Con ocasión de la 75 Asamblea general de las Naciones Unidas, el Papa Francisco presentó los dos caminos posibles para la familia humana: fortalecer la corresponsabilidad mundial o el individualismo que deja a los más pobres al margen.
La pandemia ha puesto de relieve la urgente necesidad de promover la salud de todos y si hay que privilegiar a alguien con los cuidados sanitarios, que sean los más vulnerables.
La libertad humana debe orientar la tecnología para promover el progreso humano e integral. Debemos cambiar el paradigma económico para buscar que el trabajo de las personas sea más digno y superar la cultura del descarte.
Las crisis humanitarias de refugiados, migrantes y desplazados, se han convertido en algo constante. Peor aún, los interceptados en el mar y devueltos a la fuerza se enfrentan a torturas y abusos. Esto es intolerable.
La ONU y los pactos internacionales son una oportunidad para promover la subsidiariedad y potenciar un desarrollo económico más integral y ecológico. La ONU es una oportunidad de generar una sociedad más fraterna y compasiva.
La comunidad internacional tiene que esforzarse para terminar con las injusticias económicas. “Una nueva ética supone ser conscientes de la necesidad de que todos se comprometan a trabajar juntos para cerrar las guaridas fiscales y promover el bien común”.
Debemos preguntarnos, si existe la voluntad política para mitigar los efectos negativos del cambio climático.
No podemos dejar de notar las devastadoras consecuencias de la crisis de la covid 19 en los niños, sobre todo migrantes y desplazados. Millones de niños no pueden regresar a la escuela y ven sus derechos a una vida digna y a la educación negados en realidad.
Las mujeres son también una parte de la sociedad muy vulnerable en esta crisis mundial de humanidad y de solidaridad.
Debemos cuestionar la carrera armamentista para utilizar mejor los recursos disponibles.
Nuestro mundo en conflicto necesita que la ONU se convierta en un taller para la paz cada vez más eficaz.
“De una crisis no se sale igual: o salimos mejores o salimos peores. Por eso debemos repensar el futuro de nuestra casa común. Abrazar el multilateralismo y la cooperación entre los Estados para superar los fanatismos y el aislamiento. No podemos vivir sin el otro y menos aún contra el otro. Construyamos juntos el futuro que deseamos”.
