El Ejército de Resistencia del Señor, de Uganda, ha matado a más de cien personas en un poblado de Congo R.D., en lo que parece ser una represalia por las operaciones militares contra ellos, según ha hecho saber la ONU.
La masacre que ha tenido lugar en Tora, al noreste de la provincia Orientale, el pasado 16 de enero, elevó el número de civiles asesinados por los rebeldes a 900, desde que comenzó la campaña el mes pasado.
“Al menos 100 cadáveres han sido recuperados por las fuerzas de autodefensa locales. El ataque fue supuestamente llevado a cabo por 13 rebeldes”, declaraba el teniente coronel Jean Paul Dietrich, portavoz militar de la misión de la ONU en la República Democrática del Congo, MONUC.
Dietrich dijo que 40 rebeldes han resultado muertos en las operaciones, lanzadas por el Congo, Uganda y el Sur de Sudán, después de que el LRA se negase a firmar los acuerdos de paz para terminar con la guerra más larga de África.
No se ha capturado a ningún comandante del LRA, algunos de los cuales están buscados por crímenes de guerra, desde el Tribunal Penal Internacional, Pero las operaciones han atraído una oleada de represalias por parte de los rebeldes.
El presidente de Congo, Joseph Kabila, ganó las elecciones de 2006 asegurando que él pacificaría su vasto y rico país, después de una década de guerra y caos, en la que murieron más de 5 millones de personas y que absorbió a seis ejércitos de países vecinos.
A pesar de los esfuerzos realizados por la misión de la ONU, el gobierno ha luchado contra varios grupos rebeldes nacionales y extranjeros, que continúan vagando por el este, explotando minas y atacando a civiles.
Como resultado, durante el mes pasado Kabila ha permitido que Uganda y Ruanda envíen sus ejércitos al Congo para ayudarle a dar caza a los rebeldes del LRA y los hutu ruandeses del FDLR. Pero las operaciones han sido muy polémicas y han resultado con un gran número de muertes de civiles.
La Agencia Humanitaria de la ONU, OCHA, declaró que había informes sobre 110 personas asesinadas el 16 de enero, en un ataque a Tora, y que 130.000 personas han sido desplazadas desde el pasado septiembre.
Oleadas de ataques
Uganda, que lideró las operaciones anti LRA en Congo con aviones de caza, el 14 de diciembre, inicialmente planeaba pasar no más de un mes persiguiendo a los rebeldes liderados por Joseph Kony, un autoproclamado místico que ha hecho la guerra durante 20 años en el norte de Uganda.
Pero todavía siguen persiguiéndoles, y los rebeldes se han dispersado por la selva del Congo, Sur de Sudán y la República Centroafricana.
La semana pasada, Kabila permitió que Ruanda enviase a su ejército a Congo para perseguir a sus rebeldes, las Fuerzas Democráticas Hutu Ruandesas para la Liberación de Ruanda, FDLR, algunos de los cuales participaron en el genocidio de 1994.
A cambio, Ruanda está siendo presionada para que termine con la rebelión tutsi del Congreso para la Defensa del Pueblo, CNDP, que fue fundada por el general disidente Laurent Nkunda, y, hasta hace poco, recibí apoyo de Ruanda. Nkunda fue arrestado la semana pasada.
El comité de expertos, International Crisis Group, predijo que era muy probable que las operaciones “no tuvieran mayores consecuencias que perjudicar a los civiles… y provocar una nueva oleada de ataques a comunidades inocentes”.
(IOL, 29-01-09)
