El mayor productor privado de petróleo de Rusia, Lukoil, ha expresado su interés en la exploración, producción y refinado del ceroso petróleo de Uganda, según los medios de comunicación rusos.
Esto se produjo un día antes de que el presidente de Uganda, Yoweri Museveni, se reuniera con su homólogo ruso, Vladimir Putin, en Moscú, el día 11 de diciembre, para discutir proyectos de cooperación bilateral en materias de energía y minería.
La oficina del presidente Putin emitió un comunicado después de la reunión, indicando que también se habló de suministros militares, además de inversiones en ingeniería, construcción y finanzas.
“Vladimir Putin y el presidente de Uganda, Yoweri Museveni, discutieron las perspectivas para una cooperación bilateral en materia de energía, ingeniería, exploración geológica, construcción, finanzas y suministros militares”, dice el comunicado del Kremlin, que añade que también se intercambiaron puntos de vista sobre la situación en África.
Se dieron pocos detalles sobre la conversación, aunque se sobreentiende que hablaron detenidamente sobre petróleo y gas, un sector para el que Museveni busca inversores extranjeros.
Aprobación y dudas
En Kampala, los analistas de la industria aprobaron la implicación del presidente, como jefe ejecutivo del país, para comercializar el petróleo ugandés en el extranjero, y buscar inversores, si no firma personalmente los acuerdos.
El director ejecutivo del Instituto de Gobierno de Energía en África, Dickens Kamugisha, dijo que había una posibilidad de que Museveni estuviera buscando a Rusia para evitar el escrutinio de la Iniciativa de Transparencia en las Industrias Extractivas, EITI – por sus siglas en inglés. La EITI requiere que las compañías en el sector extractivo publiquen lo que pagan y reciben.
Rusia no acata ni es candidato a formar parte de la EITI, lo cual implica que no tiene obligación de desvelar las transacciones en su industria de gas y petróleo.
El señor Kamugisha añadió que “el problema es que Museveni está tratando el petróleo como si fuera su propiedad personal”.
TABU BUTAGIRA
(Africa Review, Kenia, 12-12-12)