Autores: Pedro Varela y José Pereira
Estos dos autores cuestionan el origen del movimiento negro y de la lucha contra el racismo en Portugal. Al contrario del angoleño Mário Pinto de Andrade, para quien estas organizaciones eran meramente ‘protonacionalistas’ en comparación con los movimientos nacionalistas que surgen con las independencias africanas, ambos escritores dan argumentos para anticipar el germen de una lucha que está al orden del día.
Entre 1911 y 1933 surgió un movimiento negro en Portugal, directamente influenciado por el panafricanismo, que luchó contra el racismo e inició un proceso de protesta embrionaria contra la opresión colonial. Entre la Primera República y el Estado Novo, esta generación fundará diversas publicaciones y varias organizaciones en Lisboa.
En este período, en Portugal, nacieron los siguientes periódicos: O Negro (1911); A Voz D’Africa (1912-1913 y 1926-1930); Tribuna D’Africa (1913 y 1931-1932); O Eco D’Africa (1914-1915); Portugal Novo (1915); A Nova Pátria (1916-1918); O Protesto Indigena (1921); Correio De Africa (1921-1923 y 1924); A Mocidade Africana (1930-1932); Africa Magazine (1932); y Africa (1931 y 1932-1933).
Muchos de los periódicos eran portavoces de las diversas organizaciones que surgían: Associação dos Estudantes Negros (1911); Junta de Defesa dos Direitos D’Africa (1912); Liga Africana (1920); Partido Nacional Africano (1921); Liga das Mulheres Africanas (1929); Grémio “Ké-Aflikana” dos Africanos (1929); Movimento Nacionalista Africano (1931).
La generación de 1911-1932 despunta en Portugal, al tiempo que en los territorios bajo ocupación portuguesa en África emergían o ya estaban establecidas otras organizaciones que ponían a la orden del día la exigencia de más igualdad y de mayor autonomía. A este movimiento de las “colonias” se le conoció como movimiento nativista. Nuestro foco pretende hacer hincapié en los activistas negros de Lisboa y en las organizaciones que fundaron ellos mismos, sabiendo que habían tendido puentes con el movimiento nativista surgido en África.
Esta generación ha sido barrida por la historia y poco o nada se sabe sobre ella. La presencia de negros en Portugal ha sido ignorada a lo largo de los tiempos, en un proceso de silenciamiento del pasado. La omisión de su existencia parte de un proceso profundamente opresor (1) . Es imperioso romper con esa silenciamiento histórico y recuperar del pasado la importancia de la población negra en la transformación política, social y cultural de la sociedad portuguesa. Hoy en día, esta tarea deviene cada vez más necesaria pues Portugal y el mundo viven un aumento de las movilizaciones antirracistas impulsadas por los movimientos negros.
A través de su libro póstumo Origens do Nacionalismo Africano, Mário Pinto de Andrade (2) emprendió un esfuerzo pionero en lo que se refiere al análisis de los recurridos y al posicionamiento de quien formó parte de esta generación. El valioso pero inacabado trabajo del militante anticolonialista angoleño se centra fundamentalmente en la relación de esta generación con los orígenes del nacionalismo africano. Por otro lado, en este artículo nos enfocamos principalmente en la importancia de esa generación para la transformación de la sociedad portuguesa: el papel fundador del movimiento negro organizado en el siglo XX y de la lucha antirracista en el país. Esta fue una generación que militó en Portugal, editó periódicos en Lisboa, fundó organizaciones y pretendía transformar la “metrópolis” y los territorios ocupados en África, manteniendo un lazo con el movimiento negro y panafricanista internacional. La dificultad de imaginar a negros en Portugal, físicamente pero sobre todo como transformadores sociales, es una de las causas de que esta generación haya sido olvidada hasta hoy en día. En el fondo, el hecho de reivindicar a esta generación cuestiona la identidad imaginada portuguesa como homogéneamente blanca y su silenciamiento es producto del racismo estructural que se vive en el país.
Se han documentado más de cinco siglos de presencia negra en Portugal. A lo largo de los siglos, la influencia se ha sentido en diversas dimensiones como en el vocabulario, la religión, el teatro, la literatura, la música o la agricultura. Y antes del siglo XV, algunos pueblos afrodescendientes habían dejado su sello, especialmente los cartagineses y los bereberes.
