¡Señor Primer Ministro, está invitado al Restaurante Atípico de Kudugu!
Hace un par de días, un amigo periodista me envió una noticia de la AIB (Agencia de Información de Burkina). Así supe que “el gobierno de Burkina Faso pide a los servicios públicos de priorizar los productos alimenticios locales.»
El gobierno de Burkina Faso ha ordenado, «como medida cautelar y temporal», priorizar en la administración pública el consumir productos alimenticios locales para hacer frente a las dificultades de comercialización.
Estructuras públicas de Burkina Faso que consuman productos alimenticios, están obligadas «a escoger productos locales, de preferencia a los similares de importación.»
Igualmente, los servicios públicos deben de integrar los productos locales en los menús de pausas para el café, el almuerzo y las cenas de gala y de trabajo.
¡Es una buena noticia!
Sobre todo que el primer ministro añadió: «Paul Kaba Thiéba ha aconsejado a sus ministros de acompañar a estas operaciones con una amplia campaña de comunicación que subraye el interés del consumo de alimentos locales para economía nacional. »
Es, pues, ¡una muy buena noticia! A menos que…
– Acabo de escuchar en la radio: «Hace 50 años, se decía: ¡Dentro de 20 años iremos a Marte!»
– Y… hace ya más de 50 años que el Burkina Faso es independiente y aún no tiene una verdadera “política agrícola y alimentaria».
– Y… hace ya más de 30 años que el presidente Sankara decía: «Consumamos ‘burkinés’, y produzcamos lo que queremos consumir. »
Hace ya más de 20 años, el movimiento campesino mundial, ‘Vía Campesina’, propuso, a la primera Cumbre Mundial sobre la Alimentación (Roma, 1996), reconocer que el mejor modo de conseguir la seguridad alimentaria en todo el mundo era la de respetar «la soberanía alimentaria» de cada país (o grupo de países). Ahí también se trataba de favorecer el consumo de productos alimenticios locales a favor de la economía nacional. »
Hace ya más de 5 años (a la entrega de la primera edición de Kudu Burkina – léase: que el Sr Patiendé Arthur Kafando, Ministro de Industria, Comercio y Artesanía, comprometió públicamente a todo el gobierno con él, diciendo :
«Por donde los países desarrollados pasaron para desarrollarse, tenemos que pasar también nosotros: producir, transformar, valorizar y consumir lo que se produce.
Por esta razón, la promoción de los productos locales será un eje importante de la política de Burkina Faso».
En aquel entonces, yo añadí este comentario: «Es fundamental!… Que los agricultores, procesadores y consumidores advertidos, estén alerta para conseguir que este compromiso se realice. »
Hoy, mi comentario va en la misma dirección. Procuremos que el compromiso del gobierno actual no quede en «letra muerta».
Añado que no tengo razón alguna para dudar de la sinceridad del Primer Ministro y de su Gobierno, pero tendría mucho todavía que compartir con ellos. Por eso, invito al Primer Ministro, al Ministro de Agricultura y Alimentación, y al Ministerio de Comercio a una comida en el restaurante atípico de Kudugu.
En él, solo encontrarán platos preparados a base de productos locales: to, arroz, «Granos de oro» (arroz sancochado de Suru, arroz graso o arroz en salsa), cuscús de fonio (fonio precocinado de la región Nuna), ñame futu, placali, degué, gapal, yogur (todos estos productos lácteos se producen en Kudugu a partir de la leche de las vacas de la zona, y no de leche en polvo, importada…). allí descubrirán el jugo de maíz (receta mexicana, pero de maíz local). Incluso la vajilla es de Burkina (fabricada por las mujeres de Tchériba).
« ¡Si, Señor Primer Ministro, está invitado al Restaurante Atípico de Kudugu!»