El turismo, tabla de salvación para las economías africanas, por Carlos Luján Aldana

16/02/2021 | Bitácora africana

Conocer, explorar y viajar a sitios distintos del lugar de residencia forman parte de las experiencias más gratificantes y placenteras en la vida de las personas. En esto consiste el turismo, un conjunto de actividades y servicios diseñados para satisfacer las necesidades y deseos de los visitantes (turistas). La amplia variedad de opciones a visitar han hecho posible la creación de una gran oferta de productos y paquetes adaptados a cualquier tipo de gustos y preferencias. Aunque de ninguna manera esta actividad puede ser considerada como una industria, el turismo genera un efecto multiplicador dentro de las economías receptoras de visitantes (locales o internacionales), dado que estimula la generación de empleos y el desarrollo de otras actividades y sectores económicos, entre los que destacan la hotelería, los restaurantes, la construcción y los transportes.

Es tan importante que, en el 2019 el turismo representaba el 10.4% del PIB mundial, daba empleo a 319 millones de personas y generó 8.8 billones de dólares en ingresos. Por tales motivos los servicios turísticos se han convertido en uno de los principales objetivos de inversión por parte de los Estados, la iniciativa privada y diversas organizaciones. Cada territorio posee un determinado potencial turístico en función de su historia, geografía y cultura, y bien promocionado, casi cualquier rincón del planeta es capaz de atraer visitantes.

Al respecto, el turismo es uno de los sectores económicos con mayor crecimiento sostenido a partir del siglo XXI en el continente africano, y año tras año aumenta el número de llegadas internacionales y los ingresos percibidos. Con base en los datos más recientes publicados por la Organización Mundial del Turismo, África concentra el 5% de las llegadas internacionales en el mundo, lo que equivale a 67 millones de turistas internacionales, mismos que dejaron una derrama económica de 38 mil millones de dólares. Aunque la tasa de crecimiento del turismo en el continente es de 7% anual, el aumento en los ingresos es más modesto, de 2%.

El crecimiento del turismo en África es liderado por África del Norte, donde Marruecos se ha convertido en un destino predilecto, creciendo a una tasa robusta, mientras que Egipto y Túnez continúan consolidando su recuperación gracias a que se levantaron las advertencias contra los viajes a estos países y disiparse los disturbios generados por las Primaveras Árabes. Esos países son los más visitados en África, pero en términos relativos, las actividades turísticas tienen un mayor peso en las economías de los países africanos más pequeños, sobre todo en los insulares, como Cabo Verde, Comoras, Mauricio, Seychelles y Reunión), quienes también han obtenido un crecimiento sólido. Otros destinos importantes son Sudáfrica, Kenia y Costa de Marfil. Pese a ello, algunos otros países están quedando rezagados en esta competencia, como Nigeria, Camerún, Sierra Leona, Somalia, Guinea-Bissau, entre otros, aun cuando su potencial turístico es enorme.

Las actividades relacionadas con el turismo tienen, sin duda, un impacto positivo en el desarrollo tanto económico como social, siendo un revulsivo para implementar políticas y reformas favorables a los negocios, estimulando la creación de empresas, empleos e inversiones extranjeras. Desafortunadamente es inevitable que, en mayor o menor medida, también tengan impactos de naturaleza social, cultural y ambiental, algunos de ellos de forma negativa. Sin considerar estos efectos, se compromete la rentabilidad y sostenibilidad de cualquier tipo de turismo. En consecuencia, es trascendental desde un inicio identificar todas las oportunidades para explotar el potencial turístico en una determinada zona e iniciar una planeación estratégica con una cuidadosa metodología. En este sentido, los prerrequisitos para determinar la viabilidad de las distintas zonas turísticas se aplica la técnica de las tres A’s o triple AAA, en relación con tres de los conceptos clave en materia turística: Alojamiento, Acceso y Atracciones. En la siguiente imagen se explica en qué consiste cada uno de ellos.

turismo_africa_1.jpgÁfrica dispone de una rica naturaleza, amplia diversidad cultural, cientos de atracciones de todo tipo, y en algunos casos, estándares aceptables de alojamiento, infraestructura y red de transporte. Desde las agencias de viajes especializadas en vuelos a África también se percibe un gran optimismo, ya que la percepción de mayor seguridad por los viajeros, la eliminación de visado y otras restricciones en algunos países y el incremento en el número vuelos son indicadores de un periodo de boom del turismo en África. De igual forma, se da un uso más eficaz de las nuevas tecnologías y una mejora comunicativa.

