El papa Francisco empezó su visita a la República Democrática del Congo el 31 de enero. En la misa celebrada en la capital del país, Kinshasa, el papa denunció las diversas formas de explotación que continúa sufriendo el continente africano. Sobre todo, recriminó la actitud de los países occidentales que mantienen los mecanismo de colonialismo económico que impiden y asfixian el desarrollo y bienestar de la población del continente.
En particular, llamó la atención sobre la situación en el Congo, señalando que el país no es una mina que explotar ni una tierra para saquear. En ese sentido, África y sus países y sociedades deberían ser los protagonistas de su destino. También incidió en la situación de inestabilidad y enfrentamientos del país por culpa de las luchas por el control de los recursos naturales. El Congo es rico en diamantes, oro, cobre, cobalto, estaño y litio, con algunos de los depósitos más grandes del mundo. Esto hace que distintos grupos armados, financiados, en algunos casos, por países extranjeros y fuerzas gubernamentales, luchen por el control de los recursos.
Fuente: Agence Ecofin
[Traducción y edición, Celia Amador Chamorro]
[CIDAF-UCM]