Elementos africanos inscritos en 2018 en el patrimonio cultural inmaterial de la UNESCO

1/03/2019 | Crónicas y reportajes

patrimonio_inmaterial_2.jpg Ochocientos participantes de más de 120 países se reunieron en Port Louis, República de Mauricio, del lunes 26 de noviembre al sábado 1 de diciembre de 2018 para la decimotercera sesión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial. El Comité, compuesto por veinticuatro miembros elegidos por la Asamblea General, tomó decisiones importantes para salvaguardar el patrimonio vivo de las comunidades de todo el mundo.

El Comité inscribió siete elementos en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial en Necesidad de Salvaguardias Urgentes, entre ellos tres de África y treinta y un elementos en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad

Lista africana del Patrimonio Cultural Inmaterial que requiere medidas urgentes de salvaguardia

Argelia – Conocimientos y técnicas de los medidores o alguaciles del agua de las foggaras del Tuat y el Tidikelt

Este elemento del patrimonio cultural inmaterial atañe a los conocimientos y técnicas de los medidores o alguaciles del agua de las redes de acequias (“foggaras”) situadas en las aldeas (“ksur”) de las regiones saharianas del Tuat y el Tidikelt. Los medidores efectúan diversas operaciones: calcular los volúmenes del agua, hacerla correr por las acequias y reparar los canalillos de su distribución. En la gestión de cada red de acequias intervienen diversas categorías de depositarios de conocimientos y agentes sociales, entre los que figuran sus propietarios, los trabajadores manuales, los contadores y los medidores del agua. El acervo de conocimientos de estos últimos es el que se halla en peligro de extinción. Los medidores cumplen un papel esencial en la vida de los “ksur” saharianos porque se ocupan de un elemento vital del que depende la supervivencia de toda la comunidad. Su función es a la vez intelectual y manual, y la comunidad puede recurrir a sus competencias en todo momento. Hoy en día, además de que se observa una falta de comunicación entre los jóvenes y sus mayores, se dan varios factores que han alterado el buen funcionamiento de las “foggaras”, a saber: la transformación de las relaciones de propiedad iniciada por el gobierno central; las repercusiones de la modernización y la urbanización; y la negligencia en la adopción de las medidas requeridas para garantizar la transmisión de este elemento del patrimonio cultural. La avanzada edad de los medidores o alguaciles del agua en actividad pone de manifiesto la falta de personas más jóvenes que abracen este oficio tradicional, así como el riesgo de su total desaparición.

Kenia – Enkipaata, Eunoto y Olng’esherr, tres ritos de paso masculinos de la comunidad masai

“Enkipaata”, “Eunoto” y “Olng’esherr” son tres ritos de paso de los miembros masculinos del pueblo masai correspondientes, respectivamente, a las siguientes etapas del proceso llamado “moranismo” por el que los jóvenes de un grupo de edad (“moranes” o “jóvenes guerreros”) acceden a la vida de adultos: la preparación solemne de los muchachos a la iniciación; el afeitado ritual que les abre las puertas del mundo de los adultos; y la ceremonia de consumo de carne que marca el término de su condición de “moranes” y el comienzo de su edad adulta. Son los hombres jóvenes de 15 a 30 años de edad los que cumplen con estos ritos, aunque las mujeres también participan en ellos ejecutando algunas tareas. Con estas ceremonias se enseña a los muchachos cuál es su condición social sucesiva en el seno de la comunidad masai: primero, “moranes”; luego, jóvenes adultos; y, por fin, adultos mayores. Este elemento del patrimonio cultural inmaterial engloba el aprendizaje de toda una serie de valores esenciales como el respeto, la responsabilidad, la salvaguarda del linaje, el traspaso de poderes de un grupo de edad a su sucesor y la transmisión de los conocimientos propios del pueblo masai sobre cría del ganado, aptitudes prácticas esenciales para la vida, solución de conflictos, leyendas y tradiciones ancestrales. La ejecución de estos tres ritos está declinando con rapidez, aunque sigue atrayendo aún a una cantidad de practicantes bastante considerable. Ese declive obedece al auge de la agricultura como fuente principal de ingresos, a las reformas del régimen de propiedad de la tierra y a las repercusiones del cambio climático en la supervivencia de los rebaños de ganado