Pero por sí solo, esto no garantiza el éxito. Para desarrollar una buena política en materia turística, deberán identificarse las tendencias del mercado turístico mediante una profunda investigación de mercado, y para su realización se requerirán inversiones y campañas de publicidad. Un producto turístico es una amalgama de muchas actividades y atracciones, donde intervienen factores físicos, emocionales y experiencias personales. Dentro del portafolio de cosas que los visitantes pueden observar o hacer se encuentran las siguientes: admirar la naturaleza, degustar un platillo en un restaurante, parques temáticos, teatros, museos, eventos y festivales, mismas que no se desarrollan en el vacío, sino que forman parte de un complejo entramado de relaciones interpersonales, creando una experiencia subjetiva e intangible que se quedarán grabadas en la mente de los turistas.

Esas cualidades agregan un componente de incertidumbre, estacionalidad y complejidad en este fenómeno, que generan riesgos y amenazas que escapan fuera de todo control. En el caso de muchos países africanos, estos son los problemas principales que inhiben la llegada de turistas y visitantes destacan los siguientes:

– Desconocimiento del mercado turístico internacional.
– El descontento social y político con el turismo, especialmente en las zonas donde se ubican los safaris y otras maravillas naturales, debido a la poca o nula integración del sector turístico con el resto de las actividades económicas locales.
– Ineficiencia gubernamental para reaccionar a las tendencias del mercado.
– Falta de capacitación y pocos recursos humanos disponibles.
– Bajo nivel de desarrollo económico en la región.
– El terrorismo, la sensación de inseguridad y el temor a algunas enfermedades en algunas regiones del continente.
– Inestabilidad política.

Cada uno de estos aspectos nos indica que el turismo está correlacionado con las condiciones económicas de los países de origen de los turistas, y que de poco o nada servirán los paquetes y promociones turísticas si, al final, no hay flujo de visitantes. Y uno de los obstáculos más grandes que tiene la oferta turística en África es que está homogeneizada por los turistas, en concreto, al turismo de safaris y de observación de la vida silvestre (aunque también es la que genera mayores ingresos), por lo que muchos de los servicios turísticos están focalizados hacia un determinado tipo de turista. En los carteles, folletos y páginas de internet donde se promociona el turismo en África casi con seguridad encontramos siempre la imagen de un animal o un paisaje. Esta visión simplista constituye un freno para otro tipo de actividades turísticas que se pueden desarrollar sin ningún problema dentro del continente africano. En un informe de la OMT en conjunto con Casa África, se señalan algunos ejemplos y casos de éxito de otros tipos de segmentos turísticos. Algunos de ellos son los siguientes:

– Turismo astronómico: Observar las estrellas y la bóveda celeste es una actividad genera una sensación fantástica. Sin embargo, en muchas de las ciudades del mundo no es posible admirarlas en todo su esplendor debido a los altos niveles de contaminación. Pero los cielos de África, sobre todo en aquellos territorios que se encuentran en el hemisferio Sur, presentan condiciones favorables para los cielos estrellados, aspecto que puede ser aprovechado para atraer visitantes. Conscientes de ello, en Namibia ya operan empresas turísticas en algunas reservas que ofrecen estos servicios, con poco impacto en el medio ambiente.

– Turismo urbano: Las ciudades africanas están creciendo a un ritmo sorprendente, y con ellas, la oferta y disponibilidad de mayores servicios y comodidades. De esta forma se están creando las condiciones para el surgimiento de muchas atracciones que concentran en un solo lugar la cultura y diversidad de un país, lo cual constituye una gran alternativa y más barata con respecto a otros segmentos más tradicionales en África, como los safaris. Entre las ciudades más atractivas para visitar en África, se encuentran Ciudad del Cabo, El Cairo, Johannesburgo, Dar-es Salaam, Nairobi y Casablanca.

