Hola, soy español, ¿vais a Lobito, verdad? Sí. Me gustaría saber si me podríais llevar hasta allí en vuestro barco, ya que, si voy por carretera, fijo que no voy a llegar de una pieza. Deja que se lo pregunte al viejo a ver qué dice. Mira, el capitán comenta que no hay problema alguno pero que tienes que firmar un papel de exoneración de responsabilidad a la compañía…” ¿Y tú qué haces aquí abajo?; pues ganándome la vida; soy, o mejor dicho, era, asesor técnico de lo que ha ido quedando de algunos…; aunque me siento a cualquier mesa, vamos. ¿Asesor militar?, […] bueno, pero que conste que también tenía cantimploras en el catalogo, ehhh [risas frías] Si no es indiscreción, ¿cuánto tiempo llevas en África? Unos años ya; empecé por los Congos, que siempre había a quien vender y después ya uno acabó tirado por el chaparral angoleño, que es donde se podía hacer pasta, pero esto ya se acabó; ahora el negocio es de los médicos cubanos y sus prótesis ortopédicas; mucha mina ¿O sea que te dedicabas a la venta de material militar? […]; ¿vendías a la Unita, no?; ¿por eso no puedes ir por tierra? [asiente con la cabeza]. Joder, perdona el interrogatorio, pero creía que estas aventuras solo eran coto de los ucranianos y los chicos malos sudafricanos. ¿Te has fijado en las botas, los cinturones y los pantalones de los soldados angoleños?; da igual el bando, todos tienen el escudo constitucional y pone Ministerio de Defensa… Yo solo soy un comercial con un contacto color caqui en Madrid al que únicamente podía llamar por una línea registrada en Sudáfrica. Aquí hemos estado todos porque había guerra y mercado para el excedente y nadie se iba a preocupar por estos negros; hasta los suecos están de mierda hasta el cuello; acaso crees que absuelven a tu compañía las prótesis que habéis descargado bajo el logo de Caritas; mejor quitad el trapo panameño de la popa y poned el del Opus; quien te paga a ti y a mí… [Extracto de una interesante y larga conversación con un desconocido en la ciudad de Lobito; Angola, 1998].
*CENTRO DE ESTUDIOS AFRICANOS DE LA ULL
Original en : Diario de Avisos