La generación de 1911-1933 fundó el primer movimiento negro organizado del siglo XX en Portugal y fue pionera en la lucha antirracista, aunque haya que tener en cuenta el papel precursor de otras formas de organización que existieron durante siglos anteriores, como las hermandades religiosas negras.
¿Qué defendían y a qué venían?
Con solo tres número publicados en 1911, O Negro, primer periódico de esta generación, salió a la venta procurando afirmarse como una herramienta poderosa y radical al servicio de la lucha por los derechos de los afrodescendientes y contra el racismo. Su lanzamiento ocurrió seis meses después de la proclamación de la República. En la primera página del periódico se podía leer lo siguiente: “Nuestra esclavitud es secular y en virtud de ella hemos sufrido todo tipo de vejaciones y tiranías […] no queremos continuar siendo engañados, porque estamos hartos de pagar, estamos hartos de los tutores, de los Salvadores y de los Señores y a lo que aspiramos es a orientar nuestras ideas y a liberarnos de todas las formas de tiranía y explotación con las cuales se nos ha esclavizado, con la cual se nos han aplastado todas nuestras formas de inteligencia y todas las manifestaciones de vida social”. (O Negro n.º1. Lisboa, 09/03/1911, p.1).
La llamada a la emancipación de los negros y el antirracismo va a ser constante a lo largo de los años en toda la prensa de esta generación, desde la más radical hasta la más moderada. Los protagonistas de este movimiento desarrollaron su activismo en la Primera República (1910-1926) como telón de fondo, donde la confrontación social y política fue persistente. Durante este período dispusieron de mayor libertad para afirmar sus posiciones. Sin embargo, la Primera República ahondó el proyecto colonialista, llevando a cabo campañas militares acuñadas de “pacificación”, con el propósito de subyugar, con violencia, a pueblos africanos de los territorios de Guinea (Bissau), Angola y Mozambique.
En cuanto a las relaciones internacionales, los activistas negros en la “metrópolis” se exponían a los debates y divergencias que se dieron en el seno del panafricanismo internacional, del cual formaban parte, y estaban influenciados, fundamentalmente, por la realidad de los Estados Unidos de América.
La primera organización importante de esta generación fue la Junta de Defesa dos Direitos D’Africa (1912). La Junta sufrió una división que culminó con la creación de la Liga Africana (1920) y del Partido Nacional Africano (1921). Años más tarde, el Movimento Nacionalista Africano (1931), más moderado políticamente, reagrupó nuevamente el movimiento. En 1933, con la instauración del Estado Novo, desaparece la última publicación de esta organización, el periódico África. Esta generación de activistas afrontará la cuestión colonial con gran ambigüedad. La realidad social y política de las “colonias” africanas, las injusticias cometidas allí o la lucha por más autonomía serán una constante a lo largo de los años en las páginas de este grupo. Sin embargo, nunca mantendrá una posición anticolonial total que exija de forma taxativa la independencia efectiva de los territorios ocupados; también por ello Mário Pinto de Andrade se refiere a esta generación como los protonacionalistas, en oposición al movimiento surgido después de la 2ª Guerra Mundial, los Nacionalistas Africanos.
Por ejemplo, en 1915, la Junta de Defesa dos Direitos de África, durante la Primera Guerra Mundial, defiende el envío del ejército a las colonias con el objetivo de defender las posiciones coloniales portuguesas y celebra la entrada en el escenario de guerra europeo3. Es de señalar a este respecto que la entrada en el frente europeo no era unánime en el espectro político portugués, pues el debate tenía como telón de fondo la necesidad que sentían las instituciones del régimen republicano de defender la presencia portuguesa en Angola y en Mozambique frente a la codicia de británicos y alemanes.
Mário Pinto de Andrade sostuvo que el movimiento languideció en virtud de sus contradicciones políticas, y que con el paso de los años se acentuó también la tendencia a la defensa de las posiciones nacionalistas portuguesas. Además, debemos considerar la hipótesis de que los activistas estuvieran en el punto de mira de la represión de la dictadura militar y más tarde del Estado Novo, despareciendo así los medios que habían fundado con la ascensión del fascismo.