– Turismo religioso: Esta es una de las formas más antiguas de turismo global, y en este aspecto, África presenta sitios que tienen el potencial de convertirse en verdaderos destinos turísticos asociados con la búsqueda de espiritualidad y servicios religiosos. Uno de ellos son los territorios del pueblo yoruba, donde las religiones animistas desempeñan un rol importante dentro de algunas sociedades de África Occidental. Por su parte, Etiopía ya es un eje central de fabulosas excursiones de turismo religioso, que se desarrollan alrededor de la tradición cristiana ortodoxa copta.

– Safaris: Es el producto estrella del turismo en África, al grado que concentra el 80% de las llegadas internacionales de turistas al continente. Esta proporción es demasiado alta si consideramos el potencial turístico del continente en otras áreas, pero sería un grave error dejar de impulsarlo y promover su desarrollo. Desafortunadamente los precios de los safaris son cada vez más elevados, siendo accesibles solo a los bolsillos de los millonarios, además de los grandes retos en la conservación y preservación de las especies del reino animal que hacen posible este modelo de negocio.

– Ecoturismo: África presenta zonas rurales en donde se promueve el ecoturismo, el desarrollo sustentable, se llevan a cabo iniciativas en pro de la ecología y el impulso al desarrollo de las comunidades locales, que juntas conforman otro modelo de negocio turístico en pleno auge en África, sobre todo en las regiones sur y oriental del continente. Hay muchos casos de éxito, pero también casos en donde algunas comunidades han sido desplazadas para dar paso a los turistas y complejos hoteleros, como los masái en Kenia y los sanes en Botsuana. El gran reto es encontrar un equilibrio entre la satisfacción de los turistas y el respeto hacia las comunidades locales y sus modos tradicionales de vida.

– Turismo extremo y de aventura: África alberga sitios inhóspitos y aislados que atraen la atención de miles de aventureros que están dispuestos a desembolsar grandes sumas de dinero por vivir emociones fuertes y encuentros inesperados. Es por ello que muchas agencias de viajes ofrecen diversas aventuras, como escalar montañas, viajes en vehículos todo terreno, travesías por el desierto y vivir como lo hacen muchos pueblos del continente.

– Turismo enfocado en la diáspora africana: Los africanos que actualmente viven fuera del continente se cuentan por millones, y varios de ellos visitan a sus familiares que viven en África en fechas especiales, por lo cual, una buena estrategia para las naciones africanas es enfocarse en este nicho y ofrecer facilidades de acceso a sus compatriotas, e incluso, a los afroamericanos. A finales de 2019 Ghana organizó con éxito el “Año de retorno” para atraer a la diáspora africana y que reconecten con sus antepasados africanos.

– Sitios históricos: La historia de África es una gran desconocida, y en el continente africano se encuentran un gran número de atracciones, monumentos y ruinas capaces de atraer muchos turistas. Egipto es un sitio predilecto en este aspecto, pero hay muchísimos sitios que son menos visitados, pero que de igual forma tienen un gran valor histórico y arquitectónico, como Zanzíbar, Tombuctú, Cartago y muchos más.

– Destinos de playa: Este segmento del turismo africano es uno de los más valiosos, pero que aún no recibe la atención ni las visitas que se merece. A pesar de que los cruceros se han convertido en un paseo tradicional por los países del mediterráneo, sobre todo en Túnez, Argelia y Marruecos, existen muchas otras playas donde los turistas internacionales pueden pasar unas vacaciones increíbles, como Seychelles, Mauricio, y la costa oriental del océano índico, entre Mozambique y Sudáfrica.

– Festivales y grandes eventos: La organización de este tipo de actividades es otra forma de atraer visitantes, sobre todo en temporadas de baja afluencia de visitantes. Dichos eventos pueden organizarse en los ámbitos cultural, de negocios, deportivos, políticos, entre muchos más, dependiendo de los distintos contextos nacionales africanos.

Esta lista podría ser más amplia, pero ello basta para dimensionar todo el potencial del turismo africano. Y con esta base, ya estamos en condiciones de marcar los retos y perspectivas del turismo en todo el continente, así como reafirmar su papel protagónico en la transformación de sus economías.

