El papel de la cultura en el desarrollo africano (parte1/2)

17/04/2017 | Opinión

afrihorz.jpgÁfrica es un continente inmenso y de culturas diversas. En lugar de ver esto como un impedimento para el desarrollo, el continente debe aprovechar esta rica diversidad cultural en su búsqueda de desarrollo económico y debe cambiar las actitudes de su pueblo hacia el trabajo, la confianza interpersonal, el tiempo, la juventud y las mujeres.

Probablemente existen tantas definiciones de “cultura” como culturas en sí. Según Zimmermann (2015), «la cultura es la característica y el conocimiento de un grupo particular de personas, definido por todo, desde el lenguaje, la religión, la cocina, los hábitats sociales, la música y las artes». La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, 2016) ha adoptado una definición más amplia, afirmando que la cultura es «ese conjunto complejo que incluye el conocimiento, las creencias, las artes, la moral, las leyes, las costumbres y cualquier otra capacidad y hábitos adquiridos por un ser humano como miembro de la sociedad”.

Algunos estudiosos sostienen que la cultura está estrechamente vinculada con el desarrollo económico, otros están fervientemente en desacuerdo, argumentando que los efectos de la geografía y el clima son los factores más importantes en la conformación del desarrollo económico mundial. Esta teoría es apoyada por Jared Diamond (1999) en su libro Armas, gérmenes y acero: La sociedad humana y sus destinos, donde argumenta que los factores geográficos y ambientales formaron el mundo moderno.

Esto implica que las notables diferencias entre las historias a largo plazo de diferentes personas en diferentes continentes se deben no a las diferencias innatas entre las personas mismas, sino a las diferencias entre sus entornos. No obstante, me parece que las excepciones a la regla de Diamond son demasiado numerosas para que aceptemos la geografía y los recursos naturales como la única explicación de las diferencias en la historia y la cultura. Tomemos, por ejemplo, Rusia, en la misma latitud que la muy próspera Europa del Norte y Canadá. Mira a Singapur, que se encuentra casi en el ecuador y está definitivamente en los trópicos, junto con muchas de las naciones más pobres del mundo. Considere el país más pobre del mundo, Sierra Leona, donde se encuentran algunos de los mayores depósitos de diamantes del mundo.

Como consecuencia, es difícil dar una definición única y uniforme de cultura, en especial en lo que respecta al desarrollo, porque el concepto es fluido y dinámico. A pesar de esta limitación, existen varios ejemplos de las mejores prácticas culturales para el desarrollo. Un caso interesante de estudio del papel de los valores culturales en el desarrollo es el de Japón y su historia de éxito económico.

el-bullicioso-centro-de-tokio-japon.jpgEn Japón, una combinación de valores culturales y negocios prácticos transformó una economía relativamente atrasada en una de las naciones más prósperas del mundo en menos de un siglo, habiendo obtenido, además, la mayoría de las ganancias en los últimos 50 años gracias especialmente a una agresiva política comercial de exportación. Después de la II Guerra Mundial, este interés de Japón por el comerció se debía a la falta de los recursos naturales necesarios para apoyar su economía industrial, especialmente de minerales y combustibles fósiles. Además, la limitada tierra cultivable obligó al país a importar gran parte de lo necesario para cubrir las necesidades alimentarias de la población. Los valores responsables de los espectaculares logros de Japón y su rápida escalada hasta el puesto de tercera económica mundial incluyen, entre otros, su fuerte ética laboral, un arraigado sentido de responsabilidad para con los demás, la lealtad empresarial, la confianza interpersonal, contratos implícitos vinculados con la conducta del individuo y un fuerte compromiso con la educación y la inversión en los jóvenes.

Como planificadores del desarrollo que somos, ¿podemos tomar notas del ejemplo de Japón? Una cosa está clara, no podemos tomar el conjunto de valores culturales de una sociedad e implantarlos en otra. Japón tuvo éxito porque construyó su economía con sus propios valores. Teniendo en cuenta la trayectoria específica del desarrollo en África, nos vemos obligados a concluir que, aunque hay muchos aspectos de la cultura africana que pueden utilizarse positivamente para el desarrollo del continente, otros han retrasado su progreso.

En vistas a lo anterior, este ensayo examina brevemente algunos de los factores culturales que han tenido un impacto negativo en el desarrollo económico de los países africanos, para posteriormente considerar algunos activos culturales y su potencial en el continente, la música africana, el turismo cultural y las películas.

Fuerte ética laboral

África tiene muchos valores culturales y creencias. Las empresas de éxito creen en la competición y se apoyan en el trabajo duro, el compromiso y la lealtad de sus empleados. Curiosamente, son muchos los trabajadores africanos de multinacionales que han trabajado duro y dado un servicio ejemplar, ayudando a que estas empresas resulten rentables. Los ejemplos de esta afirmación son legión, incluyendo Lonrho en África Oriental y compañías mineras en Sudáfrica, la República Democrática del Congo y Zambia.

