Los egipcios eligen al sucesor de Mubarak, derrocado por la ‘primavera árabe’
23/05/2012 CAIRO (AFP)
Los egipcios acudían este miércoles a las urnas para escoger, entre candidatos con visiones islamistas o laicas de la sociedad, al sucesor del presidente Hosni Mubarak, derrocado en 2011 en el apogeo de la llamada ‘primavera árabe’.
Más de 50 millones de electores están convocados a las urnas para elegir entre 12 candidatos -islamistas, laicos, de izquierda o liberales, partidarios de la «revolución» o antiguos responsables del régimen Mubarak-, quince meses después de la caída del «rais», «presidente» en árabe.
La votación en esta primera vuelta seguirá el jueves. Si ningún candidato logra la mayoría absoluta, está prevista una segunda vuelta los 16 y 17 de junio. Los resultados son difíciles de prever, debido al gran número de indecisos y de la libertad de elección inédita de las que disponen los electores después de décadas de elecciones decididas de antemano.
Egipto, peso pesado del mundo árabe con cerca de 82 millones de habitantes, parece dividido entre la tentación islamista y la de una normalización encarnada por personalidades salidas del antiguo régimen.
«Compiten dos tipos de votos: el islamista y el de la estabilidad», afirmó a la AFP Hicham Kasem, comentador político. «Todas las combinaciones son posibles para la segunda vuelta. Los resultados son altamente imprevisibles», añade.
Los principales candidatos son el islamista Mohamed Mursi, de los Hermanos Musulmanes; Amr Musa, ex ministro de Exteriores con Mubarak y dirigente de la Liga Árabe; Abdel Moneim Abul Futuh, islamista independiente; Hamdin Sabahi, un nacionalista árabe; y Ahmed Shafiq, último primer ministro de Mubarak. Musa y Shafiq podrían contar con el voto de aquellos que, después de 15 meses de transición movida, «están cansados de la situación y quieren volver a la normalidad» , estima Hesham Kasem.
El consejo, muy criticado por su gestión del periodo de transición salpicado por las protestas y la violencia, se comprometió a entregar el poder al nuevo presidente antes de finales de junio. Numerosos analistas estiman sin embargo que el ejército, columna vertebral del sistema desde la caída de la monarquía en 1952 y que posee un patrimonio económico considerable, seguirá siendo en la práctica un actor importante.
Los poderes del próximo presidente son de momento poco precisos, la Constitución en vigor bajo Mubarak fue suspendida y la redacción de la nueva estaba en punto muerto. También tendrá que tratar con un Parlamento dominado de forma aplastante por los Hermanos Musulmanes y los fundamentalistas salafistas desde las recientes legislativas.
El próximo presidente deberá también hacer frente a una situación económica preocupante, que combina las extremas desigualdades sociales herederas del antiguo régimen y la fuerte desaceleración de la actividad, entre otros en el sector turístico, registrada desde la revuelta del año pasado.
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