Egipto – Marionetas de guante tradicionales

“Al-Aragoz” es un antiguo género teatral egipcio de marionetas de guante. En sus representaciones, que gozan de gran popularidad, el titiritero permanece escondido detrás de un pequeño escenario portátil mientras que un ayudante contribuye a crear una atmósfera jocosa y divertida estableciendo un diálogo dinámico entre los títeres y el público. La denominación “Al-Aragoz” se deriva del nombre del títere principal, que se expresa con un tono de voz característico producido con un instrumento de distorsión vocal. Los titiriteros no sólo tienen que ser diestros en el manejo los títeres, sino que deben poseer también dotes musicales y capacidad de improvisación. La temática de las representaciones aborda cuestiones muy diversas de la vida diaria, pero el asunto más recurrente es la lucha contra la corrupción. Interpretado antaño en muchas localidades por titiriteros itinerantes que se desplazaban yendo de fiesta en fiesta, este espectáculo tradicional se circunscribe hoy esencialmente a la ciudad de El Cairo, donde se han sedentarizado los artistas y sus ayudantes debido a la disminución de las representaciones en provincias. La viabilidad de este elemento del patrimonio cultural corre peligro por la evolución de un conjunto de circunstancias de índole sociopolítica, jurídica y cultural que influyen en este tipo de expresión artística, a saber: la legislación sobre reuniones públicas, el ascenso del radicalismo religioso, el desinterés generalizado de las jóvenes generaciones por este arte tradicional, la desaparición del repertorio de muchas de las obras representadas antaño, la importante disminución del número de artistas y la avanzada edad de los que están aún en activo.

Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad

Túnez – Conocimientos y técnicas de alfarería de las mujeres de Sejnane

Los conocimientos y competencias de las mujeres de la localidad de Sejnane en materia de alfarería se plasman en el uso de una técnica específica de fabricación de objetos de barro cocido para el hogar, como utensilios de cocina, muñecos y figuritas de animales inspiradas en el medio ambiente circundante. Las mujeres ocupan una posición muy destacada en el seno de la comunidad local, ya que solamente ellas son las que asumen la realización de todas las etapas de producción de esos objetos, así como la venta de éstos en el pueblo o en las cunetas de carreteras próximas. Después de extraer la arcilla de los lechos secos de ramblas, la trocean, trituran, depuran y remojan antes de amasarla para modelar los objetos y cocerlos. Una vez cocidas, las cerámicas se decoran con motivos geométricos bicolores que evocan los usados en los tatuajes y tejidos bereberes tradicionales. Como los hombres ayudan a la venta de los productos, esta artesanía hogareña fomenta, de hecho, la cohesión familiar. Para afrontar la evolución de la sociedad y la economía, las mujeres de Sejnane han adaptado su producción artesanal a los imperativos de la vida moderna y las fluctuaciones de la demanda, demostrando así su capacidad de innovación. Los conocimientos y competencias prácticas de este elemento del patrimonio cultural se transmiten mediante una enseñanza tradicional e informal en el seno de las familias, que alientan a sus hijas al aprendizaje del arte de fabricar objetos de barro cocido compaginándolo con su escolaridad. Por su parte, la Oficina Nacional de Artesanía imparte cursos de formación a las jóvenes de la comunidad que desean dedicarse a este arte tradicional.

Zambia – Mooba, danza del grupo étnico lenje de la Provincia Central de Zambia

Interpretada por hombres y mujeres, la danza denominada “mooba” existe desde la época precolonial y es la más importante del grupo étnico lenje, que vive en la Provincia Central de Zambia. También se practica esta danza en algunas partes de las provincias de Copperbelt y Lusaka. En algunas ocasiones, cuando la danza llega a su clímax, algunos de los bailarines principales entran en trance como poseídos por los espíritus ancestrales llamados “BaChooba” y, según se dice, a partir de ese momento son éstos últimos los que ritman la danza, el retumbo de los tambores y los cantos. Los danzarines, que visten con perlas de colores y una falda tradicional llamada “buyombo”, llevan sonajas atadas a las pantorrillas. Los bailarines principales llevan un bastón de carácter sagrado llamado “chimika” y un espantamoscas confeccionado con la cola de un animal. A la “mooba”, danza destinada al esparcimiento, se le atribuyen también propiedades curativas y se considera que forma parte integrante de la identidad espiritual de la comunidad. Este elemento del patrimonio cultural se representa en eventos de la vida social abiertos a la participación de todos y atrae a un público muy numeroso por su carácter festivo. Casi todas las personas adultas de la comunidad lenje conocen y practican la “mooba” por ser la danza más importante de este grupo étnico; por su parte, los niños pueden asistir a las representaciones y aprenderla mediante la observación e imitación. Los lenje han organizado grupos que interpretan la “mooba” dondequiera que sean invitados, lo cual fomenta la promoción de esta expresión cultural y hace que trascienda mucho más allá de los límites de su comunidad.

