El presidente Moncef Marzouki prometió una amnistía para todos los combatientes ocultos en las alturas del Monte Chaambi, a lo largo de la frontera con Argelia, con la condición de que “no tengan las manos ensangrentadas”. El jefe de estado formuló la propuesta durante una visita a las tropas destacadas al pie del macizo montañoso, escenario de un conflicto armado que ya lleva 18 meses.
“Bajen de las montañas. Para ustedes aún hay lugar en la sociedad tunecina”, dijo Marzouki, dirigiéndose también a los cerca de 2.000 jóvenes tunecinos que actualmente se encontrarían en Siria, enrolados en grupos yihadistas. La ley de antiterrorismo actualmente en vigor en Túnez prevé duras penas para los integrantes de organizaciones ilegales, incluso si no han cometido hechos de sangre.
MISNA