¿Quiénes eran?
Sabemos que una parte importante de los miembros del movimiento llegaron a Portugal de niños o jóvenes procedentes de las colonias para estudiar o trabajar. No es fácil saber con certeza cuál era la composición social de esta generación. Sin embargo, sabemos que entre los líderes había estudiantes, médicos, abogados, ingenieros, comerciantes, periodistas, profesores o músicos, pero sigue siendo una incógnita saber cómo era la base militante (4).
A pesar de que el movimiento había sido dirigido mayoritariamente por hombres, las mujeres también tuvieron un papel relevante, principalmente en el Partido Nacional Africano y en la Liga das Mulheres Africanas, ligada al partido, y destacan nombres como Georgina Ribas, Maria Dias d’Alva Teixeira o Maria Nazaré Ascenso. En algunas ocasiones, los medios de comunicación referidos anteriormente dieron cuenta de la lucha feminista. En 1914, en la Tribuna D’África se criticaba la decisión del congreso portugués de no conceder a las mujeres el derecho al voto (5), y en esa misma edición se publicó una noticia sobre la trágica muerte de la sufragista inglesa Emiy Davison, a la que aluden como una verdadera mártir del feminismo revolucionario (6).
Figuras del movimiento
Los líderes más destacados de esta generación fueron José de Magalhães y João de Castro, que tendrían fuertes disputas a lo largo de los años. José de Magalhães (1867-1959) nació en Angola, estudió desde joven en Portugal y fue profesor y director del Instituto de Medicina Tropical. Fue presidente de la Liga Africana, presidente honorario del Movimento Nacionalista Africano y, desde 1921, diputado del Congreso de los Diputados de Portugal. João de Castro (1887-1955) nació en São Tomé e hizo sus estudios en Portugal, fue fundador de la Junta de Defesa dos Direitos de África, presidente del Partido Nacional Africano y fundador del Movimiento Nacionalista Africano, de entre los dos será el que más organizaciones y periódicos dirija.
Habría también que destacar a otras dos personalidades: Georgina Ribas y Mário Domingues. Georgina Ribas (1882-1951) nació en Angola, llegó con tres años a Portugal. Fue pianista y profesora de música. Fue vicepresidenta del Grémio “Ké-Aflikana” dos Africanos y secretaria del Conselho da Liga das Mulheres Africanas. Mário Domingues (1899-1977), llegó con algunos meses a Portugal procedente de la Isla de Príncipe, fue periodista y escritor. Trabajó en el periódico anarquista A Batalha, fue redactor principal de A Voz D’Africa, director de Africa Magaziney representante de los trabajadores africanos del Partido Nacional Africano. En un período específico de su vida, tomó posiciones inequívocas contra el colonialismo y a favor de la independencia de los territorios ocupados en el continente africano7.
Precursores del combate antirracista
La organización colectiva contra el racismo estará presente en diferentes períodos a lo largo del tiempo y, en Portugal, esta generación creará las primeras organizaciones colectivas de lucha: periódicos, revistas, asociaciones, ligas, partidos, movimientos, etc…
En 1912, el Jornal Voz D’Africa denunciaba el racismo existente dos años después de la revolución republicana: “[…] ¡La Constitución sigue siendo el privilegio de una minoría! ¡El régimen de castas prevalece! El infame odio racial que nosotros los réprobos, los oprimidos de siempre, en un generoso olvido, desearíamos ver prohibido para siempre en tierra portuguesa […]»8En 1931, el Mocidade Africanae escribe que: “Está más que aceptado, sin admisión de controversias, que la raza negra no es inferior a cualquiera de las otras razas. E incluso que no existe ninguna raza inferior”9. Y en 1932 el periódico África sostiene que Hitler “el mentor del racismo alemán tendrá un día la misma recompensa que todos los aventureros, el olvido […]»(10.)
De la denuncia de casos de racismo al combate contra la ideología de la supremacía blanca, el antirracismo será permanente en esta generación, desde las primeras hasta las últimas publicaciones, de las más combativas a las más tímidas. De esta forma, esta generación será pionera en la lucha antirracista en Portugal.
