En cuanto a las elecciones en Kenia… está equivocado, señor Carson

26/02/2013 | Opinión

Manifestó expresamente que habría consecuencias que se producirían si los habitantes de Kenia votaran a Uhuru Kenyatta (acusado por la Corte Penal Internacional). El hecho es que nos han vendido el lema de la democracia “un hombre, un voto” como si fuera la panacea que acabara con todas nuestras enfermedades, pero habría que preguntarles a nuestros “nativos” cuántos de ellos y cómo ejercen ese voto…

En estas elecciones, muchos kenianos están entre la espada y la pared. La última cosa que necesitamos es que los diplomáticos desinformados nos hablen de estas elecciones como una carrera de dos caballos en la que un candidato presidencial es mejor que el otro. Esto no es una cuestión acerca de su competencia, carácter o integridad, o incluso de su habilidad para gobernar. Es una cuestión de la soberanía de Kenia.

Pongamos a un lado los numerosos eventos relacionados con la Corte Penal Internacional en Kenia. Echemos un vistazo a la historia de vuestro gobierno y sus relaciones con la Corte Penal Internacional. La ironía es que Estados Unidos se negó a ratificar el Estatuto de Roma, en el que se basa la Corte Penal Internacional, sobre todo porque vuestros líderes y soldados podían ser procesados.

O recordemos que su gobierno previamente ha forzado a muchos países a entrar en acuerdos de impunidad ilegales con ustedes mismos, evitando así que entregasen a la Corte Penal Internacional a alguno de los estadounidenses acusados de genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra. O lo que ocurrió recientemente en 2010, que su gobierno se opuso a la oferta hecha por la Corte Penal Internacional de hacer una lucha agresiva contra el crimen organizado por medio de la Ley. No pueden, de buena fe, usar la Corte Penal Internacional como su subterfugio.

Dejando la Corte Penal Internacional aparte, miremos directamente su autoridad moral para poder entrar en este debate.

No queremos discutir la matanza extrajudicial de sus propios ciudadanos con ataques con aviones no tripulados, la continua existencia de la Bahía de Guantánamo, los 100.000 inocentes asesinados en Irak y Afganistán o la hipocresía de su actual administración sancionando la ilegal ejecución de terroristas sospechosos de Kenia por terceros países tras aplicarles una tortura rutinaria. Y todo esto, sin antes mirar la inmoralidad de muchas de sus políticas en el extranjero a lo largo de las últimas décadas. La equidad demanda que sean ustedes capaces de venir a la mesa con las manos limpias. Sus manos, tanto histórica como actualmente están sucias.

Pongamos pues a un lado el principio fundamental de la mayoría de nuestras jurisdicciones, incluidas las suyas, ya que cualquiera es inocente hasta que se demuestra lo contrario. Ambos, el Sr. Kenyatta y el Sr Ruto, han declarado que pretenden permanecer en el proceso de Corte Penal Internacional. Hasta la fecha, lo que han hecho es mantener esa intención. Ellos no han infringido sus condiciones de fianza y no han hecho nada todavía que haga sospechar que intentan saltársela o hacer algo parecido a “Al Bashir”.

Sus preocupaciones y las de muchos diplomáticos están basadas en la responsabilidad que pueda o no pueda haber, una posibilidad, y les han prejuzgado (y por asociación, también han prejuzgado a los que les respaldan). Esto solo puede entenderse tomando la suya como una agenda estrictamente política. El secretario para la Defensa, Donal H. Rumsfeld, dijo que la Corte Penal llevaría hacia la persecución política. Esto, Sr Carson, es lo que ustedes han incitado. En sus palabras “hay consecuencias”, EEUU es ahora visto como partisano con respecto a la política de Kenia.

Si los diplomáticos eligen respaldar públicamente a “su hombre” (algo que muchos hacen privadamente, aunque no tan descaradamente como lo hicieron previamente los alemanes o los holandeses) les pediré que tomen responsabilidades por las acciones de “su hombre” en los próximos 5 años, como garantía para el pueblo de Kenia, que el padre conoce mejor.

Como en la elección de Hamas por parte de los palestinos en 2006, o incluso los recientes cambios en el Norte de África, las elecciones democráticas nunca llevan a los líderes que queremos. Pero, a menos que creas en el mantra de Rousseau que dice “los hombres deben ser a veces forzados a ser libres”, debes permitir a la democracia seguir su camino. De lo contrario, se está subvirtiendo la democracia que se quiere patrocinar. La verdadera naturaleza de la soberanía es que nos permitan hacer nuestra propia cama y tumbarnos en ella. O dejen de promocionar la democracia. Elijan.

Puede que encuentre esto ofensivo, pero no es más ofensivo que lo que encontraron millones de kenianos su no solicitada, partisana y malentendida opinión de nuestro espacio democrático.

Y no, lo más probable es que no vote por el señor Kenyatta. Pero eso es por otras razones, no porque “bwana” me haya dicho que no lo haga.

CHRIS FOOT

Publicado en Capital FM, Kenia, 20-02-13.

Traducido para Fundación Sur por Pilar Ruiz.

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