Elecciones presidenciales Benín 2011: las grandes lecciones de la primera vuelta

29/03/2011 | Opinión

En Benín, nunca antes unas elecciones habían suscitado tanta pasión como las presidenciales de este año, cuya primera vuelta se celebró el 13 de marzo. Un escrutinio del que es útil acordarse con respecto a las primeras lecciones. La primera lección que se debe recordar de este escrutinio es que se enmarca en la incertidumbre, en incertidumbres. El titubeo de una parte de la clase política y de candidatos a la hora de pulir, en la primera ronda de los comicios, numerosas incertidumbres. Se trata de un grupo de once candidatos, que el 17 de febrero de 2011 solicitaban el informe del escrutinio. Deseaban que se consagrara tiempo a contar a los olvidados en la lista electoral. Sobre la marcha, la mayoría parlamentaria representada por la oposición bloqueó la designación de miembros de las comisiones electorales locales. Esta posición llevaría más tarde a manifestaciones de protesta ante la Corte Constitucional. La reivindicación era la misma que la de siempre. Desafortunadamente, en los hechos, no sólo la lista electoral dejaba mucho que desear, también los órganos encargados de su realización, ya que tampoco ofrecían ninguna posibilidad de abrirla a nuevos electores.

Inexistencia de una campaña con debate de ideas

Las incertidumbres que planeaban sobre los comicios condujeron igualmente a otra primicia: tres semanas de campaña. Aparte de su duración, los benineses asistieron a una campaña sin debate de ideas de fondo, siendo las injurias el principal acontecimiento, hasta el punto de hipertrofiar antes de la fecha el contencioso electoral. Tanto es así, que algunos se atrevían a augurar el veredicto del escrutinio de la Corte Constitucional, juez del susodicho contencioso. Otra de las sombras sobre esta campaña fueron las personalidades de los candidatos. Tanto las personalidades de los candidatos a la presidencia como aquellos próximos a las elecciones legislativas han prevalecido sobre el programa electoral. Estos últimos, apoyando a los primeros, sólo comprobaban su popularidad. Este hecho se añadió a la tensión y pasión que oprimía a los benineses.

Más miedo que daño

Antes de esta primera vuelta, los benineses han temido lo peor en numerosas ocasiones. Las revueltas ante el Parlamento y las manifestaciones ante la Corte Constitucional reprimidas y el sentimiento de eventuales polémicas sobre el escrutinio daban miedo. Sin prejuzgar la garantía de calma que seguiría a los resultados de la primera vuelta, el desarrollo del proceso electoral ha conducido a agradables sorpresas. Los ciudadanos han acudido masivamente a las urnas y han votado en calma. Es una de las raras veces en las que no ha habido problemas de medios puestos a disposición por la Comisión electoral. Ésta, asimismo, ha sido una de las instituciones más serenas de los últimos años. No ha habido contradicciones notables entre los miembros y, menos aún, tentativas de destitución.

El norte entra en democracia

En el electorado del norte de Benín, normalmente se movilizaba a favor de un solo candidato estable. Pero en los comicios de 2011 se ha visto otra cosa. Cuatro candidatos estables, posteriormente reducidos a tres. Abdoulaye Bio Tchané, Boni Yayi e Issa Salifou, todos esperados en el póquer de ases de la primera vuelta de las elecciones presidenciales, provienen de la parte septentrional del país. Esta primicia en la historia de las elecciones de Benín se puede interpretar como un comienzo de democratización en la arena política del norte, por lo que existe la posibilidad de un candidato único del norte para la elección del presidente de la república. A partir de ahora, las ambiciones pueden expresarse libremente.

Olivier Assinou

(Camer.be, Camerún, 14-03-11)

Traducido por Arantza Cortázar, para Fundación Sur.

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