Los innovadores africanos están constantemente demostrando que no hay límite para el aprovechamiento potencial de todo lo construido y existente. Un talentoso joven ugandés ha empezado a transformar neumáticos viejos en zapatos.
Decidido a no quedarse limitado por su vulnerabilidad, Inocencio Byaruhanga, un ex niño de la calle, desarrolló una idea “de basura a tesoro”. Desde entonces se ha extendido este innovador concepto para un buen número de jóvenes que deambulan por las calles en Uganda, con el objetivo de crear una industria del calzado. Byaruhanga inició este proyecto con niños indigentes de entre 12 y 24 años a través de su Centro de Pamoja y ya ha formado a más de 80 niños desde que el centro comenzó a funcionar en 2011.
Basado en los principios de la creación de un “hecho en Uganda”, Byaruhanga ha contribuido a la comunidad a través de su ONG “Save Street Children Uganda” (SASCU) (Salvad a los niños de la calle en Uganda), que se fundó en 2005.
Byaruhanga no explica el proceso de fabricación del calzado en detalle, pero es bien sabido que zapatos hechos de neumáticos se han producido en otras partes de África como Etiopía y Ruanda antes que en Uganda, lo que demuestra que el conocimiento se ha difundido desde otras partes del continente hasta Uganda. Pero ya sea en Etiopía, Ruanda o Uganda, el proceso de fabricación del calzado es similar, aunque Byaruhanga se atreve a ser diferente a pesar de que su creación no es nueva; él prevé la conversión del Centro de Pamoja en una industria. De esta manera, ofrecerá esperanzas a los niños, a los jóvenes desempleados y a las personas desfavorecidas.
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Fundación Sur