El asediado presidente de Sudán, Omar Al Bashir, que ha sido acusado por el Tribunal Penal Internacional, ICC, de La Haya de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, ha expulsado, el día 5 de marzo, a las agencias humanitarias del país.
En su comparecencia pública, ante miles de seguidores, en un mitin a las puertas de su palacio residencial en la capital Jartum, Bashir denunció desafiante al tribunal de La Haya y a las agencias de ayuda de la ONU, como parte de un nuevo colonialismo que pretende desestabilizar Sudán.
El gobierno ha ordenado a diez agencias humanitarias que abandonen la región de Darfur, en relación con la decisión del ICC de emitir finalmente una orden de arresto internacional contra el presidente, el día 4 de marzo.
Un trabajador de una de estas agencias ha confirmado la expulsión y que se ha empezado a cumplir el mismo día del aviso.
Los organismos de derechos humanos han advertido que la expulsión podría provocar una crisis humanitaria, ya que hasta dos millones de personas en Darfur, no recibe comida, albergue ni suministros médicos más que de estas agencias expulsadas.
Al menos 2.7 millones de personas, en la gran y árida región del oeste de Sudán, Darfur, han sido desplazadas de sus hogares, por causa de la guerra entre los rebeldes de Darfur y el gobierno, desde 2003. Y son muchos más los que dependen de las agencias humanitarias para su subsistencia.
Algunos grupos como Oxfam y Save the Children, que están entre las agencias afectadas, han protestado alegando que ellos no tienen nada que ver con la decisión del tribunal de La Haya.
Bashir está acusado de supervisar una campaña anti insurgencia, en Darfur, en la que se han cometido atrocidades contra la población civil.
Al menos 300.000 personas han muerto en los enfrentamientos en esta región.
(African Press Agency, 06-03-09)