El riesgo de palestinizar a la comunidad Hutu

17/12/2014 | Opinión

En el censo de 1991, había tres grupos étnicos en Ruanda, registrados proporcionalmente según las siguientes estadísticas: Hutu (85 %), Tutsi (14 %) y Twa (1 %). Estos números pueden haber cambiado bastante desde entonces debido a diferentes razones, principalmente a la guerra.

Según la propaganda actual, especialmente predominante desde 1994 en muchos círculos dominados por los extremistas tutsis en todo el mundo, los hutus son genocidas.

Esta propaganda enseña que los hutus nacen genéticamente predestinados con la intención de matar a los tutsi.

Esto es verdad al menos según lo que el Presidente ruandés, Paul Kagame, destacó en un discurso público el 30 de junio de 2013 en Kigali.

Por aquel entonces, pidió a todos los hutus, incluidos aquellos nacidos después de 1994, el año del tan famoso “genocidio” (1), que pidieran perdón a los tutsis por un crimen que sus padres habrían cometido.

Sabemos cómo comenzó esa propaganda. En un principio, se diseñó en la década de los 50 por la élite tutsi que gobernaba en Ruanda. Esta correspondía con la etapa de la monarquía en ese país.

Estos habían observado cómo efectivamente el, por aquel entonces, mundo “civilizado” había ido al rescate de los judíos durante las campañas militares de Adolf Hitler en Europa durante la Segunda Guerra Mundial.

A finales de la década de 1950 y principios de 1960, la élite ruandesa en el poder, los tutsis, se dieron cuenta de que usando la “carta” del genocidio para atraer la simpatía internacional hacia su comunidad liderada por una minoría, sus privilegios reales y políticos estarían salvaguardados.

Dominados por esta forma de pensar, ocurrió que por ejemplo Dominique Mbonyumutwa, un líder político hutu de aquella época, que se iba a convertir en el primer Presidente de Ruanda, fue acusado de fomentar el genocidio contra su comunidad. Desafortunadamente para esta última, la acusación no funcionó.

Alrededor de treinta años después, en 1994, tras perfeccionar toda esa propaganda ¬ principalmente durante el exilio en Uganda¬ claramente con ayuda de los intereses particulares extranjeros, que creyeron adecuado asociarse con los nuevos propagandistas del genocidio, la acusación tuvo éxito.

Hoy en día, se acepta generalmente por mucha gente desinformada fuera de Ruanda que los hutus son genocidas. Esto puede no ser su culpa porque las partes con grandes intereses han invertido mucho en esta propaganda, que mancha la imagen de los hutus por razones estratégicas.

¿Por qué palestinización?

Cuando el escritor judío, Bat Ye’or, habla de palestinización, parece que quiere decir el ponerse de su lado o empatizar con ellos. No obstante, mi referencia aquí a este concepto está relacionada con la victimización del grupo, es decir, por ejemplo en el caso de los hutu, tratarles a ellos de la manera que los palestinos han sido tratados desde la creación de Israel, como parias.

En la mente de muchas personas en todo el mundo, que se alimentan y consumen felizmente la propaganda occidental de apoyo a Israel, los palestinos son terroristas.

Cuando los palestinos defienden su derecho a vivir dignamente como otros ciudadanos en cualquier parte, no siendo desalojados de su tierra ancestral, o no siendo tratados como gente de segunda clase en territorios que hoy ocupa en estado judío, tienen nombres.
La comparación de su situación con lo que la comunidad hutu ha estado sufriendo desde 1990 en la región de los Grandes Lagos es relevante.

Su representación negativa por Occidente y, al mismo tiempo, el gobierno tutsi en Ruanda favorecen los intereses estratégicos especialmente de Estados Unidos y Reino Unido así como de otras potencias extranjeras. Esto es el mismo trato a los que se somete a los palestinos por las mismas razones de estrategia política en Oriente Medio.

Actualmente

El 5 de diciembre de 2014, Alemania procesó a un número de personas que decían ser parte del FDLR (Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda). Esto es el movimiento hutu que representa hoy en día a aquellos de la comunidad que han optado por proteger a su gente a cualquier precio incluso el dar su vida.

Las víctimas del tribunal alemán aún tienen el derecho de apelación. “El veredicto y la sentencia no son los finales. La Corte Suprema alemana podría modificarlas.”

El grupo ha estado activo principalmente en la parte oriental de la República Democrática del Congo, donde se han identificado a más de 250.000 refugiados hutus.

Estos son algunos de los supervivientes de los muchos ataques dirigidos contra ellos del Frente Patriótico Ruandés (FPR) y de las fuerzas extranjeras junto con la complicidad de las organizaciones internacionales que como la ONU y las ONG desde el 1 de octubre de 1990, tanto dentro de Ruanda como en la República Democrática del Congo.

