hasta el parto».

Las cirugías se completan en menos de una hora y las mujeres van a la sala de recuperación. Rufai ha dado a luz a una niña y los gemelos de Muhammed descansan en brazos de un par de ancianos de la familia. El día termina en el ala de maternidad del hospital conmemorativo Yusuf Dantsoho sin mayores complicaciones.

Chika Oduah

Fuente: All Africa

[Traducción y edición, Sarai de la Mata]

[Fundación Sur]


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