El Tribunal Penal Internacional ha ordenado la liberación del primer sospechoso de crímenes de guerra que se enfrentaba a juicio ante el mismo, el señor de la guerra de la República Democrática del Congo, Thomas Lubanga.
Los jueces han declarado que el señor Lubanga no podía tener garantías de un juicio justo, después de que los fiscales hubieran ocultado pruebas a la defensa.
Su puesta en libertad será retrasada cinco días, pendiente de una apelación de la fiscalía. El señor Lubanga, que ha estado en prisión bajo custodia durante dos años, niega las acusaciones de haber reclutado niños-soldado durante el conflicto de la República Democrática del Congo.
Se calcula que murieron cuatro millones de personas durante este conflicto en el Congo. El señor Lubanga lideraba la milicia de la Unión de Patriotas Congoleños, UPC, en el noreste del distrito de Ituri, donde los enfrentamientos armados continuaron hasta mucho después del acuerdo de paz firmado en 2002.
En un comunicado emitido a principios del año pasado, la fiscalía argumentaba que los niños habían sido secuestrados cuando iban de camino hacia la escuela y obligados a luchar para la milicia de Lubanga, de la etnia Hema, contra los Lendu, sus rivales.
Pero los abogados de Lubanga, aseguran que él estaba intentando terminar con el conflicto y que ahora está siendo castigado por la comunidad internacional por haberse negado a dar concesiones mineras a compañías extranjeras en la zona que él controlaba.
La Corte Penal Internacional, con sede en La Haya, fue establecido en 2002 como el primer tribunal permanente para juzgar crímenes de guerra. Fue diseñado para terminar con la necesidad de establecer diferentes tribunales ad hoc para crímenes de guerra, como los creados para procesar los crímenes cometidos en la antigua Yugoeslavia o el genocidio de Ruanda.
(Monuc.org, 03-07-08)