Panafricanismo y W.E.B. Du Bois en Portugal
El panafricanismo es una ideología importante dentro del movimiento negro y en el inicio del siglo XX fue un motor fundamental de unidad y de lucha internacional del movimiento. Hubo dos figuras icónicas en el movimiento panafricanista: el afroamericano W.E.B Du Bois y el jamaicano Marcus Garvey. Ambos tendrán una enorme influencia en la generación que se retrata en este texto: Du Bois vendrá a Portugal y Garvey aparecerá regularmente en la prensa de esta generación.
Entre 1900 y 1945 tuvieron lugar diversos congresos panafricanos a nivel internacional, en algunos de los cuales estará presente esta generación. En 1921, José de Magalhães y Niculau dos Santos serán elegidos por la Liga Africana para participar en el congreso internacional panafricano (11) y en 1923 se planteará una sesión del Congreso Panafricano en Lisboa. W.E.B Dubois, uno de los principales líderes e intelectuales afroamericanos de la época, llegó a encontrarse en Lisboa en 1923 con esta generación en lo que él describe como la que fue la sesión de Lisboa del tercer congreso panafricano (12). Sin embargo, el órgano de la Liga Africana afirma que no fue posible realizar esa sesión del congreso y que apenas se celebró una conferencia con Du Bois, porque no fue posible que otros representantes pudieran viajar desde las colonias (13).
En ese sentido, no se puede afirmar que esta generación reciba solo la influencia del panafricanismo, sino que se inscribe más bien en su propio origen y que contribuye directamente a su desarrollo, puesto que el hecho de que Du Bois intentara organizar una sesión en Lisboa no es producto del azar. Es una generación que crece en el movimiento panafricanista internacional y, por ello, para distinguirla de otras generaciones, proponemos referirnos a la misma como los “panafricanistas, al contrario de “protonacionalistas”, puesto esta definición la relegar a un categoría secundaria y comparatista con la generación venidera del movimiento negro. Al hacer esta elección, no pretendemos menospreciar el hecho de que el concepto creado por Mário Pinto de Andrade llame la atención sobre la ambigüedad política que evidencia el movimiento negro de la “metrópolis”. Con todo, es necesario hacer hincapié en que no se inscribió ningún programa de cariz nacionalista africano en el seno de su agenda política y que esto es algo que surge posteriormente.
Un recomienzo…
Lo que escribimos aquí pretende ser un recomienzo y procura relacionarse a los esfuerzos realizados por Mário Pinto de Andrade para rescatar la historia y el legado de los activistas negros en Portugal y en los territorios ocupados de África, tarea que el intelectual y nacionalista angoleño, desgraciadamente no consiguió finalizar. De este modo, se trata de un trabajo embrionario que trata de lanzar algunas pistas. Aún queda mucho por explorar, por analizar y por debatir sobre los “panafricanistas” que tengo que enseñarnos. Sus sueños, sus luchas y sus errores y aciertos sirven de herramientas para el presente. Creemos que el proceso que procuramos ilustrar, con sus debates, sus polémicas, sus momentos de afirmación, de ascensión y de reflujo tienen una relación muy cercana al momento de la lucha antirracista que se vive actualmente en Portugal y en el mundo.
Sabemos que la historia puede ser un instrumento al servicio de la opresión y de la promoción de las desigualdades, sin embargo, sabemos igualmente que puede ser un resorte propulsor hacia la emancipación. La revelación de la existencia de esta generación ayuda a evidenciar los paradigmas hegemónicos instituidos en la sociedad portuguesa y, de esta forma, pretende cuestionar el racismo y la ideología colonialista que aún persisten en nuestra sociedad.
