Willy Ngumbi Ngengele, Obispo de Goma, miembro de los Misioneros de África, afirmó a la Agencia Fides, desde la capital de Kivu Norte, conquistada por los rebeldes del M23 el 27 de enero, que “la ciudad está en calma, pero la población todavía teme salir de sus casas porque la seguridad no está completamente garantizada […] El cierre de muchas escuelas es otro de los síntomas de la crisis, ya que numerosos edificios educativos han resultado dañados o destruidos en los combates”.
Ngengele señaló que la situación es más graves en “los hospitales, que reciben un gran número de heridos y se enfrentan a serias dificultades por la escasez de medicamentos y equipos” y que las comunicaciones siguen siendo difíciles:
“Las conexiones a Internet siguen siendo precarias, y la población se las arregla con soluciones improvisadas para mantenerse en contacto con el exterior”
En Goma residen alrededor de un millón de desplazados internos provenientes de las zonas de Kivu del Norte, las primeras afectadas por los enfrentamientos. Su situación es incierta, ya que “los campos de refugiados se han cerrado y aquellos que aún disponen de un hogar están regresando a sus aldeas de origen, mientras que los que no pueden, permanecen en Goma en condiciones precarias”, puntualiza el obispo.
El 3 de febrero, el M23 ha proclamado una tregua “por razones humanitarias”, que ha entrado en vigor ese mismo día. “De momento la tregua se mantiene, pero la gente sigue temerosa de aventurarse fuera de sus casas, pues no se siente completamente segura”, añade el obispo.
En un esfuerzo por buscar una solución pacífica a la crisis, una delegación de la Conferencia Episcopal Nacional del Congo (CENCO) ha sido recibida ayer en Kinshasa por el presidente del país, Félix Tshisekedi. Durante las conversaciones se presentó al jefe del Estado un proyecto de reconciliación elaborado conjuntamente por la CENCO y la Iglesia de Cristo en el Congo (Église du Christ au Congo – ECC).
LM
Fuente: Agencia Fides
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