Aseguran que el Principito es, después de la Biblia, el libro más traducido de la historia de la literatura. El cuento de Antoine de Saint-Exupéry ha sido una vez más traducido y esta vez al árabe hasanía. Esta variante local del árabe es hablada por unos 3 millones de personas en Mauritania, Sahara Occidental y algunas regiones argelinas. La obra ha sido editada a principios del verano por el Consejo Nacional de Derechos Humanos, la Fundación Saint-Exupéry y la Fundación Phosboucrâa, ligada a la importantísima Oficina Cherifiana de Fosfatos (OCP).
Lo que podría ser una buena noticia: “reconocimiento de la importancia del árabe dialectal como lengua que vehicula una cultura y su importancia como lengua materna con el derecho a ser hablada, respetada y promovida”, se ha convertido en una batalla político-diplomática entre las autoridades marroquíes (promotoras de la idea) y los adversarios de la ocupación marroquí del Sahara. El argumento esgrimido para oponerse a esta publicación no es de orden literario si no político: “Se trata de una apropiación por parte de las fuerzas de ocupación del patrimonio cultural del pueblo saharaui”.
Antoine de Saint-Exupéry vivió en los años 20 en Marruecos durante su servicio militar y, más tarde, en Tarfaya (entonces Cabo Juby), donde residió como delegado de la compañía aérea Aeropostal. El desierto y Marruecos están muy presentes en sus obras: Viaje nocturno, la ciudadela, Correo al sur y, por supuesto, El Principito.
Fuentes:
– «El Principito» traducido al dialecto árabe hasaniya del Sáhara Occidental
– Marruecos busca apropiarse de la cultura del Sahara Occidental para diluirla en la ocupación
José María Cantal Rivas, editor de AfroIslam
[Fundación Sur]
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