El avión de Moïse Katumbi despegó el viernes 20 de mayo por la noche, en dirección a Sudáfrica, donde recibirá atención médica. Esta decisión fue tomada a raíz de la acusación al candidato presidencial de la oposición de «atentar contra la seguridad interna y externa del Estado».
Desde el anuncio de la acusación a Moïse Katumbi, los abogados del ex gobernador de Katanga habían solicitado que pudiera ser tratado en el extranjero y, específicamente, en Sudáfrica. La solicitud fue aceptada por el ministerio público. Bajo una orden de arresto provisional, el Sr. Katumbi abandonó el país en una ambulancia aérea. Un experto médico ayudó a apoyar esta petición con su diagnóstico y el ministerio público aceptó la opinión del médico.
«Esto puede ser una trampa para hacerle tomar el camino del exilio», dijo uno de los compañeros políticos del oponente de Joseph Kabila. «Es una manera de deshacerse de él», insiste.
«El poder está totalmente asustado y tenía que poner, costara lo que costara, a Moïse Katumbi fuera de circulación, es decir, evitar que se presentase a las elecciones», señaló Charles Mwando. El presidente del G-7 añade: «La justicia no está muy convencida de los cargos que se encuentran en el dossier del Sr. Katumbi, llegando a preguntarse si valía la pena continuar con este caso. «La presión política era tal que hubo que tomar una decisión salomónica», por un lado condenarle con un cargo provisional y por otro autorizar el tratamiento fuera del país. Esta decisión deja a la justicia sin ninguna credibilidad, confirmando el hecho de que la RDC se encuentra en un estado de anarquía total.
«Hay personas que tienen problemas con su propio comportamiento y eso es todo, no tiene ninguna relación con la alternancia política», asegura Leonard Ella Okitundu. El Senador, ex ministro congoleño de Asuntos Exteriores y miembro del Buró Político de la mayoría presidencial añade: «recuerdo como la oposición alegaba que estábamos tratando de hacer todo lo posible para evitar que un candidato hiciera esto y lo otro. No creo en esos comentarios. Creo que hay personas que han cometido ciertos actos delictivos, que son responsables de ello y que deben rendir cuentas, eso es todo».
De acuerdo a la información recogida por RFI, Moïse Katumbi en cualquier caso, seguirá sujeto al deber de confidencialidad, la fiscalía le ha pedido no hacer comentarios sobre el dossier en curso. Sin embargo, el registro está lejos de ser enterrado ya que sus cuatro guardaespaldas siguen acusado de ser los famosos mercenarios reclutados por Katumbi. Debían ser transferidos a Kinshasa, pero según las últimas noticias, este hecho aún no se ha producido.
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