Para empezar, es importante que cada país elabore sus propias políticas, programas y estrategias de fomento al sector turístico con base en sus especificidades, características y recursos disponibles, y que éstas se reflejen en sus planes y programas estratégicos a largo plazo, en donde se tiene que incluir de algún modo la protección al medio ambiente, al patrimonio cultural de los sitios y fomentar el desarrollo de las comunidades locales.

Por otro lado, actualmente una parte considerable de la infraestructura regional ha sido generada por los gobiernos. Sin embargo, el empuje del sector público por sí sólo, es insuficiente. En general, los países africanos deberán poner más atención para incentivar una mayor inversión privada, así como en la creación de alianzas entre ambos sectores.

A largo plazo, la disponibilidad de recursos humanos capacitados podría ser un factor determinante entre el éxito o el fracaso de las políticas en materia turística, así como en la creación de ventajas competitivas. Actualmente, gran parte de la fuerza de trabajo que vive del turismo son inmigrantes y mujeres. Por tanto, cualquier programa requerirá de un cambio en las percepciones culturales para que estos sectores vulnerables de la sociedad mantengan su sustento.

Otro aspecto central que permite al turismo jugar un papel relevante en el desarrollo económico es que proporciona divisas extranjeras a unos países con pocas opciones para obtenerlas, y así enfrentar desequilibrios en su balanza de pagos. Sin embargo, y como ya se señaló, el turismo es una actividad que depende de muchos factores externos que son difíciles de predecir, mismos que podrían traducirse en un menor número de turistas. Sin ir más lejos, la pandemia del COVID-19 ha sido un duro golpe al sector turístico a nivel mundial, y aún es pronto para determinar cuándo va a comenzar una recuperación real. Aquí vale la pena resaltar que, de acuerdo a las mismas estadísticas de la OMT, solamente el 3.5% de la población mundial viaja internacionalmente. Inicialmente, los viajes son internos, luego intrarregionales, y después internacionales.

Aunque el turismo ha crecido de forma sostenida, lo ha hecho de forma muy desigual entre los países africanos. Por lo tanto, más que el turismo internacional, sería el turismo intrarregional la clave para impulsar el crecimiento del sector turístico en el continente, complementada con avances en materia de seguridad, estabilidad política y capacitación técnica para crear empleos de mayor calidad. De concretarse y generalizarse su uso en los próximos años, el pasaporte africano será una poderosa herramienta cuyo impacto en el turismo africano puede ser positivo e importante, que en los próximos años supondrá grandes beneficios para todos los países africanos, al eliminarse las barreras a la libre circulación de personas a lo largo de todo el continente africano.

Finalmente, otra ventaja valiosa que el turismo ofrece a los países del continente africano es que, a diferencia del modelo agroexportador, vigente desde la etapa de la colonización europea, y a los esfuerzos de industrialización en el continente, genera beneficios a corto plazo, una gran parte de los beneficios pueden reinvertirse y es un catalizador para el florecimiento de otras actividades y el desarrollo de muchas comunidades y pueblos que han estado marginados por muchos años. Con esto no quiero decir que la agricultura y la industria no sean importantes para los africanos, sino que el turismo podría convertirse en el motor que los impulse.

Es por todo ello que el turismo para África representa una gran fuente potencial de crecimiento económico, una herramienta para la inclusión de las comunidades marginadas, un arma contra la pobreza y un medio para mostrar al mundo la riqueza histórica, cultural y natural del continente.

Original en: Tlilxayac

Autor

  • Economista mexicano. Me apasiona el estudio de los asuntos africanos, por lo que escribo para impulsar el conocimiento del continente africano y generar debate en torno a él. Puedes seguirme a través del Blog Tlilxayac.

    La palabra Tlilxayac significa “máscara negra” en lengua Náhuatl, aquella que hablaban los habitantes del Valle de México antes de la conquista española y aún hoy se escucha en algunas regiones del país. La máscara es un símbolo muy representativo de la cultura mexicana, y también lo es para algunas regiones africanas. Con esto, se pretende representar la unión, amistad y diálogo entre las naciones de África y México en pro de una relación sólida, cordial, fructífera y duradera.

    @clujanaldana

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