Terminamos este texto con las poderosas y poéticas palabras escritas en la primera página del Protesto Indígena,editado en Lisboa en 1921. Pasados casi cien años, continúan reflejando un intenso poder emancipatorio:
“¡La protesta indígena es el dolor y el sufrimiento aplastados en sangre y en lágrimas! ¡Es el infierno dantesco de todos los tormentos y de todas las angustias! ¡Es la agonía y el vilipendio de cinco siglos de martirio irrecuperables! ¡Por su boca, espumante de rabia y de desespero, habla la voz homérica y secular de millones de víctimas, de millones de mártires, muertos, prostituidos y violados! ¡Descuartizados por los azotes, extirpando la sangre y la pus de mil heridas, los cuerpos tienen aún el vigor y el aliento para lanzar a la cara hedionda de sus verdugos “La protesta” de su desprecio, explosión violenta y angustiosa de un infortunio sin par! ¡Los muertos mandan, los muertos hablan, los muertos se vengan! Expoliados de bienes que eran suyos, desplumados de libertades que eran suyas; muertos, a traición, lanzados a una fosa entre carcajadas y motejos; los muertos se levantan, triunfantes, de los túmulos, las almas vibran, cantando victoria, y ensombrecen de pesadillas, de angustias y de miedos la vida crapulosa de sus carrascos! Bajo el pretexto de darles una civilización, que es mentira, saquean, violan, asesinan – con furia, con maldad, con una cicatería sin igual! Desde el siglo XV hasta nuestros días la historia de esos crímenes es una mancha de sangre y lodo, que avergüenza la consciencia humana y que afronta la cólera satánica de la Justicia! […] ¿Qué les habían hecho las víctimas inocentes? ¿Qué crimen han cometido? ¿El color de sus rostros era, por ventura, un estigma, una deshonra, una afronta? ¡No! ¡Mil veces no! […] ¡Cinco siglos! ¡Y todavía hoy la raza negra es una casta de los oprimidos! […] Pero “La protesta” ha de subir tan alta, tan justa, tan indignada, que las piedras han de desmoronarse, arrastrando, en la derrocada – junto a los traidores, – a los embusteros y a los tiranos! En este momento bendito por encima de todos ellos, los negros, fuertes de la serena fortaleza de su Derecho, conscientes de la alumbrada razón de su injusticia, quizá, sentirán que los ojos se les humedecen del llanto piadoso que se les debe a todos los muertos y recibirán, tal vez por los vencidos, ese generoso perdón de las grandes almas. “La protesta indígena” entonces, se convertirá únicamente, en un armonioso vuelco hacia la vida humana, hacia la concordia universal” (O Protesto Indígena nº1. Lisboa, 21.11.1921, p.1)
1.Ver Silencing the past: power and the production of history (1995) de Michel-Rolph Troillot; Os Negros em Portugal: Uma Presença Silenciosa (1988 ) de José Ramos Tinhorão; O Negro no Coração do Império. Uma memória a resgatar – Séculos XV a XIX (1999) de Didier Lahon.
2.Mário Pinto Andrade (1928-1990) foi um ensaísta, intelectual e militante nacionalista angolano. Marxista e defensor da cultura negra, fundou o MPLA sendo o seu primeiro presidente. Em 1974 foi afastado do partido e de Angola por divergências políticas. Exilado na Guiné-Bissau será aí Ministro da Informação e Cultura. Ver “Mário Pinto de Andrade: a lucidez é um sorriso triste” (2009) de Pedro Cardoso no Buala
3.ver Mário Pinto de Andrade 1997:101-102
4.ver Mário Pinto de Andrade 1997:139
5.Tribuna D’Africa nº7 (18). Lisboa, 22.06.1913, p.1
6.Tribuna D’Africa nº7 (18). Lisboa, 22.06.1913, p.3
7.Ver The First Stirrings of Anti-Colonial Discourse in the Portuguese Press” (2018)“ de José Luís Garcia.
8.Voz d’africa nº 7, 01.12.1912, p.1
9.A Mocidade Africana nº24. Lisboa, 12.1931, p.4
10.Africa nº2. Lisboa, 21.05.1932, p.3
11.Correio de Africa nº5. Lisboa, 07.07. 1921, p.1
12.Ver artigo “Pan-africa in Portugal” na revista The Crisis vol.27 nº4 (1924) de W.E.B. Du Bois.
13.Correio de Africa. Lisboa, 10.09.1924, p.1
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Traducción del portugués al español: Alejandro de los Santos
Artículo publicado originalmente en el portal portugués Buala
Original en : Afribuku