El pasado miércoles 15 de octubre fallecía Raila Odinga, líder histórico de la política en Kenia. Odinga, de 80 años, se encontraba en India, donde estaba recibiendo tratamiento médico, cuando falleció de un ataque al corazón. Su muerte ha movilizado a miles de personas en Kenia, que han salido a las calles para velar su pérdida. Los ciudadanos han destacado su papel en la lucha por la democracia y por las reformas constitucionales del país, ayudando al asentamiento del multipartidismo en Kenia.
Odinga ejerció de primer ministro de 2008 hasta 2013, sin embargo, destaca su papel como líder de la oposición política, sobre todo desde los años 90, durante 5 campañas presidenciales. A pesar de que no ganó en ninguna de ellas, hoy en día es conmemorado por su activismo y logros en la construcción política del actual Kenia. También es inmensamente valorado en el país por su contribución e implicación con el panafricanismo.
El cuerpo de Odinga fue enterrado en su residencia rural de Bondo, al oeste del país, donde fue sepultado junto a su padre, que luchó por la independencia de Kenia y fue su primer vicepresidente. El jueves se celebró un primer velatorio en Nairobi, donde la multitud intentó derribar las vallas para acercarse al féretro. La policía respondió con disparos y gases lacrimógenos para contener el acceso, lo que provocó la muerte de al menos dos personas y más de una decena de heridos.
Durante el funeral de Estado se vieron escenas de pánico cuando un grupo de asistentes trató de avanzar hacia la zona reservada para las autoridades y familiares. La presión de las masas desató una estampida que dejó dos personas muertas y más de 160 heridos.
Fuente: Africa news
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