Un ejemplo típico es el caso de las compañías mineras extranjeras de Sudáfrica, como De Beers, que solían estar muy interesadas en contratar trabajadores de Bashoto o de otros países vecinos para trabajar en sus minas ya que los consideraban confiables y trabajadores. Irónicamente, cuando estos mineros regresaron a sus hogares en 1994, muchos de ellos no pudieron encontrar trabajo porque no tenían experiencia en áreas fuera de la industria minera. Muchos mineros no consiguieron adaptarse a otros trabajos que requerían actualizar sus habilidades.

En general, hay marcadas diferencias entre las actitudes y valores laborales de los africanos que han trabajado para empresas extranjeras y los que siempre han trabajado por sí mismos. Específicamente, los africanos que trabajaban para empleadores extranjeros aprendieron disciplina y compromiso con las empresas para las que trabajaban, lo que les ayudó a administrar sus propios negocios como individuos. Aparte de estos casos de personas que trabajaban para empresas extranjeras, también hay comunidades africanas que tienen fama de tener una gran perspicacia empresarial o habilidades empresariales y cuyos miembros son versátiles en diversos sectores de sus economías. Ejemplos de tales pueblos son los Chaga en Tanzania, los Serahule en Gambia, los Fula en Guinea, Mali, el Níger y otros países vecinos, los Ibos y Hausas en Nigeria y los Kikuyu en Kenia.

En las zonas rurales de África, Okafor (1974) señaló que, hace tiempo, cuando había que hacer algún trabajo, la comunidad aparecería con los suministros necesarios y con música y empezaría a cantar y a bailar hasta que cada faena particular se completara con éxito. En aquellos tiempos, esta generosa solidaridad unía a la comunidad. Sin embargo, este sentido de solidaridad ha ido disminuyendo en las últimas décadas.

Confianza

Según los japoneses, la confianza interpersonal es una fuerza cultural importante, especialmente en las grandes corporaciones, y si una persona pierde esta confianza él o ella trae vergüenza a toda la familia. Incluso ha habido ocasiones en las que la gente se ha visto obligada a suicidarse. En África, como consecuencia de la colonización, la mayoría de los valores culturales tradicionales se han erosionado o debilitado, en particular, el concepto de confianza. En muchos países africanos la gente no confía en sus gobiernos porque sienten que no están haciendo mucho para reducir el desempleo y la pobreza o para combatir la corrupción. En Japón, si un alto funcionario del gobierno es acusado de corrupción, el funcionario renuncia inmediatamente para enfrentar la ley. En África, nadie renuncia; Si acaso, lucharán y reclamarán que sus detractores están detrás de esta caza de brujas.

En África, a nivel empresarial, el concepto de confianza es selectivo. Por ejemplo, en campos como el derecho y la medicina hay algunos profesionales que comparten instalaciones pero mantienen cuentas separadas y distintas. En las pequeñas y medianas empresas de propiedad familiar, a menudo sucede que a los miembros de la familia les resulta difícil llevarse bien una vez que el jefe de familia muere. En algunos casos, los hermanos y los hijos comienzan a luchar, dando lugar a prolongados procesos judiciales.

En general, hay muchas sospechas y desconfianza en muchas sociedades africanas, particularmente en lo que a negocios respecta, lo que lleva a los empresarios a mantener todo dentro de la familia en lugar de buscar alianzas productivas y progresistas, el modelo que más éxito cosecha en los países desarrollados.

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Síndrome de la familia extensa

Las sociedades en vías de desarrollo no pueden permitirse el lujo de mantener un sistema de bienestar social. Tal y como reconoció Okafor (1974), en la sociedad africana todo se acomoda a través del sistema familiar extendido. Por lo tanto, si una familia tiene un miembro relativamente exitoso, se espera que esa persona afortunada pague la escuela, la atención médica, la ropa, la casa, e incluso dinero en efectivo para muchos otros. Si bien este sistema tiene cosas buenas- alienta una disposición caritativa y fomenta la lealtad familiar cohesiva – en algunos casos es explotado por los miembros de la familia. Llegando incluso a crear dependencia en lugar de alentar a los hermanos a mantenerse por sí mismos. Por otra parte, estos hermanos rara vez son apreciativos y pueden incluso volverse en contra de su beneficiario.

Este es un argumento empleado más de una vez en las películas nigerianas de género Nollywood, que exploran como, cuando el cabeza de familia muere, sus parientes intentan aprovecharse económicamente de su esposa e hijos. Además, las exigencias familiares pueden hacer imposible que el familiar exitoso tenga dinero suficiente para invertir en mejorar de forma permanente el nivel de vida de toda la familia. Por otro lado, cuando los parientes más pobres empiezan a tener envidia y quieren una parte de las propiedades y bienes del miembro exitoso de la familia, este miembro tiende a aislarse y se vuelve reacio a seguir manteniendo económicamente a su familia.

John O. Kakonge

* John O. Kakonge es consultor y asesor de desarrollo sostenible.

Fuente: Pambazuka News

[Traducción y edición, Sarai de la Mata]

[Fundación Sur]


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