¿Puede haber alguna relación entre el momento en el que el tribunal alemán haga pública la sentencia y el límite del 2 de enero de 2015 para que el FDLR se haya desarmado completamente? Puede que sí y puede que no.

Sea cual sea la elección del momento de la decisión de la corte, sacarlo a la luz en ese momento concreto ayuda mucho a aquellos que, tanto dentro de la institución de la ONU como en las capitales occidentales, o incluso en Kigali, han luchado sin descanso por la aniquilación total del FDLR.

Por Europa y en el mundo entero, hay muchas personas de origen hutu que están o en la cárcel o se las está investigando, no por los crímenes que hayan cometido especialmente en Ruando durante el “genocidio”, sino por el hecho de ser quienes son. La propaganda del FPR ha ahondado mucho en esto.

En Holanda, el 27 de noviembre de 2014, la comunidad hutu organizó una manifestación para protestar contra las injusticias que las autoridades del país están cometiendo al acosar de forma terrible a sus miembros.

Han estado quitando la nacionalidad a aquellos que la tenían, metiendo en la cárcel a aquellos que hablan por otros, etc.

El país está respondiendo a las peticiones del gobierno ruandés basadas en hechos inventados sobre las víctimas.

Simplemente se reforzará la política occidental de los últimos años de reducir poco a poco el número de extranjeros en sus países, principalmente de aquellos países que tienen pocas excusas para hacerlo, debido a la propaganda de sitios como Ruanda, y debido a la tendencia cada vez más nacionalista que se está dando especialmente en Europa.

Posibles opciones

La comunidad hutu de todas partes, tanto dentro como fuera de Ruanda, tiene dos opciones: resistirse como personas, o perecer como una unidad. El último proceso para reducir su número comenzó en 1990.

El FDLR se ha manifestado hasta ahora, lo que ha preservado las vidas de muchos especialmente en la República Democrática del Congo.

Es necesario hacer más en este sentido. Además, la contribución y el apoyo necesitan llegar de cada miembro de una comunidad más amplia en donde quiera que estén.

Mientras que oficialmente los parias son los hutus, al mismo tiempo, se está exterminando en el proceso a la comunidad bantú, en general, especialmente en toda la región de los Grandes Lagos.

Los congoleños han perdido a más de seis millones. Se está masacrando a los africanos por los millones que dan lugar la explotación de sus minerales.

¿Qué pasa con los tutsi en la región y especialmente en Ruanda para que crean erróneamente que no están a merced del sacrificio de los africanos por salvaguardar los intereses extranjeros?

Existe sin duda una élite entre los tutsis que está dirigiendo [referencia al discurso de Juweri Museveni durante la 20 conmemoración del “genocidio” el 7 de abril de 2014] y está dispuesta para sacrificar a cualquiera, incluso entre su propia gente, para preservar sus intereses inmediatos y aquellos de las potencias occidentales.

Se puede afirmar que el caso palestino es diferente al de los hutu. En cierta medida, estoy de acuerdo. Pero las similitudes son tan sorprendentes que uno no puede evitar pensar en su proximidad:

– 1) las fuerzas extranjeras imponen a una comunidad minoritaria que gobiernen sobre una mayoría;

– 2) el sustento del poder de la minoría por una fuerte intervención extranjera militar y financiera:

3) el uso de terrorismo estatal extremo para oprimir a las masas;

– 4) la élite gobernante siendo alabada en las capitales y universidades occidentales como ejemplos a seguir de gobernanza, democracia y desarrollo.

En mi opinión, en general, la palestinización de la comunidad hutu empezó el día que Estados Unidos y Reino Unido decidieron respaldar que el FPR y su plataforma de apoyo regional, principalmente en Uganda, se volviesen la espina dorsal de su fuerte en la región de los Grandes Lagos. Conscientes de esa realidad, y especialmente de las cosas que pueden aprender de las condiciones de los palestinos, la supervivencia hutu como pueblo dependerá de cómo afronten la situación actual de parias. Más vale tarde que nunca, tal y como se vio en Holanda el jueves 27 de noviembre de 2014.

(1) La tragedia ruandesa y su consecuencia en el Congo han afectado enormemente a cada familia, incluyendo la mía, en todos los países de la región. En el viaje en el que tratábamos de sobrevivir a la masacre, perdimos innumerables padres, hermanos, cuñados, sobrinos y amigos. Algunos supervivientes han quedado discapacitados por machetes o balas de por vida o simplemente de manera mental. Otros parientes murieron años más tarde por consecuencias y políticas llevadas a cabo por el FPR, en Ruanda. Aquellos que no murieron en prisiones, se han vuelto ciudadanos de segunda clase. Las prisiones seguirán recibiendo centenas de candidatos cada mes mientras que países como Holanda, Reino Unido, Estados Unidos, etc. no paren de financiar al régimen opresivo de Paul Kagame.

Rising Continent

[Traducción, María Alarcón]

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