Este año, la edición 23 de la tradicional peregrinación de Caytu, al mausoleo del Profesor Cheickh Anta Diop, coincide con la celebración del cincuentenario de lo que se ha convenido en llamar las “independencias africanas”. Este momento de recogimiento y homenaje al Secretario general fundador del Rassemblement Nacional Démocratique (RND) es una ocasión para hacer un balance de la etapa de medio siglo de luchas individuales y colectivas por la emancipación y el desarrollo de los pueblos africanos.
Desde la cascada de transferencias menores de 1960, precedida por la independencia de Ghana y de Guinea, hasta la abolición del Apartheid y el advenimiento de una nueva Suráfrica en 1994, pasando por las guerras de liberación de Argelia, de las colonias portuguesas y británicas, el proceso de descolonización formal de nuestro continente, iniciado después de la segunda guerra mundial, había culminado esencialmente antes del cambio de siglo y de milenio. Sin embargo, retrospectivamente, parece evidente que los principales objetivos del movimiento africano de liberación no han sido alcanzados, a saber, la independencia y la soberanía, la democracia y la igualdad, la unidad y la solidaridad.
Bien al contrario, la división del continente en más de 50 estados perpetúa la división imperial de Berlín (1885) y favorece el mantenimiento de nuestros países bajo tutela en diversos grados, mientras guerras civiles y extranjeras, golpes de Estado sangrientos o constitucionales, violaciones electorales, inseguridad, corrupción generalizada y tráficos de todo tipo, en fin, la miseria y la ignorancia de la gran mayoría de los africanos, mantienen el caos interior, salvo algunas excepciones, y la vulnerabilidad exterior.
En estas condiciones, no se puede sino reconocer la lucidez y clarividencia de Check Anta Diop quien, al alba de las independencias, había subrayado el peligro de “suramericación” de África y había señalado la vía que se debía tomar para evitarla: unificación política del continente sobre bases federales y democráticas. Por otra parte, en la frontera del año 2000, extrayendo las enseñanzas de la experiencia acumulada, los jefes de estado africanos parecieron haber comprendido la lección, transformando concretamente la OUA en Unión Africana (UA) con la creación de una Comisión con vocación ejecutiva y con el lanzamiento del programa de Renacimiento africano. Pero, hay suficientes motivos para temer que no se trate, una vez más, más que de piadosas intenciones y eslóganes vacíos de sentido. Mientras en el mismo momento, los Estados de América del Sur que desean romper el círculo vicioso de la dependencia, de la inestabilidad y de la pobreza, se comprometen resueltamente en la vía salvadora de la revolución unitaria bolivariana…
Así pues, es necesario y urgente, para proponer una alternativa creíble a los pueblos africanos y convertir en efectivo el eslogan del Renacimiento africano, volver a las tesis y recomendaciones vitales de Cheickh Anta Diop, el “Faraón de Caytu”. Comenzando con la obligatoria ruptura con el mito de la “ayuda al desarrollo”, un señuelo que mantiene la ilusión según la cual la construcción del continente depende de la buena voluntad de potencias extra-africanas, que nunca han cesado de saquear nuestros recursos humanos.
En efecto, el mensaje político fundamental de Cheikh Anta Diop, “unirse o perecer”, se muestra todavía más actual hoy que ayer, tanto a escala local como continental, tanto desde el punto de vista político como económico y cultural. Del mismo modo, el sagrado principio de la independencia africana verdadera sigue siendo más pertinente que nunca, y ello en todos los terrenos de soberanía: alimentaria, energética, militar, monetaria, diplomática, cultural, ecológica… y sobre todo política, con un rol esencial a la ética política. En fin, en lo relativo a la cuestión democrática, su contribución decisiva ha consistido en demostrar que toda construcción nacional viable y duradera supone la igualdad en derechos de los ciudadanos que, a su vez, implica el recurso sistemático a las lenguas africanas en la administración y en la educación. Se podrían multiplicar los ejemplos al infinito…
De lo que precede se deduce que ya es hora de que los pueblos africanos se apropien de las ideas innovadoras y saludables propuestas por Cheickh Anta Diop, ese digno continuador de los teóricos del panafricanismo revolucionario, que se esforzó a lo largo de su vida de trabajo científico y combate político, en poner de acuerdo sus palabras con sus actos.
El RND por su parte, quiere renovar en esta ocasión solemne su fidelidad y su identificación con las enseñanzas de su llorado secretario general fundador, tanto más cuanto que su experiencia de más de tres decenios de lucha local le permitió verificar la justeza y eficacia de la línea política puesta en marcha bajo su dirección: agrupamiento de las fuerzas patrióticas y democráticas, rechazo de la violencia política, firmeza de principios y flexibilidad en su puesta en práctica, recurso a las lenguas nacionales en el funcionamiento interno de las instancias, primacía del interés general sobre los intereses particulares de los dirigentes, etc.
Es la razón por la que lanzamos un llamamiento urgente al conjunto de nuestros compatriotas africanos, y en primer lugar a la juventud del continente y de la diáspora, invitándolos a apoderarse del pensamiento político de Check Anta Diop, para utilizarlo en la larga lucha política común para romper con un pasado, ya superado, de división, de dependencia y de alienación, a fin de abrir un futuro alternativo y positivo de paz, de libertad, de unidad y de solidaridad, susceptible de garantizar una vida mejor para todos y cada uno.
* Este texto es una declaración del Secretariado ejecutivo del RND – Rassemblement National Démocratique, partido creado por Checkh Anta Diop en 1976.
Publicado en Pambazuka, el 22 de febrero de 2010.
http://pambazuka.org/fr/category/features/62511
Traducción de Ramón Arozarena.
