Aparece en un escenario un grupo de congoleños y una cerveza irlandesa, ¿cómo se llama la película? La película es en realidad un anuncio, el de la famosa cerveza Guinness, que se traslada de Irlanda a la República del Congo para darle protagonismo a los sapeur: un grupo de hombres que enarbolan la elegancia como bandera de un país donde reina lo austero, la marca de la pobreza.
“Cuando un sapeur va bien vestido la gente olvida sus problemas”, dice uno de los protagonistas del último anuncio de Guinness. Este congoleño es miembro de la Sociedad de Creadores de Ambiente y Personas Elegantes, la SAPE, hoy una subcultura que se remonta a los días coloniales de Brazzaville, cuando la ciudad era la capital de lo que entonces se llamaba República Ecuatorial Francesa. De hecho, este club hunde su raíz en la expresión francesa ‘se saper’, utilizada para referirse a una persona que viste de modo elegante.
Un movimiento que defiende la identidad por encima de las circunstancias y que hoy en día se ha convertido en una forma de vida que cuenta incluso con su propio argot. Pero la SAPE nace como corriente anticolonialista en 1922, de la mano de
André Grenard Matsoua. Este congoleño vivió muchos años en París, donde combatió el colonialismo. Sin embargo, quedó encandilado por el estilo de los franceses y volvió a su tierra como un monsieur. Al fin y al cabo, la lucha y el buen gusto no tienen por qué ir separadas.
Matsoua creó la SAPE y Papa Wemba la popularizó. Este cantante dio a conocer esta forma de vida cuando se enfrentó a Mobutu Sese Seko, el dictador que impuso, a finales de la década de los setenta, una vuelta a la autenticidad para acabar con la occidentalización de este país africano, lo que incluía la prohibición de vestir como los europeos. Así la SAPE fue silenciada y durante años los sapeur tuvieron que renunciar a sacar su coquetería del armario. Pero Wemba se opuso y nunca ocultó su estilo exuberante, dando visibilidad a esta sociedad de congoleños elegantes fuera de sus fronteras.
Por ello la SAPE no sólo se caracteriza por su código de vestimenta, que incluye no combinar más de tres colores a la vez, sino por unas reglas de conducta: Los sapeur se declaran hombres de paz y de moralidad, de manera que su máxima no está definida por la riqueza, ni siquiera por el alarde de consumismo que requiere ir a la moda (de hecho, comparten la ropa), sino por un respeto que tienen que ganarse con su actitud hacia los demás.
Su ostentación, en contraste con la crudeza de un escenario pobre, no es más que una manera de expresar su creatividad. Y aunque puede resultar extravagante cada vez que salen a escena, estos congoleños argumentan a través del spot de Guinnes que “en la vida no siempre se puede elegir lo que hacemos, pero sí quiénes somos”. Así, los sapeur se declaran obreros de día y caballeros de noche. Son el último grito en supervivencia.
La marca de cerveza Guinnes también ha financiado este pequeño documental, que muestra, como ya lo hiciera el fotógrafo italiano Daniele Tamagni en su libro ‘Caballeros de Bakongo’ o el español Héctor Mediavilla, quiénes son los sapeur.
Original en : Ruth hacia África