El presidente de Burundi, Pierre Nkurunziza ha firmado un decreto que concede la gracia presidencial a los prisioneros que cumplan una serie de condiciones, según ha anunciado el día 25 de marzo, su portavoz, después de un violento amotinamiento en la principal cárcel de Buyumbura, la capital.
Después de una demanda de ciertos miembros del sector de la justicia” el presidente Nkurunziza “acaba de firmar un decreto que incluye la medida de gracia”, ha anunciado a la prensa el portavoz del presidente, Léonidas Hatungimana.
Esta gracia pretende “mejorar las condiciones de las cárceles”, según el decreto. El portavoz de la presidencia no ha mencionado sin embargo el nombre de los detenidos afectados.
“Se trata de un perdón total para los prisioneros condenados a penas que no superen los 5 años, las mujeres embarazadas o con hijos en periodo de lactancia, los prisioneros que sufren enfermedades incurables, los condenados mayores de 60 años y los menores de 18 años”, ha señalado.
“Igualmente, el presidente ha decidido conmutar por penas de 20 años las cadenas perpetuas y dividir por la mitad las demás penas impuestas”, ha continuado Hatungimana, que ha añadido que esta gracia no se aplicará a los condenados por crímenes de genocidio, crímenes contra la humanidad, crímenes de guerra, violaciones, asesinatos, antropofagia, envenenamiento, daño a la seguridad interior del estado y malversación de fondos públicos.
El perdón presidencial se produce un día después de los violentos enfrentamientos ocurridos el día 24 de marzo, entre los detenidos en la prisión de Mpimba de Buyumbura y la policía, después de una tentativa de evasión.
Para Pierre Claver Mbonimpa, presidente de la Asociación para la protección de las personas detenidas y de los derechos humanos, Aprodeh, “la prisión de Mpimba es un verdadero polvorín”.
La prisión “es un polvorín, los criminales más peligrosos se mezclan con delincuentes comunes, y sobre todo que en ella están internados más de 400 ex soldados, policías y ex rebeldes muy solidarios entre ellos”, explicó Mbonimpa. “Todavía no sabemos el número de prisioneros que se van a beneficiar del perdón presidencial, pero sin duda habrá una ligera mejoría en las cárceles”, aseguró.
“Este perdón va a afectar a parte de los 4.112 detenidos ya condenados, y no a las 6.498 personas en detención preventiva”, ha explicado.
Según fuentes penitenciarias, Burundi tiene más de 11.000 prisioneros en las 11 cárceles que tienen una capacidad total de 4.050 plazas. Estas cárceles, a menudo, son escenario de motines debido a las muy duras condiciones de los presos.
(ARIB, Association de Réflexion et d’Information sur le Burundi, 25-03-10)