El lunes día 25, han comenzado las votaciones para la primera ronda de las elecciones presidenciales en Chad, es casi seguro que el actual Idris Deby Itno, obtenga la victoria, después de que sus tres principales rivales hayan decidido boicotear las elecciones.
Deby, en el poder desde el golpe de estado que derrocó al dictador Hissene Habre, en 1990, se presenta para su cuarto mandato.
Los principales líderes de la oposición, Saleh Kebzabo, Wadal Abdelkader y Ngarlejy Yorongar se han retirado de las elecciones tras su reclamación de que el partido de Deby, el Movimiento Patriótico de Salvación, MPS, robó las elecciones parlamentarias de febrero.
Algunos observadores han informado del retraso en la apertura de muchos colegios electorales en la capital, debido a que llegaron tarde los materiales de votación y el personal electoral.
La oposición, que había demandado reformas como la emisión de nuevas tarjetas de votantes, afirma que las condiciones injustas causaron que el MPS aplastase a la oposición en las pasadas elecciones parlamentarias y por tanto predicen otro “fraude histórico” en estas elecciones.
La participación, el único test
Para el presidente Deby, la verdadera razón del boicot de sus ex rivales, es que se han dado cuenta de que perderán, según declaró en una rueda de prensa el pasado día 22 de abril.
Los dos rivales que se presentan frente a Deby son de pequeños partidos de oposición, Albert PAhimi y Nadji Madou.
Alrededor de 4.8 millones de chadianos, de los 11.1 millones de habitantes que tiene el país, se han inscrito para votar, además de unos 233.000 extranjeros.
El partido de Deby obtuvo la mayoría absoluta, con 113 escaños de los 188 del parlamento, contra una fragmentada y mal financiada oposición, de más de 100 partidos, en las pasadas elecciones parlamentarias de febrero de 2011, las primeras a las que se presentó oposición desde 2002.
Un observador dice que el único test para comprobar el apoyo a Deby será la participación el día 25.
Situado entre Níger y Sudán, Chad es uno de los países más pobres de África, a pesar de los abundantes recursos naturales como el uranio y el oro.
Empezó a producir petróleo en 2003, después de la finalización de un oleoducto que costó 4.000 millones de dólares, y que une sus campos petrolíferos con los depósitos de la costa atlántica africana.
(News 24, 25-04-11)