El gobierno de Sudán ha rechazado la orden de arresto internacional contra su presidente, Omar Al Basir, por genocidio denominándolo “decisión política”.
El día 12 de julio, el Tribunal Penal Internacional, ICC, de La Haya, emitió la orden de arresto contra Al Bashir por tres cargos de genocidio, un cargo que no se había incluido en la orden previa que pesaba sobre el presidente sudanés, que era por cargos de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, en referencia a la muerte de cientos de miles de personas en la región occidental de Sudán, Darfur.
Hablando en el estado del golfo, Qatar, el portavoz del gobierno sudanés, Omer Adam Rahmer, dijo que la nueva orden envía un “mensaje negativo” que dificultará las actuales conversaciones de paz de Doha.
Sin embargo, los grupos rebeldes han dado la bienvenida a la decisión del ICC.
Según la ONU, 300.000 personas han muerto en Darfur desde 2003. Incluso ahora, 2.3 millones de personas, la mayoría africanos negros, están atrapados en campos de refugiados, por miedo a ataques de las milicias árabes si regresan a sus pueblos.
Evidencias razonables
Grupos de derechos humanos han acogido con agrado esta segunda orden de arresto del ICC e insisten en que la comunidad internacional debe presionar a Sudán para que le entregue al tribunal.
La orden de arresto emitida el día 12 se suma a la primera, emitida en marzo de 2009, por cinco cargos de crímenes contra la humanidad: asesinato, tortura y violaciones, y dos cargos de crímenes de guerra. “Hay evidencias razonables para creer que es responsable de tres cargos de genocidio cometido contra los grupos étnicos fur, masalit y zaghawa”, dice el comunicado del ICC.
El ICC se fundó en 1998 para perseguir a los criminales de guerra por todo el mundo.
(News 24, 13-07-10)