El ministro albino del gobierno de Tanzania

14/11/2016 | Crónicas y reportajes

El Dr. Abdallah Possi, nombrado ministro por el presidente de Tanzania, es responsable de la coordinación de políticas, de los asuntos parlamentarios, del empleo y de las personas con discapacidades físicas.

Cuando no está dando una conferencia en la Universidad de Dodoma (Udom), en la capital de Tanzania, se le puede encontrar, a menudo, en la biblioteca.

El Dr. Abdallah Possi, abogado de 36 años, es conocido por su espíritu político y su comportamiento modesto, lo que le ha valido una indiscutible reputación como defensor de los derechos humanos y una esperanza para la lucha contra los asesinatos de albinos en Tanzania.

«Se trata de un joven que está profundamente comprometido con los derechos humanos», declaró Elias Mugisha, abogado de Derechos Humanos, con sede en Dar es Salaam.

Possi se ha convertido en la primera persona con albinismo en ocupar un puesto tan alto en el gabinete y en el tercero en incorporarse al Parlamento de Tanzania.

Más de 70 albinos han sido brutalmente asesinados en Tanzania en la última década, según datos de las Naciones Unidas. El gobierno de Tanzania responsabiliza, de los crímenes rituales, a las personas que se hacen llamar «brujos». Debido a que a menudo piden a sus clientes órganos de albinos para hacer sus mágicos hechizos y convertirlos en ricos y afortunados.
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Humildes comienzos

Possi Abdallah nació el 25 de agosto de 1979, en Dar es Salaam. Es uno de los dos niños con albinismo en una familia de tres.

El albinismo es una enfermedad congénita que afecta a aproximadamente uno de cada 20.000 en todo el mundo, según las autoridades médicas. Es, sin embargo, más común en el África subsahariana.

Possi se interesó por las leyes y los derechos humanos desde la infancia. Estudió derecho en la Universidad de Dar es Salaam, y un año más tarde, tuvo un breve paso, como profesor, en el Instituto de Administración de Justicia en la región oriental de Tanga. Más tarde, 2007, regresó para terminar su master a la Universidad de Dar es Salaam. Mientras que estaba en la universidad, ya ejercía, como abogado, en el Tribunal Supremo.

Finalmente, se incorporó a la Universidad de Dodoma en 2010 como profesor y más tarde se presentó como candidato a convertirse en decano de la facultad de derecho. En 2014, completó su doctorado en la Universidad Friedrich Alexander de Nuremberg, Alemania, donde se especializó en derecho constitucional.

Possi no tuvo que sufrir el estigma de ser albino con sus hermanos porque se criaron en la misma casa, sin embargo, el problema comenzó cuando empezó su escolarización. «Cuando iba a la escuela, los niños se burlan de mí, o trataban de pellizcarme para ver cómo reaccionaba», recuerda en una entrevista reciente a DW (Deutsche Welle, servicio de Radiodifusión Internacional de Alemania).

La madre de Possi, profesora de psicología en la Universidad de Dar es Salaam, recuerda que un día, mientras caminaba con su hijo, oyó como un niño le pedía a su madre venir a ver a un «mzungu» (niño blanco). La madre de Possi miró a su alrededor y se sorprendió al darse cuenta de que era su hijo del que el otro niño hablaba. Y sorprendentemente, la otra madre le dijo a su hijo que el muchacho era, de hecho, «hijo del diablo», la madre de Possi se detuve y le preguntó a la mujer cómo se sentiría si fuera su hijo.

Contra la discriminación

Possi ha explicado que la persecución contra los albinos se basa en el miedo a lo desconocido. «La mayoría de la gente no entiende que el albinismo es una parte de la diversidad humana. Tenemos que cambiar nuestras actitudes y crear un entorno para que las personas de todas las razas pueden disfrutar de su libertad». Possi, que es el primer albino en haber conseguido el título de doctor en Tanzania, está profundamente comprometido con las cuestiones de los derechos humanos. Su tesis doctoral se centró en los derechos de las personas con discapacidad, no sólo en Tanzania, sino en toda África.

Según Possi, la idea errónea de que las partes y los órganos del cuerpo de los albinos traen riqueza y suerte, es totalmente absurda. «El albinismo es una enfermedad, pero la mayoría de la gente en los pueblos no entienden esto. Si las partes del cuerpo de los albinos valieran algo yo sería muy rico», añadió.

Asumiendo sus nuevas responsabilidades, Possi confía en su cargo para concienciar sobre el albinismo en el país.

dakaractu.com

Fundación Sur

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