El repentino aumento de la piratería de las bandas de Puntland, de Somalia, amenaza con cerrar el Golfo de Adén

30/09/2008 | Crónicas y reportajes

Se ha empezado a decir que el dramático incremento de la actividad pirata en Somalia, se ha visto impulsado por la enorme cantidad de dinero que se ha pagado en concepto de rescate, sumado a la ineptitud de las fuerzas navales presentes en la región y la continuidad de la protección que se les da a los piratas por parte de Adde Muse y Abdillahi Yusuf.

La creciente escalada de los ataques piratas contra los barcos amenaza con cerrar el Golfo de Adén, un paso de aguas internacionales que se sitúa entre Yemen, Somaliland y Somalia.

La oleada de las actividades de piratería en las costas de la región de Puntland, de Somalia, en los últimos dos meses, ya ha interrumpido la importación de los tan necesitados alimentos y las exportaciones de ganado, por los arriesgado que ha llegado a ser para las embarcaciones comerciales pasar por el Golfo de Adén, una de las rutas marítimas más transitadas del mundo. También se ha visto afectado tanto el mercado regional como el global.

Con la oleada de ataques piratas, que los recargos de los seguros se han disparado, y la combinación de estos dos factores, ya se ha experimentado una reducción importante en el tráfico marino en el Golfo de Edén, desde agosto de este año.

Según el Departamento Marítimo Internacional, 55 embarcaciones han sido atacadas en las costas de Somalia, desde enero de este año, y 11 todavía se encuentran retenidos por sus captores a la espera del pago de un rescate.

La piratería somalí tiene una corta historia. Todo comenzó en 1991, después de la caída del dictador Mohamed Siyad Barre. En ese año comenzó sus operaciones en primer grupo pirata, secuestrando pesqueros de arrastre extranjeros en las aguas territoriales de Somalia, en las costas de la región de Puntland, con el pretexto de que esos barcos estaban cargándose los recursos pesqueros del país.

Sin embargo, los pesqueros normalmente eran liberados rápidamente, después de aceptar pagar una pequeña cantidad de dinero a los secuestradores por haber “violado sus aguas territoriales”. Fue este tipo de extorsión lo que después expandió la piratería por toda la costa de Puntland.

En los últimos cinco años, la piratería se ha convertido en un negocio multimillonario que emplea a más de 1.000 personas en Puntland. Las actividades ilícitas, como la piratería, el tráfico humano y el contrabando de armas pequeñas y drogas constituyen ahora la espina dorsal de la economía de Puntland.

Es sabido por todos que tanto el actual gobernador de Puntland como el Presidente del Gobierno de Transición de Somalia, Abdillahi Yusuf, reciben una parte de los ingresos generados por los piratas, traficantes y contrabandistas, en pago por su protección.

Ahora los piratas de Puntland están secuestrando barcos casi a diario en la línea marítima que es la ruta más corta entre el lejano oriente y Europa, vía Canal de Suez. Muchos grupos internacionales de embarcaciones ya han anunciado que no podrán seguir transitando por el Golfo de Adén, a menos que se tomen medidas concretas para salvaguardar el paso marítimo de los peligros de la piratería.

Los poderes navales occidentales, como Estados Unidos, Francia, Alemania y otros, mantienen buques de guerra en la región. Sin embargo, sus patrullas de vigilancia de la costa de Somalia han resultado ser tremendamente ineficaces en términos de combatir la piratería, el tráfico humano y el contrabando de armas pequeñas y de drogas.

El mismo día que los comandos franceses rescataron a dos ciudadanos franceses de los piratas de Puntland, otro grupo pirata secuestraba un tanque cargado de químicos.

(The Somaliland Times, 29-09-08)

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