Malaui – Mwinoghe, danza de júbilo

Tres grupos étnicos del norte de Malawi –los sukwa, los ndali y los bandya– practican al son de instrumentos musicales la danza llamada “mwinoghe”, que en dialecto chisukwa quiere decir “divirtámonos”. Inspirada en un baile ritual denominado “indigala” del vecino distrito de Karonga, esta danza es relativamente reciente y se interpreta, como su nombre indica, para expresar sentimientos de felicidad y alegría. La danza no va acompañada de cantos y los bailarines danzan cara a cara alineados en dos filas –una de hombres y otra de mujeres–, cimbreando el cuerpo y ejecutando pasos muy complejos con arreglo a las indicaciones del maestro de baile y al son de tres tambores y un silbato. Personas de toda condición social se agrupan para tomar parte en esta danza que tiene lugar durante la celebración de eventos importantes de la vida social, y más concretamente en la conmemoración de las fiestas nacionales. Como la expresión de este elemento del patrimonio inmaterial suele ir acompañada de la ejecución de danzas tradicionales de otras culturas, su papel de unificador de las distintas comunidades es tanto más importante cuanto que contribuye a la exaltación en común de su diversidad cultural. Aunque los conocimientos y prácticas sobre este elemento se transmiten principalmente mediante la observación y participación de los jóvenes en las representaciones, también se han integrado en los programas de enseñanza primaria, media y superior. Además de su presencia importante en las celebraciones anuales de la independencia del país, esta danza la interpretan grupos comunitarios de bailarines en festivales periódicos y con motivo de eventos de muy diversa índole.

Y de fuera del continente africano pero con profundas raices afros

Panamá Expresiones rituales y festivas de la cultura congo

Las expresiones rituales y festivas de la cultura congo engloban la visión contemporánea de una celebración de los descendientes de esclavos negros rebeldes de la época colonial. Hoy en día, los participantes en estos ritos y festividades tocan instrumentos e interpretan músicas congos, celebran su libertad, entonan canciones joviales sobre su vida diaria, representan espectáculos y ejecutan danzas descalzos para comunicar con la tierra. En la temporada de festejos y ritos congos, que se extiende desde el 20 de enero, día de San Sebastián, hasta el Miércoles de Ceniza, los participantes escenifican en palenques la historia simbólica de una sociedad matriarcal gobernada por una reina y su corte. Numerosos personajes tienen asignado el papel de proteger de las asechanzas de los diablos a la reina y las personas congregadas en esos palenques. El Miércoles de Ceniza, día final de la temporada de fiestas, culmina con un combate de los diablos contra la soberana y sus congos, en el que éstos arrebatan a aquéllos sus aterrorizantes máscaras y los bautizan simbólicamente para liberarlos y conjurar su maldad hasta el año siguiente, cuando se reanude de nuevo el ciclo de rituales festivos. Desde muchas generaciones atrás, este elemento del patrimonio cultural ha contribuido a la integración social y constituye un medio de expresión de la alegría y sensualidad de las comunidades congos. La transmisión de los conocimientos y prácticas del elemento se efectúa oralmente y es obra de todos los participantes. En las escuelas también se imparten programas de enseñanza de canto, música y danzas congos, y en la universidad hay cursos sobre la cultura congo. Además, se organizan formaciones y talleres de fin de semana sobre este elemento del patrimonio cultural.

Jamaica – El reggae de Jamaica

Amalgama de antiguos ritmos musicales jamaicanos y de otros de orígenes muy diversos –caribeños, latinoamericanos y norteamericanos– el “reggae” se originó en un medio cultural de grupos marginados que vivían principalmente en la parte occidental de la ciudad de Kingston. A lo largo del tiempo se fueron incorporando a este elemento estilos musicales neoafricanos, la música soul y el rhythm and blues, transformando paulatinamente el “ska” primigenio en “rock steady”, primero, y luego en “reggae”. Aunque en sus inicios el “reggae” fue una expresión musical –vocal e instrumental– de comunidades marginadas, actualmente ha sido abrazado por amplios sectores de la sociedad sin distinción de sexo, etnia o religión. Su aportación a la reflexión internacional sobre cuestiones como la injusticia, la resistencia, el amor y la condición humana pone de relieve la fuerza intelectual, sociopolítica, espiritual y sensual de este elemento del patrimonio cultural. El “reggae” conserva intactas toda una serie de funciones sociales básicas de la música –vehículo de opiniones sociales, práctica catártica y loa religiosa– y sigue siendo un medio de expresión cultural del conjunto de la población jamaicana. En todos los niveles del sistema educativo del país está presente la enseñanza de esta música, desde los jardines de la infancia hasta las universidades. Conciertos y festivales como el “Reggae Sumfest” y el “Reggae Salute” proporcionan anualmente a este género musical un mercado y ofrecen una oportunidad para practicarlo y transmitirlo a músicos, artistas en ciernes y practicantes de este elemento del patrimonio cultural inmaterial.

Fuente: Unesco

[Fundación Sur]


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