El presidente Dos Santos se enfrenta a un movimiento de protesta ciudadana, algo poco usual en Angola

29/09/2011 | Crónicas y reportajes

Los jóvenes angoleños que salen a la calle en la oleada de protestas contra el presidente de Angola, Jose Eduardo Dos Santos, son grupos pequeños, pero el gobierno ha respondido con una enorme represión, que muestra que se toma la amenaza en serio.
Las manifestaciones contra Dos Santos, que celebra sus 32 años en el gobierno este mes, comenzaron en marzo, con alrededor de una docena de personas y no han parado hasta alcanzar las 300 personas este mes.
La policía ha respondido encarcelando a los participantes y soltando perros contra ellos, y los organizadores dicen que han sido intimidades con amenazas de muerte. Las protestas están prohibidas en la ciudad de Luanda.
Pero los manifestantes se han negado a echarse atrás, un fenómeno relativamente nuevo en Angola, donde las élites ricas por el petróleo ejercen enormes y a menudo incuestionados poderes.
“La nueva generación no tiene miedo del gobierno”, afirma Jang Nomada, un rapero de 29 años, que ha ayudado a organizar las protestas. “El gobierno está reaccionando de esta forma porque no están acostumbrados a ver a la gente joven con la firme determinación de protestar. Es un sistema dictatorial en el que cualquiera que salga a la calle se encuentra con la fuerza represiva”.
La caída de Muamar Gadafi en Libia, ha elevado a Dos Santos, con 69 años, al rango de ser el segundo líder africano que más tiempo lleva en el poder, sólo superado por Teodoro Obiang Nguema, de Guinea Ecuatorial.

Los analistas políticos dicen que las revoluciones que han tenido lugar en el norte de África han inspirado a los jóvenes angoleños para protestar pero también han reforzado la determinación del gobierno de Dos Santos para silenciarlos.

Historia de guerra

“Claramente, la primavera árabe, y el hecho de que este mes el presidente Dos Santos celebra sus 32 años como presidente, son factores que influyen en esta postura defensiva”, dice Alex Vines, del Instituto de Investigación Chatham House.

“Hemos comprobado esto a lo largo de estos últimos meses, desde los acontecimientos en Egipto. El gobierno ha reaccionado de forma exagerada consistentemente”, explica.

Los manifestantes de Angola han tomado algunos ejemplos de las revoluciones del norte de África. Son jóvenes, se organizan mediante Facebook, y no pertenecen a ningún partido político en particular.
Pero Elias Isaac, jefe local de la Iniciativa Sociedad Abierta para el África Austral, dice que las protestas también han tomado forma, y están limitadas, por la historia de Angola, devastada por 27 años de guerra civil, que terminó en 2002.

“Debido a esta historia de guerra, el sistema político en este país ha sobrevivido gracias a la violencia, utilizando el ejército, la policía y las fuerzas de seguridad”, explica. “Hay un montón de miedo entre la población”.

Las protestas se producen a la vez que el debate sobre el sucesor de Dos Santos. Citando una fuente en el MPLA, partido de Dos Santos en el gobierno, un periódico privado dice a principios de este mes, que el presidente ha elegido a Manuel Vicente, jefe de la compañía petrolera estatal, Sonagol, para reemplazarle.

El portavoz del partido respondió que “cualquier escenario es posible”.
Mientras Angola se dirige a las elecciones del año que viene, y a otros diez años bajo el gobierno de Angola, según la constitución ratificada el año pasado, el presidente es cada vez más criticado por su largo y autocrático gobierno, y su fracaso a la hora de repartir los beneficios del petróleo en el segundo productor de petróleo de África.

Respuesta del gobierno

Dos Santos ha presidido un crecimiento económico promedio del 12.5 % al año, desde el final de la guerra civil, y el MPLA ganó con el 82 % de los votos en 2008, la primera elección que no hundió de nuevo al país en la violencia.

El principal partido de la oposición, UNITA, mientras tanto está en desorden, con un grupo de partidos emergentes más pequeños, que desafían a su líder, Isaias Samakuva, que combate la disidencia interna.
En una muestras de fuerza, el MPLA ha respondido a las protestas anti-gobierno con una serie de contra manifestaciones, cuidadosamente orquestadas, pidiendo paz y unidad.

Los analistas dicen que es poco probable que el movimiento de protesta desafía seriamente al gobierno.

Pero el veterano activista anti corrupción, Rafael Marques de Morais, dice que lo más interesante sobre las protestas es la respuesta del gobierno. “Lo verdaderamente importante de esto no es el número de manifestantes, sino la forma en que ha reaccionado el gobierno”, declaró a la AFP, añadiendo “El gobierno tiene miedo del pueblo”.

(News 24, 29-09-11)

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